La inmensa mayoría de críticas que he visto destinadas a VOX, se centran en que son unos fascistas. Exactamente igual que la gran parte de la izquierda estadounidense hizo con Donald Trump, y la totalidad del progresismo brasileño actuó con Jair Bolsonaro, y ya vemos dónde están cada uno de ellos. En el poder.
Esa estrategia política no sirvió en esos países, ¿por qué habría de funcionar aquí? Las encuestas siguen registrando la tendencia del aumento de VOX, excepto el CIS, que bajo su actual dirección sirve para lo mismo que una brújula desmagnetizada.
En fin, todas esas opciones se presentan como rupturistas con el sistema vigente, por lo que conquistan a decenas de millones de votantes que están hartos de sufrir la miseria del neoliberalismo, y que no darán su voto a los que identifiquen como los reformistas que mantendrán el mismo rumbo con un par de cambios cosméticos.
Acusarlos de fascistas, aunque muchos de sus cargos, dirigentes y propuestas programáticas lo sean, solo sirve para que sus nuevos adeptos cierren filas con ellos, y consuman todavía más de las fake news que VOX, al igual que Trump y Bolsonaro, usan para movilizar el voto, apelando a los sentimientos más primarios de la gente.
Mientras la izquierda pierde el tiempo en debates de altura inspirados en un posmodernismo que es alérgico a la unidad de los explotados por el sistema capitalista en fase neoliberal, VOX les dice a esos explotados de manera clara quién es el enemigo (inmigrantes, feministas, negros, rojos…) y cómo solucionar el problema (expulsión de inmigrantes, fin del apoyo institucional a la violencia de género, ilegalización de los partidos comunistas…).
Evidentemente lo señalado por VOX no es realmente el problema, ni sus soluciones van a arreglar nada, pero la construcción de una gigantesca falacia a base de mentiras, exageraciones e invenciones estadísticas, les está permitiendo avanzar gracias a la imagen rupturista que ofrecen a la gente.
Llamarlos fascistas no impacta en esa imagen, no les hace daño, tal y como se está viendo. Pero demostrar que son neoliberales y que han venido para preservar el Régimen del 78 que integran PP, PSOE y Cs, anularía su único punto fuerte. La “estrategia antifascista” de Unidos Podemos (UP) que pasa por considerar una fuerza aliada de la izquierda al PSOE contra el fascismo, es echar por tierra el trabajo de Podemos e IU de los últimos años, por el que habían logrado ubicar a los hoy dirigidos por Pedro Sánchez como enemigo de los trabajadores, ya que sin superar al PSOE, la izquierda transformadora no podrá ser reconocida por los votantes de izquierda como la opción progresista ganadora, por lo que UP siempre será víctima, como antes de IU y el PCE, de la condena del voto útil.
VOX, en las medidas pedidas a PP y Cs para dar su apoyo a los populares en la Junta de Andalucía, no ha puesto en entredicho ninguna de las medidas neoliberales tomadas por la Junta de Andalucía durante los últimos siete lustros. No cuestiona la monarquía, ni las reformas laborales de Zapatero y Rajoy, ni la violación de la Constitución perpetrada por el PSOE y el PP en su artículo 135. Apoya no subir el sueldo mínimo, liberalizar todavía más la economía, apostar por el sector privado en educación y sanidad, sostiene de buena gana la estrategia militar imperialista de Estados Unidos mediante la OTAN -le parece bien ceder la soberanía de España en las bases militares de Rota y Morón a los gobiernos turnistas de EEUU-, nunca ha hablado de revertir los recortes, nunca se ha expresado en contra de los contratos por horas o semanas que impiden a los ciudadanos formar familias, ni de recuperar los contratos fijos…
En definitiva, en los planos económico y laboral, que son a fin de cuentas los más importantes porque son los que van a marcar la base sobre la que desarrollamos nuestras vidas, son lo mismo que el PP, PSOE y Cs. Que luego en lo social son unos nostálgicos de la dictadura franquista como si se tratase del PP o de Cs pero sin complejos, pues les está viniendo muy bien como cebo para la izquierda, que lo ha mordido con muchas ganas.