Venezuela: Análisis de las propuestas programáticas de Henri Falcón
El candidato de la derecha venezolana a la presidencia, Henri Falcón, se encuentra recorriendo el país para dar a conocer sus propuestas programáticas a los ciudadanos. Las encuestas le otorgan un resultado aceptable para la situación en la que se encuentra, con los que deberían ser sus aliados políticos pidiendo la abstención en las elecciones a la vez que lo califican de traidor.
Pese a no tener unas claras perspectivas de victoria, Henri Falcón confía en dar la sorpresa el 20 de mayo y convertirse en el presidente de Venezuela. Si lo consiguiera, el político ultraconservador tiene claro que abanderaría el fin de la Revolución Bolivariana, ya que en sus propuestas políticas proponer revertir toda la política que la izquierda bolivariana llega aplicando desde 1999.
El programa de Henri Falcón está redactado para una Venezuela diferente a la que gobierna Nicolás Maduro, puesto que el líder de Avanzada Progresista (AP) no tiene en cuenta las sanciones aplicadas por Donald Trump y sus socios internacionales, ni tampoco el boicot económico de los grandes empresarios venezolanos, ya que sabe que si gana las elecciones, esos supuestos desaparecerán, puesto que están en la realidad venezolana para derrocar a Nicolás Maduro.
Falcón propone desmantelar el sistema de misiones sociales y el Carnet de la Patria (CP). Las misiones han logrado reducir la pobreza desde el 80% hasta el actual 30%, y el CP ha logrado mantener el índice estable pese a las sanciones y el boicot. El candidato de la derecha propone cambiarlos por una tarjeta de ayuda que según su propio programa electoral apenas llegaría a cubrir el primer año el 26% de las necesidades económicas de los sectores más desfavorecidos, una cantidad que iría reduciéndose cada año hasta llegar al 7% al cuarto para después desaparecer.
Henri Falcón considera que el gasto público del actual gobierno es demasiado alto, y que el estado venezolano asume demasiadas competencias, por lo que propone recortar la cantidad de dinero público que reciben directamente los venezolanos, privatizar los sectores estratégicos nacionalizados por la Revolución Bolivariana y adelgazar al estado para otorgar la gestión de varias instituciones a empresas privadas.
El candidato de AP considera que el modelo rentista petrolero es bueno para Venezuela, por lo que no hace propuestas para superarlo diversificando la economía, aunque no le gusta cómo lo gestiona el chavismo, por lo que propone privatizar PDVSA y el resto de empresas públicas que dirigen la explotación de los recursos naturales e hidrocarburos.
En cuanto a la economía, Henri Falcón considera que dolarizarla es la mejor opción para terminar con la inflación pese a perder la soberanía y pasar a depender del Departamento del Tesoro de EEUU. Esta propuesta se aplicaría junto otras como un endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el perdón fiscal para quienes declaren sus bienes, el fin del impuesto al patrimonio, reducir los impuestos a las rentas altas y eliminar tasas fiscales a la compra de inmuebles.
La educación privada sufragada con dinero público (concertada) debe volver a Venezuela según la propuesta programática de Falcón, quién apuesta porque los adolescentes en bachillerato trabajen sin percibir salario en las llamadas “prácticas” y porque la educación deje de fomentar la creatividad y la capacidad crítica para centrarse en la competitividad de cara al mercado laboral.
En cuanto al plano geopolítico, Falcón quiere volver la mirada a Estados Unidos y la Unión Europea (UE), con quienes apuesta por firmar Tratados de Libre Comercio (TLC). El fin del ALBA, el regreso al MERCOSUR y el ingreso en la neoliberal Alianza del Pacífico son otras propuestas del candidato presidencial.
Las propuestas de Henri Falcón son las mismas recetas neoliberales que el bipartidismo venezolano aplicó el la IV República, que aumentaron la pobreza y la inflación del país sin que tuvieran que intervenir naciones extranjeras con imposición de sanciones a la economía, ni sufrir desabastecimiento y tráfico de productos por parte de los empresarios nacionales.
Precisamente fue al aplicar las directrices del FMI cuando el pueblo venezolano se levantó en el llamado Caracazo, movido por el hambre y la desesperación. Falcón propone el regreso a esa etapa histórica en la que una pequeña élite económica vivía plácidamente mientras que una mayoría sobrevivía en la pobreza.