De la sacra obligación de entregar dinero o en especies a la Iglesia para la santa causa de propagar el Evangelio en calidad de diezmos y primicias, ha quedado la mala costumbre de meterle la mano al modesto bolsillo de la gente del equipo para aumentar los ingresos del jefe, hombre o mujer. Allí hay chantaje, concusión, enriquecimiento injustificado, inmoralidad, conducta antiética, abuso de poder, viveza criolla. ¡Impresentable! De ésos y ésas hay bastantes en el sector público. Recién se animan a denunciar sus víctimas y entonces ha reventado la bomba.
La segunda al mando cuántico últimamente ha quedado en evidencia ante la denuncia con declaración juramentada en documento público notarizado, de que se hacía entregar la mitad del sueldo de su asesor y que lo deposite en su cuenta corriente. ¿Ingenuidad?; ¿prepotencia? Alega que esa plata era para su partido sin partido. Ni cómo negar. Sólo repite que es víctima de chantaje y malquerencia de un ingrato. La Fiscalía tiene para escoger los delitos que quiera para imputarla. La autorización de la Asamblea Nacional para el enjuiciamiento penal se da por descontada…
…porque la consigna para sacarla de la Vicepresidencia que nunca mereció ni supo honrar, es parte de una conjura concertada. Ellos le pusieron con las justas, con apenas 70 votos conseguidos a punta de platos y platos de lentejas; y ellos mismos le sacan.
¡Qué ironía! Jorge Glas fue elegido democráticamente por más de cinco millones de votos y la muy suertuda en el escabroso campo de la negociación, del toma y daca. Lo mal llevado el diablo se lo carga. Qué poco les duró la transacción. Horita de desocupar el alto puesto para llenarlo con un cuadro de la más íntima confianza del Cachorro, que le allane el camino para su añorado ascenso a Carondelet, sin mandaderos ni comedidos.
Eso es todo. Los diezmos han sido tan viejos como todas sus demás malas costumbres, pero por ahora les valió a la medida de sus insaciables ambiciones, para el propósito de alzarse con el poder total. Le bajaron el dedo, como lo hacían los Emperadores romanos para decidir la muerte de los gladiadores y cristianos. La susodicha se pregunta, ¿dónde están mis multitudes?, dirá: sus aduladores de ocasión, porque quien a cuchillo mata, a cuchillo muere. Acostumbrada a poner su foto a lado del Mashi Rafael, ahora la usurpadora se dio con la piedra en los dientes.
Un hombre justo, patriota y perseguido, está decidido a ofrendar su vida en defensa de su inocencia e integridad. El mundo reclama por el demencial LAWFARE que le aplican los odiadores que se niegan a evaluar la falta de pruebas únicamente por venganza. Quieren descorreizar al Ecuador, como si mandaran en el corazón del pueblo. ¡Los muertos que ellos matan gozan de muy buena salud! Nuestro país y el mundo reclaman por la inocencia y la vida de Jorge Glas.