La política exterior de Ecuador ha variado con Lenín Moreno al frente de los asuntos públicos del Estado. El presidente decidió variar la postura soberana e independiente del expresidente Rafael Correa, para supeditar las decisiones a la política de la administración de Donald Trump.
El gobierno estadounidense está embarcado en una agresión constante contra Venezuela, con el objetivo de retomar el control de los recursos naturales del país para ponerlos en manos de las empresas privadas, algo que no permite la Revolución Bolivariana en el gobierno al estar nacionalizados los recursos estratégicos.
Ese ataque por parte de EEUU se encuentra ahora enfocado en cimentar una matriz de opinión exagerada por sus medios de comunicación. Se trata de hacer ver al mundo que millones de venezolanos huyen despavoridos de su país a causa de la pobreza y la represión a las que les somete la “dictadura” de Nicolás Maduro.
Bajo esa premisa, EEUU quiere manipular la realidad de Venezuela para que cuando invada militarmente el país, o logre quebrar a una parte de las Fuerzas Armadas Nacionales Bolivarianas (FANB) para que den un golpe de estado, los ciudadanos de los principales países de la Comunidad Internacional, vean como un mal necesario esa vulneración de la democracia y el derecho internacional.
Precisamente por eso EEUU y sus aliados forzaron a la ONU a enviar a uno de sus más prestigiosos expertos independientes, Alfred de Zayas a Venezuela, para que tras una estancia de varias semanas realizase un informe expresando que el país suramericano vive una crisis humanitaria causada por la mala gestión del gobierno de Nicolás Maduro. Sin embargo Alfred de Zayas comprobó durante varias semanas de estancia que no había crisis humanitaria, y que el desabastecimiento y el alza de los precios estaban provocados por las sanciones de EEUU y de la UE.
El informe del experto de la ONU fue silenciado porque no sirvió para que EEUU tuviera la excusa perfecta para desplazar sus tropas en un buque militar de apariencia médica hasta las costas venezolanas. En la actualidad los esfuerzos se centran en aumentar las cifras de los emigrantes que salen del país.
El ejecutivo de Donald Trump expresa que hay más de dos millones de venezolanos que han salido del país en los últimos meses. Como la cifra real es de 600.000, EEUU necesita cuadrar sus números. Lo consigue pidiendo a sus países aliados que inflen los datos reales de las cantidades de ciudadanos venezolanos que residen dentro de sus fronteras.
Lenín Moreno ha sido uno de los que ha manipulado las cifras. El presidente ha afiliado oficialmente a Ecuador en el grupo de los países que apoyan el golpe continuado que sufre Venezuela. Como era de esperar, el canciller venezolano Jorge Arreaza rechazó el dato inflado aportado por Ecuador, lo que ha provocado una medida desproporcionada: Lenín Moreno ha roto relaciones con Venezuela.
Esta ruptura no era necesaria. Las declaraciones de Jorge Arreaza son normales en el campo diplomático, sin que ni siquiera los embajadores sean llamados a consultas. Sin embargo la actuación de Lenín Moreno responde a una estrategia pensada para provocar los hechos que han tenido lugar.
Formar parte del ataque a Venezuela para provocar una defensa, e inmediatamente después responder ante la respuesta. El motivo es que, a causa de las relaciones históricas entre Venezuela y Ecuador instauradas por los presidentes Hugo Chávez y Rafael Correa, se permite a EEUU y a sus medios de comuicación fingir escandalizarse porque uno de los “históricos aliados” de Venezuela rompe relaciones. Así podrán asentar el argumento de que “Venezuela ha sobrepasado tantos límites que hasta sus más cercanos apoyos se separan de la nación gobernada por Nicolás Maduro“. Algo que nunca podrían haber hecho con otras naciones con relaciones diplomáticas a un nivel más bajo.