Si estás leyendo esto es porque ahí afuera alguien te está obligando a asumir la terrible realidad de que España no es un país de cultura y arte.
Después de esto, por tu cumpleaños recibes una taza adorable con un mensaje motivacional, algo sobre la felicidad, un conjunto de palabras vacío con el mismo significado absurdo que el resto de las frases que te asaltan a través de las redes sociales cada mañana. Pero tú sabes que el ser humano no es un programa informático, que no te puedes poner en modo calmado, ni obligarte a vivir en paz contigo mismo cuando existen en el mundo tantos conflictos que resolver…e incluso crear.
Es que tú, harías lo que fuera por crear. Por trascender, por ser escuchado y comprendido. Harías lo que fuera para que comentaran tus obras y logros en tono serio, en tono analítico y académico. Harías lo que fuera por callar al gurú que afirma que eres infeliz porque no sales de tu zona de confort. Porque tú siempre te has preguntado dónde diantres está esa zona en la que tu jefe explotador te quiere hacer creer que resides de manera permanente.
“Por eso no asciendes, ni puedes dejar la casa de tus padres”. “Es que eres tan perezoso y molesto que hasta has nacido por cesáreas”. “Déjate de soñar y vuelve a la realidad”. “No vas a ser el próximo Cervantes o la próxima Virginia Woolf”. “Por algo os llaman la Generación Perdida”.
Pues disculpe usted, Dom Casmurro, pero ya hubo una Generación Perdida, una generación que germinó en el páramo de una profunda crisis. Pregúntele a Hemingway y Dos Passos. Sí, esos dos que le suenan de alguna película o algo así.
No, ahora no somos más vagos, ni menos creativos; no buscamos fama pasajera ni el dinero fácil. Ninguno vamos a ser el próximo Cervantes, Picasso o el próximo nadie. Vamos a ser nosotros mismos. Y buscaremos nuestro lugar en el mundo, un nuevo París, una nueva casa en el 27 de la Rue de Fleurus. Le llamaremos Sección cultural de ElEstado.net y en él se reunirán todas las obras y proyectos de gran calidad que hoy en día pasan desapercibidas entre mediocridad patrocinada y bombardeos publicitarios.
Tú, querido lector, creador y consumidor de buen gusto. Que percibes talento en Mariella Devia y en Ice Cube. Que sabes que puede existir la calidad sin existir el elitismo, que tienes algo que decir, aportar o simplemente sentir de manera intensa y completa. Tú, que conoces que no es lo mismo cultivarse con efímeras flores que hacerlo con árboles que podrían ser milenarios. Tú, que amas con intensidad y te desvives en los museos, que lo único que te preocupa de la muerte es la falta de creatividad de la nada. Tú, has encontrado tu espacio. Un espacio que solo requiere de tiempo. Tal vez una hora cada mes. Pero una hora con el valor de toda una generación.
Porque cuando una generación perdida ha encontrado su lugar, el mundo tiembla y los cimientos de un sistema injusto y acaparante se tambalean. Entonces, te das cuenta de que el mercado no estaba loco alabando libros de poemas nefastos publicados por una concursante de un reality musical o rompiendo de manera deliberada un cuadro de un mal grafitero.
En ese momento, llegas a la paranoica conclusión de que solo estaban eclipsando aquello que merecía brillar, humillando a la gente de tu tiempo, a ese adolescente de treinta años que llora con cartas de rechazo editoriales. Nos estaban diciendo que todo está escrito, que todo se ha inventado, que la creatividad es asunto de las épocas clásicas donde la gente meditaba y que ahora solo se lleva el provocar para llamar la atención. Todo en menos de lo que canta un trending topic.
En efecto, puede que esta carta sea para eso: para provocar y llamar tu atención. Pero si no te gusta nuestro sistema, solo te puedo invitar a que te unas a él.
La necesidad de este proyecto
ElEstado.net es un periódico de izquierdas que tiene como propósito principal el desmentir las desinformaciones que otros diarios publican con regularidad. Hasta la pasada semana nuestra humilde publicación no había contado con una sección cultural propiamente dicha. No obstante, un día vimos que esta sección era necesaria, no solo por el amor y la protección que la izquierda real le ha dado históricamente a la cultura mientras otros han especulado con ella, subido el IVA cultural al máximo o destrozado a instituciones, proyectos o artistas no convenientes. También lo hemos hecho por vosotros, nuestros lectores, para que encontréis en este lugar un remanso de paz, disfrute y reflexión.
Seáis españoles, latinoamericanos, ecuatoguineanos o simplemente amantes de nuestra lengua, arte y costumbres, en este lugar encontraréis aquello que necesitáis para sentiros plenos, orgullosos y amargamente felices. Poco a poco iremos construyendo esta sección hasta convertirla en un refugio de intelectualidad, crítica y lucha social a través del estudio del arte en todas sus vertientes. Allí esperaremos y acogeremos a todos los que huyan de la tormenta de fascismo e ignorancia que nos asola dentro de este territorio de noticias falsas y odio al progreso.
Mientras una entristecida izquierda escucha el ruido de las botas militares y sigue creyendo que nuestro país está sumido en la más profunda ignorancia, hay artistas que siguen confiando su talento al país de la Alhambra y el Prado. Y aunque muchos se hayan tenido de ir de su España para no fenecer de hambruna de comida y aplausos, otros siguen realizando grandes creaciones con bajo presupuesto y nombrando en sus agradecimientos a un Ministerio de Cultura flaco tanto de dinero como de pasión.
España es culta, queridos izquierdistas desengañados. España es culta a pesar de las trabas económicas, los pisoteos al talento y la veneración de ciertos medios a la mediocridad. España es culta y donde los mismos que lapidan las subvenciones poseen el poder de la mayoría de medios culturales de calidad, la izquierda debe encontrar una publicación menos hipócrita y acorde a su ideología. Una sección que lejos de ser pedante, amiguista y anticuada sea responsable, honesta e innovadora. Una sección que contradiga a Ortega y Gasset y sus acusaciones contra unas muy respetables charangas y panderetas.
Es por eso que el periodismo cultural de calidad debe agradecer su dedicación a Richy Fernández, Marina Aguirre, Sultana Palestina, Meggy Williams, Pablo Álvarez, Carlos Fernández, Gerard Tico Guiu y otros tantos redactores o colaboradores esporádicos. Y también a nuestro director, Gonzalo Sánchez, que ha hecho posible este proyecto.
A la vez, animamos a todos aquellos que crean que tienen algo que ofrecer a este lugar y os instamos a extender nuestras fronteras más allá de España: Ecuador, Argentina, América Latina, Guinea Ecuatorial…Todo lugar es bienvenido a una sección cultural que conduce por el carril de la izquierda.
Porque somos más fruto que páramo. Porque somos una generación abierta y la solución dermatológica a la caspa antigua que se quiere hacer con nuestro futuro.
La cultura es la educación que se disfruta. No puede estar en manos de tecnócratas infelices.