El documental sobre Marcelino Camacho es un éxito
Entre “lo posible y lo necesario“, Marcelino Camacho eligió lo necesario, y ahora son muchos los que han acudido al estreno del documental sobre él para conocer su historia.
En el documento audiovisual no falta ninguna voz, incluida la de su mujer Josefina Samper -su fallecimiento se produjo durante el rodaje-, tan importante en el documental como Marcelino Camacho. También destaca la cantidad de piezas de archivo con las que cuenta el documental para ver al líder sindical en diferentes facetas.
Participaron en el rodaje los actores Carlos Olalla y Gloria Vega, que subidos a un escenario teatral hablan como si fueran Marcelino y Josefina, pero su interpretación busca únicamente dar fuerza a las palabras de ambos, conectar y explicar los diferentes momentos del documental sin pretender en ningún momento caracterizarse ni actuar como ellos.
Con el énfasis puesto únicamente en las palabras, logran imprimir más fuerza al relato. Pero la verdad es que puede costar acostumbrarse a los cambios de plano y voces al pasar del Marcelino “real” al Marcelino “actor“, y tampoco salen demasiado tiempo.
El director Adolfo Dufour ha sacado adelante el proyecto a través de una cooperativa y el crowdfunding, lo que le ha dado un presupuesto de 50.000 euros. El documental empieza antes incluso de la llegada de la II República, cuando Marcelino Camacho era un niño. El documental abarca el tiempo que va desde el periodo republicano, la dictadura y llega hasta nuestros días.
Franquismo, transición hacia la democracia, la creación del sindicato Comisiones Obreras (CCOO), la vida del movimiento obrero, el Partido Comunista de España (PCE), y la creación del Movimiento Democrático de las Mujeres son partes fundamentales de este documental.
Acierta a la hora de elegir cómo y con cuánto tiempo narrar cada parte de su vida, apostando también por narrar los cambios que sufrió el sindicato tras su marcha, y hasta se atreve a entrevistar a los siguientes secretarios generales, que la verdad, no quedan muy bien cuando se contrastan sus palabras con sus hechos.
Adolfo Dufour falla a la hora de aportar titulares de periódico, poniendo tantos y tan rápido que es imposible leer la mayoría de ellos, y aunque en realidad es parte de lo que se pretende, algunos son realmente dignos de poder observarse con tiempo suficiente.
No es objeto de este análisis relatar su vida, para eso está el documental, pero sí merece la pena pararse en los detalles, y aquí destacaremos dos: por un lado la completa convicción de que hacían lo correcto -lo que les llevó a comprar una casa al lado de la cárcel de Carabanchel en vez de comprarla al lado del trabajo-, precisamente porque sabían donde acabarían, como finalmente sucedió. La segunda la fortaleza de su mujer, que no solo no se vino abajo tras la detención de Marcelino Camacho, sino que con fuerza mostraba alegría en su casa con sus hijos, y salía todos los días a decir que su marido era un preso político y seguía luchando sin miedo.
“Es importante que las generaciones actuales y futuras sepan que hubo héroes como Marcelino Camacho que lo dieron todo por conseguir los derechos que hoy tenemos“, así comenzaba Alberto Garzón una rueda de prensa en homenaje a Marcelino Camacho y a este documental. Tanto su partido como su sindicato han hecho diferentes actos aunque en la práctica, movilizó a mucha más gente del PCE que de CCOO para ver este documental.
Por último señalar que esta cinta no solo se limita a contar su vida, su lucha y su obra, sino que su calidad es tan alta y tan fiel a la realidad, que al final cuando termina es difícil evitar las lágrimas. El Marcelino Camacho más combativo, al que ni domaron, ni doblaron ni lograron domesticar, aparece como una figura muy necesaria hoy día, y sus análisis sobre la deriva del sindicato, sus errores y por dónde debía ir, lograron despertar múltiples aplausos en la sala de cine.