Y llegamos al menú morado.
Creo que la credibilidad se sustenta en dos pilares básicos, la transparencia y la vedad, y por ello soy transparente al decir que es el menú que esperaba con más ganas. Y para ser justa con la verdad, voy a decir lo que nos parece acertado pero también lo que no.
Empezaré por decir que este es el único programa que tras títulos rimbombantes y bien intencionados, agrega además medidas concretas y en algunos casos incluso la dotación económica. Eso ya te va abriendo el apetito.
“Trabajar para una Constitución decididamente feminista que definirá los cuidados como un derecho fundamental”.
Tras esta frase publicitaria, se puntualiza un concepto muy importante:
“Desarrollo legislativo que considere los cuidados una responsabilidad social inseparable de la vida misma y que garantice su acceso y su provisión de manera universal a partir de una dotación presupuestaria suficiente y de unos servicios públicos adecuados”.
Es gratificante empezar reconociendo este derecho por fin y además garantizar su dotación económica.
Empezamos muy bien.
El siguiente punto vuelve a llenarme de esperanza.
“Plan Estatal de Lucha contra la violencia machista dotado con 600 millones de euros anuales.
Tomaremos como una cuestión de Estado la libertad y la reparación de las mujeres que sufren violencias machistas, lo cual implica la garantía de que los procesos de denuncia y judiciales tengan perspectiva de género y de que el conjunto de profesionales que intervienen en ellos tengan la formación necesaria, entre otras medidas, a través de una mejora y ampliación del sistema VioGén que incremente la seguridad de las mujeres, e implica también que la carga de la vigilancia y el control recaigan sobre los agresores”.
En este punto hay dos factores muy importantes, uno es la formación de los trabajadores del sistema judicial para evitar que tengamos que volver a leer que un juez ve “algarabía y jolgorio” en una violación grupal. Y por otra parte que las medidas de prevención recaigan sobre los agresores. Es intolerable que para evitar una agresión la vigilada sea la víctima, que sea ella la que tenga que cambiar de domicilio o ella la que deba modificar su vida y rutina.
Otro punto esperanzador.
“Plan Integral de Recuperación de Autonomía para víctimas de violencia machista.
Este plan incluirá una prestación de garantía de vida para mujeres víctimas de violencias machistas.
La prestación supondrá un mínimo equivalente al salario mínimo interprofesional (900 euros) durante 6 meses prorrogables, que se incrementará según el número de personas que cada mujer tenga a su cargo”.
Si bien no sólo las mujeres pobres sufren maltrato, como sonrojantemente dijo Pablo Casado en el último debate electoral, es bien cierto que no podemos seguir permitiendo que una mujer deba elegir entre pobreza y maltrato, entre alimentar a sus hijos e hijas o ser golpeada cada día y vivir con miedo.
La ruptura del vínculo emocional con su maltratador ya es lo suficientemente difícil como para que la economía sea un obstáculo más en esa ruptura. Es absolutamente primordial esta renta, y no sólo la ayuda a encontrar empleo, ya que las mujeres víctimas de esta violencia no se encuentran con la capacidad física y psicológica de trabajar. Y durante ese tiempo debe garantizarse su subsistencia. En todo caso echamos en falta que una vez la victima se encuentre en condiciones para trabajar, existiera un plan específico de empleo y/o ayudas para encontrarlo para estas mujeres.
Otro punto bien resuelto hace referencia a la vivienda.
“Garantía de alternativa habitacional inmediata para víctimas de violencia machista e hijos a cargo”
Como en el punto anterior, es vital que para alejarse de su maltratador se tenga asegurada una vivienda. Es muy fácil decir aquello de “si te pega, vete” ¿Y a dónde me voy? No todas tenemos una familia que nos acoja, y aún teniéndola muchas veces no es fácil cuando hay hijos.
Y voy más lejos, hemos visto casos en los que volver al domicilio de los padres y madres ha puesto a estos en peligro ante el maltratador.
Otro punto bien resuelto, (tranquilos ya llegarán los palos).
“Actualización de la definición de violencia machista. La definición actual se encuentra limitada a la violencia ejercida por parejass y exparejas, lo que priva de una protección equiparable al resto de mujeres que sufren violencia, por ejemplo, por parte de desconocidos o de jefes y compañeros de trabajo”.
¿Acaso puede alguien negar que el acoso en la vía o transporte público, piropos, persecuciones, tocamientos, etc, se nos realiza por ser mujeres?
¿Puede alguien negar que las insinuaciones (y a veces no tan insinuaciones sino explícitas) en el entorno laboral para ascender o mantener el puesto se nos hacen por ser mujeres?
Bien, pues si es meridianamente claro que nos ocurren por ser mujeres, es igual de meridiano que es violencia machista.
Ahora un poquito de agua sin gas.
“Protocolos para prevenir tanto las violencias machistas como la LGTBIfobia en las Administraciones Públicas y en los centros de trabajo de más de 50 trabajadores”.
¿Qué protocolos? ¿Con qué recursos? ¿Con qué dotación? ¿Quién los elaborará al menos?
Siendo muy claras, este punto se lo podían haber ahorrado ya que es evidente que no se ha trabajado ni preparado.
Vamos con una que va a provocar nauseas a los del Partido Popular azul, los del Partido Popular naranja y a los… a esos.
“Creación de una asignatura de Feminismo para educar en igualdad”.
Siempre se dice que la solución a la violencia machista es la educación, pero nunca se aborda.
Si bien también echamos en falta de nuevo algo más de concreción (plazos, contenidos, formación al profesorado…) su sola implementación es algo radicalmente necesario y urgente. La educación no da sus frutos de un día para otro, es un proceso que impregna la sociedad futura pero en algún momento hay que empezar.
En esta parte de educación si que echamos en falta alguna referencia a la educación que separa por sexos a niñas y niñas. Si bien consideramos idónea la prohibición , al menos debería haberse establecido la no subvención con dinero público de las instituciones que realicen esta práctica.
Otra de polémica para los víctimizados hombres.
“Instaurar la paridad en las administraciones públicas y organismos financiados con dinero público”.
Se les dará un plazo de 4 años para que lleguen a esa paridad o se les retirará el dinero púbico. Pues todavía habrá quien vea mal que se subvencione el machismo con dinero público. Discriminación positiva dirán, que lleguen los mejores eran hombres o mujeres, ladrarán.
Eso en un mundo perfecto estaría genial, pero en el mundo laboral de hoy las mujeres y los hombres no cuentan con las mismas oportunidades y ventajas.
Dos ejemplos rápidos, el 60% de los licenciados en España son mujeres, catedráticas sólo el 13%. El 71% de los licenciados en Filigogia hispánica son mujeres, sin embargo en la RAE hay 46 sillones, y hoy 8 son mujeres.
Discriminación positiva… ya.
Venga, un plato muy bonito pero vacío:
“Todas las personas tenemos derecho a no ser objeto de violencias sexuales, así como a no sufrir discriminación por nuestra orientación sexual o por nuestra identidad o expresión de género. Para garantizar este derecho, se pondrá un énfasis especial en la educación afectivo-sexual dentro del sistema educativo.”
Ninguna medida para garantizarlo, ni dotación, ni nada. Tenemos ese derecho. Qué bien. También tengo derecho a que no me violen y me maten y ya ven…. Si alguna vez intentan violarme les diré que están vulnerando mis derechos y seguro que así me dejan en paz.
Seguimos de bajón:
“Colocar el consentimiento en el centro del debate político en torno a las relaciones sexuales, pasar del «No es no» al «Solo sí es sí» y que esta sea la pauta que se siga en cualquier relación”.
¿Qué debate? ¿Tenemos que debatir todavía que si no doy mi consentimiento es una violación? No hay nada que debatir y en este punto lamento decir que el PSOE ha sido mucho más claro y contundente. Debate dice… solo sí es sí.
Hasta ahora se echaba en falta medidas sobre la igualdad, no solo sobre la violencia. Bien, pues este punto es uno de los más repetidos por Unidas Podemos:
“Permisos de paternidad y maternidad iguales e intransferible”.
No creo que este merezca discusión alguna. Los hijos e hijas son de los dos. Hay que dejar de asumir ya que es la madre la que debe cuidarlos.
Vamos con la brecha salarial. Eso que los verde flema niegan:
“Acabar con la brecha salarial a través de una ley de igualdad retributiva que analizará las remuneraciones y considerará discriminación una brecha de más del 20 % en las retribuciones de las empresas, de manera que deberán justificarlas ante los tribunales. Las grandes empresas tendrán que realizar auditorías salariales y enfrentarse a sanciones en caso de negativa”.
Recordemos que el PSOE sitúa la tasa discriminatoria en el 25%. Ademas Unidas Podemos lo articula como ley, con auditorías y llegando incluso a los tribunales. Aquí sin duda, la propuesta es más concreta y contundente. Ya sabemos que las empresas no se regulan solas. En todo caso añadiría que la cuantía de las multas sea elevada para que no les salga más barato pagar la multa que pagar igual a mujeres y hombres.
Por fin llegamos a la maternidad. Está bien que haya tardado en salir, así no siento que solo me miren como una gallina ponedora, tal y como hacen las derechas:
“Facilitar el acceso a una maternidad libre y decidida, con acceso a la reproducción asistida y apoyos específicos a las mujeres en el momento en que decidan, si lo deciden, ser madres. Favorecer el acceso, asimismo, a los últimos métodos anticonceptivos, a la anticoncepción de urgencia y a la interrupción voluntaria del embarazo de todas las mujeres, incluidas las jóvenes, en el Sistema Nacional de Salud’.
Las mujeres que deseen ser madres deben encontrar toda la ayuda del mundo. Las que deseen interrumpir su embarazo, también. No es este un artículo sobre el aborto, artículo que sin duda realizaremos pronto. Mientras, muy fácil, nosotras parimos, nosotras decidimos.
Y la última:
“Creación de un ministerio de Feminismo”.
Aunque a muchos les de urticaria la palabra, se van a hartar de escucharla. Y así va a seguir.
En un momento en que la lucha feminista se ha consolidado en los últimos años como una de las grandes reivindicaciones de la sociedad, y en un momento también en el que estamos siendo atacadas y amenazadas por el auge de partidos abiertamente machistas y violentos es fundamental asentar y dar institucionalización al movimiento feminista. Estamos y vamos a seguir estando.
Y hasta aquí el programa de Unidas Podemos.
Podrán decir que pocas medidas han sido criticadas, y es cierto. En general están bien planteadas, son comprometidas y no son quiméricas.
Ahora bien, lo malo aquí no son las que están, sino las ausencias. Ni una mención a la prostitución. Nada. Es decepcionante e indignante la falta de compromiso de Unidas Podemos con la abolición de la prostitución. Es vergonzoso que el PSOE les haya pasado por la izquierda en eso.
Están en un debate obsoleto, superado: el feminismo es abolicionista. Sean valientes de decirlo, ¿a quién tienen miedo de defraudar? ¿Al posmodernismo? ¿Les da miedo explicarlo? No hay ni habrá defensa posible de la mujer mientras no se impida su explotación sexual.
El abolicionismo, que no la prohibición, es un camino largo. Pero que como todo camino se ha de comenzar por un primer paso. Ese paso es la no regularización.
Eso no significa que se vaya a abandonar, perseguir o estigmatizar a las mujeres prostituidas sino todo lo contrario.
Aquí son necesarias medidas de acceso al mundo laboral. La libertad de decisión de las mujeres nace de su autonomía personal pero sobre todo de la autonomía económica.
Tampoco hemos visto, esto con sorpresa, ninguna alusión a los vientres de alquiler (no, no le voy a llamar gestación de sustitución, subrogada ni gaitas, el blanqueo empieza en el lenguaje) y es una sorpresa ya que en este tema Unidas Podemos sí ha sido siempre muy claro en su rechazo.
A lo mejor han creído que basta con no legalizarla, pero cuando vemos a empresas ofertando viajes en plan “todo incluido, incluso el bebé” a otros países y hasta se está realizando bajo cuerda en España, era necesario establecer medidas y leyes que impidan, persigan y sancionen tales prácticas. Aquí el PSOE, también se ha acordado.
Y tampoco se habla de mutilación femenina, pornografía y su normalización de la humillación a la mujer, o la mal llamada tasa rosa, que no es otra cosa que pagar más en los productos para mujeres.
Con todo esto, y tras haber analizado todos los programas de los partidos de ámbito nacional, creemos que el de Unidas Podemos es el más beneficioso para las mujeres. Pero no es menos cierto que esperábamos más, más decisión, más valentía.
Esperamos haber ayudado a conocer las propuestas para que cada mujer decida. Pero es importante hacerlo. Podemos entender varias ideas y descontentos, pero el 28 de Abril las mujeres nos jugamos mucho y por eso debemos ir a votar.
Se acerca un monstruo, y ojalá pudiera decir que está en juego nuestra libertad, nuestra igualdad o nuestros derechos.
Pero es que está en juego mucho más.
Está en juego incluso nuestra vida.