Juan Manuel Moreno ha tomado el cargo de Presidente de la Junta de Andalucía. Lo ha hecho prometiendo un cambio para Andalucía, pero, ¿qué tipo de cambio? Lo más que hemos llegado a oír, o leer, por parte de su partido, es el acuerdo con VOX.
De Ciudadanos no hemos oído nada. Su papel ha consistido en no dejarse ver en las negociaciones, para hacer ver que no están dispuestos a pactar con un partido que -al contrario que ellos- sí se reconocen de extrema derecha. Mediante esta artimaña, pretenden hacer ver que están más al centro, quizás incluso a la izquierda; estrategia esta que les ha valido para hacerse con una buena porción de votos que históricamente ha pertenecido al PSOE. En realidad, mediante esta maniobra, han cedido completamente su voto en la mesa de negociaciones, permitiendo que VOX tenga una mayor fuerza.
Nuevamente, la manipulación de la imagen a la que ya nos tienen acostumbrados. Pero que nadie se engañe pensando que Ciudadanos no tiene un plan para Andalucía. Si alguien aún duda que Ciudadanos es de colgarse tantas medallas como para rasgarle la pechera del peso, debería consultar la hemeroteca. El hecho de que el partido especialista en “donde dije digo, digo Diego”, el que no iba a pactar con PP porque iban a luchar con la corrupción, no quiera ni siquiera compartir su plan de gobierno como parte de esta coalición de derechas lo hace aún más siniestro.
VOX ha sido el único partido que ha dejado clara cuál es su postura y su proyecto de gobierno, que tienen la sartén por el mango, y todas sus propuestas van encaminadas a debilitar a Andalucía y al pueblo trabajador: devolver competencias a España, potenciar aún más los servicios privados, y desproteger a las mujeres en riesgo de violencia machista -es decir, todas en su conjunto-.
VOX va de frente como partido de extrema derecha, y deja claro cuál va a ser su línea, dado que, pese a no prometer nada que mejore la vida del obrero, un 6% de ellos los han votado, y no parece que en España la tendencia esté cambiando, así que ¿qué sentido tiene cambiar su discurso? Las próximas elecciones municipales y autonómicas serán tan pronto que es difícil que quien les han votado haya tenido tiempo de ver qué significan esas medidas para su calidad de vida.
¿Qué ha planteado Juan Manuel Moreno para Andalucía? Prácticamente nada. En su discurso de investidura, cuando debería haber hecho hincapié en por qué debería ser presidente, lo normal hubiera sido exponer un plan de gobierno, una hoja de ruta de las medidas que harían un cambio a mejor posible. En lugar de eso, se ha limitado a entrar en un juego de reproches para con las otras fuerzas, principalmente con el PSOE-A, en lugar de plantear y defender medidas de gobierno. Mediante este artificio, nos ha dejado claro que, o bien no tiene una dirección clara, o bien no considera beneficioso compartirla.
Las medidas que sí han quedado claras, las acordadas entre Vox y PP, no hablan de beneficios sociales. Más aún, se trata de recortes de estos, en beneficio de las instituciones privadas, sobre todo en educación y sanidad. Ni una palabra de pobreza energética, ni una palabra de mejorar la calidad de vida o el poder adquisitivo. Porque en su campaña han tenido éxito sin poner el dedo en que las andaluzas puedan llegar a fin de mes, en que no vivan con miedo a que les quiten sus hogares, o les echen impunemente de su trabajo según convenga al empresario.
Ahora bien, si las arcas de la Junta no dan para mejorar las condiciones sociales -propuesta básica, si bien populista, que cualquier partido de derechas debe contemplar si no quiere tener a la ciudadanía de frente-, las propuestas de subvencionar la caza, la tauromaquia…
¿De dónde han de salir? ¿De dónde sale el dinero para subirse el sueldo a ellos mismos, la primera medida anunciada por este nuevo gobierno del cambio? Si van a beneficiar a la banca y la empresa privada, subvencionar fuertemente actividades anti-animalistas, subirse el sueldo, hacer las sesiones en cada una de las ocho provincias actuales… Este dinero solo puede venir de otros recortes sociales y aumento de impuestos a los trabajadores.
La economía andaluza está -aún más- en grave peligro. Pese a la concepción popular de que la derecha tiene más habilidad para manejar el tema económico, no podemos olvidar que el PP es el partido con más casos de corrupción de toda Europa, que más dinero ha dado a los bancos, a fondo perdido, y a las grandes empresas, y que más recortes en derechos ha hecho.
Ciudadanos ha conseguido tener un ratio estratosféricamente alto de bancarrota y desfalcos en los pocos sitios donde ha gobernado con independencia, y en cuanto a VOX, sabiendo la trayectoria de su líder dentro del PP y sus métodos de financiación, tampoco se han ganado ningún galardón al respecto.
Con la tauromaquia nuevamente juegan con las palabras diciéndonos que van a subvencionarla. ¿Acaso no está subvencionada actualmente? La inmensa mayoría de las plazas de toros en Andalucía tienen entre una y ninguna corrida de toros al año. La asistencia, pese a que se fomenta que sea en fiestas y se facilita la asistencia desde otros puntos geográficos, no cubre los disparatados gastos de los animales que son los sangrientos protagonistas de este espectáculo grotesco, ni las monumentales minutas a los toreros.
El empleo que genera -taquilleros, limpiadores- es de pésima calidad, sólo unas horas y mal pagado. Pero la tauromaquia es una pieza esencial del españolismo de VOX, que ve con buenos ojos que la gente de España siga pensando que en Andalucía los toros son inherentes a la cultura popular, si bien tienen mucho más seguimiento en Castilla y hasta en el sur de Francia.
Medidas como potenciar la caza no sólo benefician a una minoría y son una aberración contra los derechos de los animales, sino que además no está justificada como control de la población animal, que se sabe demasiada baja en Andalucía en muchísimos casos, sino que además es previsible que se trate de una destrucción ecológica significativa, cosa que Andalucía no puede seguir permitiéndose.
Parece que el litoral ya no admite más agresión y ahora toca destruir el interior; pero más aún, no se ha especificado en qué consiste exactamente esta medida, y la diversidad biológica de Andalucía es particularmente vulnerable como punto obligado de las migraciones por el estrecho. ¿Se abrirá la veda en el Coto de Doñana, en la Laguna de Medina…?
Estas medidas sobre la caza y la tauromaquia sirven para insensibilizar contra la crueldad y el maltrato, cosa que muchos psicólogos advierten que sirve como un escalón para la continuar aplicando el mismo baremo contra niños, mujeres y los más desfavorecidos, que parece estar muy alineada con desproteger a la mujer andaluza.
La tasa de violencia machista en Andalucía es de las más altas en España. Es por ello por lo que en las últimas décadas se han tomado medidas excepcionales, se han puesto estructuras y se ha legislado para paliar esta situación. Si bien es cierto que, aparentemente, estas medidas no han tenido el éxito evidente que se espera, no cabe retirar estas medidas sin corroborar de manera fehaciente que no están surtiendo efecto, y en todo caso habrían de ser reemplazadas por una propuesta con visos de mejorar su actuación, no retirarlas de manera tajante, exponiendo y potenciando la violencia.
Juan Manuel Moreno, además, también ha sido tajante en que no va a permitir “agresiones” a los partidos políticos, dicho esto con relación a las manifestaciones en contra de las políticas de extrema derecha que, desde el 3 de diciembre, llenan nuestras calles y plazas, muchas de ellas teñidas de color morado. Poca duda cabe de que la represión policial será cada vez mayor, algo que no debe sorprender a nadie viniendo que quienes han hecho campaña clamando con que se aplique el 155 en Cataluña nuevamente.
Expulsar a más de 50.000 inmigrantes es su punto más populista para con la derecha más rancia, xenófobo y además poco factible. Por descontado que el campo puede despedirse de cualquier buena cosecha con esta medida. Pero, además, no me imagino a los inmigrantes que vienen huyendo de la guerra, el hambre, la miseria y la muerte haciendo cola para ser deportados. Porque VOX no sólo quiere revivir una reconquista, quiere una nueva expulsión de los moriscos, que ve desde un filtro romántico desde su exacerbado ultranacionalismo español.
Así pues, para forzar a estos seres humanos a una existencia de la cual han huido jugándose la vida en el máximo nivel de desesperación, deberán nuevamente hacer un desembolso más que considerable para localizarlos, retenerlos, procesarlos y deportarlos, todo esto, nuevamente, con dinero público.
¿De dónde van a sacar este dinero, insisto, para impulsar unas medidas que benefician a tan pocos y perjudican a la mayoría? ¿Para retirar instituciones que les puedan plantar cara, para hacer que los responsables de legislar estén cada vez más lejos, en Madrid, donde la voz de las protestas llega más amortiguada y forzando el sentimiento de que, se quiera o no, se dirige nuestro destino, nuestra cultura, nuestra historia teniendo las andaluzas una voz cada vez más pequeña?
Ese dinero solo puede salir de mayores recortes, de derechos y de servicios públicos, de instituciones que se han construido para atender a la demanda, de mayor explotación laboral, de impuestos más altos a los más pobres, de privatizar lo poco que aún pertenece a Andalucía.
Y esto no es todo, porque no sabemos qué otros gastos tendrán aparejadas las medidas que el Partido Popular y Ciudadanos no han tenido a bien compartir con el pueblo andaluz… Todavía.
“Que comiencen los juegos del hambre”.