Los sectores más radicales de la derecha venezolana agrupados en el Frente Amplio Venezuela Libre (FAVL) están llamando a la abstención en las próximas elecciones presidenciales. Una vez se sepan los resultados, esta fracción ultraconservadora de la oposición hará suyo el dato global de la abstención que haya habido, sin importar si quienes no hayan acudido a las urnas lo han hecho siguiendo su llamado, o por otras cuestiones.
La organización que integra a grupos que van desde el neoliberalismo hasta el fascismo, inició un camino golpista en 2014 que se niega a abandonar, y que ahora se basa en provocar desabastecimiento para desgastar al gobierno de Maduro, cuya imagen se han encargado de oscurecer en el exterior de Venezuela, provocar una alta abstención que les permita señalar que el presidente -ellos lo denominan dictador- no tiene legitimidad por su pésima gestión, momento que aprovecharán para volver a intentar aplicar la Carta Democrática de la Organización de Estados Americanos (OEA), que permite la intervención militar extranjera.
Previendo ese escenario, el FAVL ya ha elegido por su cuenta al presidente que pondrían en lugar del que elijan los venezolanos en las urnas. Será Antonio Ledezma -un dinosaurio que lleva en política desde los veinte años, en 1975-, quién participó de manera activa a favor del golpe de estado que sufrió Chávez en abril del año 2002.
Se hace necesario conocer cuál es el dato de la abstención durante la Revolución Bolivariana, e incluso un poco antes, en concreto desde la aparición de Hugo Chávez en la política venezolana, para que dentro de tres semanas cuando se celebren las elecciones presidenciales, sepamos realmente cuál es el grado de apoyo del FAVL.
Elecciones de 1993
Las penúltimas elecciones de la IV República. El conocido como puntofijismo –bipartidismo venezolano que turnaba en el poder a Acción Democrática (AD) y al Comité de Organización Política Electoral Independiente (Copei)-, había impuesto el neoliberalismo, con el consiguiente aumento de la pobreza, el hambre y el desempleo que devino al privatizar los recursos hidrocarburos y los naturales.
Los servicios básicos como la educación y la sanidad se privatizaron, empeorando aún más la situación de los venezolanos, que salieron a la calle de manera violenta y espontánea en 1989, al enterarse de que el gobierno de Carlos Andrés Pérez (CAP) había llegado a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para aplicar más privatizaciones y recortes. Aquellos días, en los que la represión de Carlos Andrés Pérez dejó varios miles de cadáveres en las calles, se recordó como el Caracazo.
Una vez que Carlos Andrés Pérez huyó del país para evitar el juicio por su corrupción, se convocaron elecciones presidenciales con el recuerdo muy fresco del militar Hugo Chávez intentando dar un golpe de estado, que él mismo terminó con una intervención en directo en la televisión ofrecida por el gobierno de CAP. En esos momentos, el discurso de Chávez lo había convertido en un personaje famoso, con un apoyo popular tal, que en la cárcel en la que se encontraba se formaban colas para visitarlo.
Participación: 60,16% (5,829,216 votos).
Abstención: 39,84% (3,859.579 personas no acudieron a votar).
Ganador: Rafael Caldera 30,46% (1,710,722 votos).
Sospechas de fraude: Sí. Existió de un lentísimo recuento de votos que junto a las actas válidas pero desechadas del candidato Andrés Velásquez, evidenció un fraude electoral. Velásquez, principal candidato de la izquierda en esas elecciones, obtuvo 1,2 millones de votos de manera oficial. Sus denuncias fueron desatendidas y ninguno de los otros candidatos sufrió una situación similar con sus actas electorales.
Auditoría de las elecciones: No.
Campaña por la abstención: No.
Elecciones de 1998
Primera vez que Hugo Chávez se presenta como candidato. Última vez que la IV República organiza un proceso electoral. Tras haber sido conocido por el intento de golpe de estado a Carlos Andrés Pérez, Hugo Chávez había pasado en la cárcel dos años, en los que su popularidad creció de tal manera que las encuestas lo daban ganador de las elecciones presidenciales, antes incluso de que el militar bolivariano fundase su partido Movimiento V República (MVR).
Unos meses antes de estas elecciones presidenciales, se celebraron las elecciones a nivel regional, en las que el MVR se estrenó empatando con un 15% con los dos principales partidos del bipartidismo, AD y Copei. Un resultado que mostró a los venezolanos el empuje de la nueva organización política.
Participación: 63,45% (6,988,291 votos).
Abstención: 36,55% (4.024.729 personas con derecho a voto que no sufragaron).
Ganador: Hugo Chávez 56,20% (3,673,685 votos).
Sospechas de fraude: No.
Auditoría de las elecciones: No.
Campaña en favor de la abstención: No.
Elecciones de 2000
Tras la aprobación en 1999 de la Constitución Bolivariana de Venezuela en referéndum con un apoyo del 71%, se volvieron a celebrar elecciones de todos los cargos públicos debido a que debían apegarse a la nueva jurisprudencia. El cargo de presidente también hubo de plegarse a la nueva normativa.
Participación: 56,63% (6,637,276 votos).
Abstención: 43,7% (5,120,464 personas no acudieron a votar).
Ganador: Hugo Chávez 59,76% (3,757,773 votos).
Sospechas de fraude: No.
Auditoría de las elecciones: No.
Campaña en favor de la abstención: No.
Elecciones de 2006
Son las primeras elecciones presidenciales en las que Hugo Chávez afronta la contienda declarándose abiertamente como socialista, habiendo dejado atrás en 2003 su propuesta de sistema mixto, o de capitalismo con rostro humano tras superar un golpe de estado en 2002 y el paro petrolero en 2003. Ambos ataques organizados por la patronal venezolana con la ayuda de los partidos políticos de la derecha y el apoyo de Estados Unidos y sus aliados internacionales, especialmente la España de José María Aznar.
Participación: 74,7% (11,790,397 votos).
Abstención: 25,3% (3.994.380 personas se abstuvieron).
Ganador: Hugo Chávez 62,84% (7,309,080).
Sospechas de fraude: No. Expertos electorales de la UNASUR avalaron el proceso.
Auditoría de las elecciones: Sí.
Campaña por la abstención: No.
Elecciones de 2012
Hugo Chávez se vuelve a presentar a la reelección proponiendo una profundización del socialismo que pase por abandonar el modelo rentista petrolero, el impulso a las comunas como forma principal de organización económica y social, y una apuesta por erradicar la injerencia de los Estados Unidos (EEUU) en los gobiernos de América Latina.
Participación: 80,56% (15,146,096 votos).
Abstención: 19,51% (3,727,684 votantes que no acudieron a sufragar).
Ganador: Hugo Chávez 55,07% (8,191,132 votos).
Sospechas de fraude: No. El expresidente norteamericano Jimmy Carter expresó que el sistema de votación venezolano era el mejor del mundo.
Auditoría de las elecciones: Sí.
Campaña por la abstención: No.
Elecciones de 2013
Tras la muerte de Hugo Chávez, se celebraron nuevas elecciones para escoger a su relevo en el poder ejecutivo. La oposición volvió a confiar en Henrique Capriles Radonsky como su candidato, mientras que el chavismo acató la petición de su líder, quién pidió que apoyasen a Nicolás Maduro.
Participación: 79,69% (15,059,630 votos).
Abstención: 20,32% (3,846,884 ciudadanos con derecho a voto que no lo ejercieron).
Ganador: Nicolás Maduro 50,61% (7,505,338 votos).
Sospechas de fraude: No. La oposición denunció fraude pero tras efectuar una auditoría completa acató el resultado al comprobar que las elecciones habían sido limpias. Los acompañantes internacionales, entre ellos una delegación del Congreso de los Diputados de España integrada por representantes de todos los partidos con representación, redactaron una declaración conjunta avalando el resultado.
Auditoría de las elecciones: Sí.
Campaña por la abstención: No.
La abstención ha ido bajando a cada elección presidencial desde la primera que se celebró ya iniciada la Revolución Bolivariana. La media de la abstención de las citas democráticas para elegir al presidente de Venezuela se sitúa en el 27,2%, un poco por encima del 20% de las dos últimas jornadas electorales.
En esas ocasiones ninguno de los dos bloques llamaba a la abstención, por lo que no sería apegado a la realidad electoral venezolana contar la abstención como apoyo del FAVL hasta, como mínimo, llegar al 20% que hubo en la anterior cita electoral, o más bien, si la intención es ser justos y medir de manera real el apoyo a la extrema derecha venezolana, a partir del 27,2%, ya que la media supone dotar de un contexto histórico establecido por las condiciones de vida sujetas a la Revolución Bolivariana, que es, a fin de cuentas, el proceso político que el FAVL quiere destruir.