Rafael Correa: “Días de Assange están contados en la embajada”
El expresidente de Ecuador, Rafael Correa, ve como sus predicciones sobre el gobierno de su antiguo compañero Lenín Moreno, se van haciendo realidad. Antes de la realización del referéndum y la consulta popular en 2017, el actual mandatario de Ecuador ya expresó que Julian Assange era una piedra en el zapato.
Esa declaración junto a su acercamiento al gobierno de Estados Unidos (EEUU) comandado por Donald Trump, llevaron a la izquierda ecuatoriana y a su líder Rafael Correa a expresar que el asilo al fundador de Wikileaks peligraba. Han pasado los meses y la subordinación del gobierno de Lenín Moreno al de Donald Trump crece.
El gobierno de Ecuador ha dejado incomunicado a Julian Assange en su embajada en Londres, en una situación que la oposición ecuatoriana ha calificado como de “encarcelamiento”. El Movimiento Revolución Ciudadana (MRC) se ha opuesto a esta medida argumentando que la justificación del ejecutivo de Moreno es falsa, puesto que las opiniones expresadas por el asilado no representaban a Ecuador.
El MRC sostiene que las opiniones de Julian Assange sobre la situación en Cataluña han servido como excusa para ocultar el servilismo de Lenín Moreno al gobierno estadounidense. Lo que significaría que Ecuador ha empezado a acatar las órdenes de su vecino del Norte, algo que podría terminar en la entrega del miembro más conocido de Wikileaks a EEUU.
Rafael Correa sostiene que este hecho representa una traición no solo a Ecuador sino a “toda la patria grande“, refiriéndose al ideal bolivariano de la unidad de América Latina, y ha expresado además que a Julian Assange le quedan los días contados en la embajada de Ecuador en Londres.
Moreno entrega Ecuador a USA, parte de su traición a nuestro pueblo y a la Patria Grande. Días de Assange están contados en la Embajada del Ecuador en Londres. pic.twitter.com/rNR1ncS6uD
— Rafael Correa (@MashiRafael) 29 de marzo de 2018
Por su parte Wikileaks también ha denunciado la actuación de Lenín Moreno y ha rechazado la incomunicación a la que se está viendo sometido Julian Assange, quién no puede ni siquiera recibir visitas o usar el teléfono para comunicarse con su familia y amigos.