¡Qué pena! Una sociedad en pleno proceso de construcción de mayor equidad y justicia, que logró acercar las enormes brechas de desigualdad durante la permanente movilización social del Ppaís en la Década Ganada de la Revolución Ciudadana, lamentablemente retorna a las catacumbas del viejo país de la vergonzosa inequidad insolidaria, donde se impone el egoísta y mezquino interés de las élites, de las castas privilegiadas, de la alta alcurnia, de haber nacido en “buena cuna”.
¿Qué será ese adefesio? ¿Será por el material que usan para fabricar la cuna? ¿Por el largo, por el ancho o por el alto? Pura peluconada de los grupos de poder político y económico, aupados por los entusiastas mercenarios de la prensa “libre e independiente”.
El diario porteño EXPRESO, con ocasión de la designación de don Otto, tituló hoy su portada: “Beneplácito de Guayaquil al nuevo Vicepresidente”. Es que para esa gente, Guayaquil es la factoría de la burbuja de sus privilegios, es la exclusión al pueblo que huele a sudor y trabajo, es el asco al cholerío que se atrevió por 10 años consecutivos a ejercer plenamente sus derechos, la repulsión a una ideología revolucionaria y popular que les ganó 14 procesos electorales. Cómo nos odian y festejan el retorno al viejo país.
¡Prohibido olvidar! Jorge Glas fue elegido Vicepresidente Constitucional del Ecuador con más de cinco millones de votos; la diezmera con 74 votos a cambio de un plato de lentejas; y don Otto con 94, de la más recalcitrante derecha odiadora, incluidos los cuánticos. Qué ironía de este remedo de democracia, ni de lejos se parece a la que el pueblo eligió el 2 de abril del año pasado. Ahora manda y comanda la oligarquía, la banca privada, los dueños de los grandes medios privados de comunicación. Y a propósito de comunicación, está listo el asalto a esa Ley que elimina la Supercom, desaparece el linchamiento mediático, borra todo vestigio de regulación y sanción a los violadores de la Ley de Comunicación y como aguinaldo para las familias que se sienten dueñas de las frecuencias de radio y televisión, el presidente dejó sin efecto los concursos a nivel nacional para que sigan siendo propiedad de sus panas del poder mediático. 20 familias.
Se fue a la República Popular de China en busca de plata. Qué vergüenza, después de todo lo que dijo en contra de los chinitos, tuvo que suplicar por crédito; y para agradar al ofendido acreedor, dijo que Ecuador tiene una de las mejores infraestructuras viales de Sudamérica, hidroeléctricas y soberanía energética. Pero acá dice todo lo contrario pretendiendo desmerecer la evidente grandeza de la obra extraordinaria de la Revolución Ciudadana. ¿Se acuerdan que dijo que nunca iba a mentir y si lo hacía que renunciaba? ¿Qué espera? Mientras tanto el artífice del cambio de la matriz energética permanece en calidad de preso político, víctima del odio y como trofeo de la infamia. ¡Volveremos! Solo es cuestión de tiempo.