México: ¿Por qué López Obrador no va a tocar los impuestos?
El nuevo presidente de México tomará posesión de su cargo el próximo 1 de diciembre. En su política fiscal no se prevén cambios en lo que respecta a los impuestos, una propuesta que sorprende en un país con altos índices de pobreza y un casi inexistente programa social.
Normalmente, de llegar la izquierda al poder, los impuestos que afectan a quienes menos dinero tienen bajan, a la vez que los impuestos que deben pagar quienes más tienen aumentan como una manera de redistribuir la riqueza. Cuando la derecha es la que llega al poder hace lo contrario, pero lo que tienen en común es variar los impuestos.
Sin embargo López Obrador no lo hará. En su programa electoral se recogen propuestas sociales cuya aplicación depende de la cantidad de fondos públicos que haya en las arcas públicas. A día de hoy no son lo suficientemente altos como para aplicar las promesas electorales del candidato de Juntos Haremos Historia (JHH).
AMLO va a imponer una austeridad republicana en el Estado mexicano. No va a adelgazarlo como recomienda el recetario neoliberal, sino que va a bajar los sueldos y a perseguir la corrupción. Sin embargo no será suficiente, entonces ¿cómo conseguirá llenar las arcas para poner en marcha sus programas sociales sin subir los impuestos?
El problema fiscal de México en la actualidad no consiste en que los millonarios paguen impuestos demasiado bajos, es que simple y llanamente no los pagan. La presión fiscal mexicana se encuentra en un rango medio comparado con los países de su entorno.
El régimen bipartidista del PRI y del PAN (PRIAN) no ha necesitado disminuirlos en favor de los grandes empresarios y banqueros porque ha previsto mecanismos de evasión fiscal que han conseguido que las grandes fortunas mexicanas eviten los impuestos.
Las propuestas políticas de López Obrador van encaminadas no a aumentar impuestos, sino a que se paguen los que ya hay. El líder de la izquierda plantea terminar con los paraísos fiscales, perseguir la evasión fiscal y endurecer los términos de la regulación bancaria. Para ello se creará un cuerpo especial de inspectores de hacienda con recursos suficientes como para perseguir el fraude fiscal.
Esta es la manera escogida por el nuevo presidente de México para llenar las arcas públicas y poner en marcha los programas sociales en beneficio de los sectores sociales marginados por el neoliberalismo, en especial los jóvenes, mujeres, indígenas y jubilados, quienes verán dobladas sus asignaciones mensuales cuando comience el gobierno de JHH.