Se desbordan las calles de Nicaragua en apoyo al Gobierno sandinista
Ayer se celebró el trigésimo noveno aniversario del triunfo de la Revolución Sandinista frente a la dictadura de Anastasio Somoza. La cita tomó en Nicaragua una dimensión mayor que en otras ocasiones, ya que el país centroamericano se encuentra en medio de un intento de golpe contra el gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) impulsado por Estados Unidos (EEUU).
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Desde el pasado 18 de abril grupos armados financiados por las agencias gubernamentales estadounidenses USAID y NED, e integrados por delincuentes comunes y temibles mareros, han desencadenado una violencia selectiva contra los ciudadanos de izquierdas que apoyan al sandinismo -el mayor número de víctimas pertenece a este colectivo-, y contra la Polícia Nacional en los momentos en que los agentes se encuentran retirando tranques junto a los vecinos, o realizando labores de oficina en las delegaciones policiales. Varios menores -doce según la Comisión de la Verdad, Justicia y Paz- han resultado asesinados a causa de las balas y los tranques de los terroristas.
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La matriz de opinión impuesta por los medios de comunicación estadounidenses, que ha sido replicada en el resto del mundo sin cambiar el contenido, sostiene que los que ejercen la violencia son manifestantes pacíficos, mientras los que la sufren aparecen como paramilitares violentos.
Precisamente la celebración del trigésimo noveno aniversario de la Revolución Sandinista iba a servir a Daniel Ortega para romper una de las argumentaciones principales de esa matriz de opinión impuesta por EEUU, la que hace referencia a que las manifestaciones de su oposición son masivas. Una información falsa que oculta la realidad objetiva: la oposición solo ha llevado a cabo dos, la primera al principio del conflicto, que se quedó muy lejos de ser masiva, y la Marcha de las Flores, que solo fue un show mediático para fortalecer la matriz de opinión que señala a Ortega como un represor.
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Sin embargo, el sandinismo lleva movilizándose en las calles masivamente desde el comienzo de la intentona golpista. Ayer, en el trigésimo noveno aniversario de la victoria frente al dictador Anastasio Somoza, el sandinismo necesitaba mostrar al mundo que la mayoría de los nicaragüenses mantiene su apoyo al gobierno, y a su propuesta de diálogo y cese de la violencia como pasos fundamentales para alcanzar la paz.
39 años de aquella hermosa liberación de nuestra patria y nuestra convicción y lealtad es más fuerte que nunca porque los sandinista no se venden, ni se rinden jodido pic.twitter.com/BJseA5zkjT
— Ramón Rodríguez (@ramonsandinista) 20 de julio de 2018
Una aspiración que consiguió con creces no solo en Managua, sino en todos los municipios del país, siendo estratégicamente importantes las masivas movilizaciones sandinistas en Jinotepe y Masaya, las dos ciudades que más han sufrido la opresión fascista de los grupos violentos sufradados por EEUU y apoyados por la Iglesia Católica.
Las calles de Monimbó inundadas de banderas rojinegras. Y en el histórico Comandito una vez mas celebrando la revolución. #Golpista te fuiste y ni adiós dijiste. AQUI ESTÁN LOS CACHORROS. ¡Viva Masaya! ¡Viva El Frente! #AquiNicaraguaLibre pic.twitter.com/GzJ39dRVJd
— Franco Porta (@jlch99) 19 de julio de 2018
En el plano internacional, Nicaragua recibió el apoyo expreso de Venezuela, Bolivia, El Salvador y Cuba. El presidente Nicolás Maduro mandó una carta en la que expresó su apoyo al FSLN y al presidente Daniel Ortega. Además envió a su canciller Jorge Arreaza, quién pronunció un mitin junto al mandatario nicaragüense en una abarrotada Plaza de la Victoria en Managua, la capital del país.