La situación de los gatos ferales en Barcelona
El 18 de diciembre de 2018 un guardia urbana de la ciudad de Barcelona disparó a una perra, Sota, que murió desangrada en medio de la calle, ante la mirada de decenas de ciudadanos que no se podían creer lo que estaba pasando. La ejecución de Sota generó un amplio rechazo entre los barceloneses, como se pudo comprobar en las distintas manifestaciones que se produjeron los días siguientes. La respuesta de la Guardia Urbana y de Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, asegurando que la policía local había actuado según los protocolos establecidos, todavía generó más malestar entre la comunidad animalista de la ciudad condal.
Al poco interés mostrado por el consistorio ante el asesinato de un perro, se le debe sumar la aprobación de una nueva normativa del propio Ayuntamiento que obligará a llevar a los perros atados en todo momento, con la excepción de las zonas especialmente habilitadas, es decir, los conocidos popularmente como pipicans. Esto representa que los perros ya no podrán disfrutar de los parques de la ciudad; para combatir esta nueva normativa nació la Plataforma Espai Gos Bcn.
A raíz de estos hechos, ElEstado.Net se puso en contacto con distintas asociaciones animalistas de Barcelona, conociendo que había otro frente abierto entre el Ayuntamiento y dichas organizaciones: las colonias de gatos ferales. En 2018, según fuentes del consistorio, estaban contabilizadas 768 colonias de gatos ferales en Barcelona, las cuales contaban con un total de 9.100 felinos. Estas colonias están gestionadas por asociaciones sin ánimo de lucro, formadas por unos 500 voluntarios acreditados por las autoridades municipales.
Según dichas asociaciones, el Ayuntamiento se ha mostrado poco colaborativo con ellos cuando se realizan obras que afectan estas colonias. Cuando se lleva a cabo una obra de urbanización en las zonas donde habitan estos animales, los voluntarios y las voluntarias que cuidan a los felinos se encuentran con muchos problemas para continuar con sus funciones, además de producirse la desaparición de animales. Concretamente, ha habido tres grandes proyectos urbanísticos que han afectado de forma severa dichas colonias. Las obras de reurbanización de la Plaza de las Glorias, las de la nueva estación de La Sagrera, y las de la antigua fábrica Ca l’Aranyó del Poblenou.
En relación a esta última actuación, ya en febrero de 2018 hubo una primera reunión entre la Asociación Gats Lliures del Poblenou y el Ayuntamiento de Barcelona para analizar el traslado de los gatos. La preocupación de la asociación no era infundada; durante las obras realizadas en la calle Josep Estivill (Sagrera) desaparecieron cinco gatos de la colonia afectada por las mismas.
El traslado de los gatos, así como su asentamiento en un espacio nuevo, es muy delicado, especialmente por las características de estos animales. Un gato sometido a estrés continuo durante cinco días, puede empezar a mostrar patologías, según informan distintos veterinarios.
Según la portavoz del Partido Animalista Contra el Maltrato Animal (PACMA) de Barcelona, Raquel Iglesias, el Ayuntamiento de Barcelona debería legislar sobre dos temas en concreto:
- Establecer un protocolo de actuación para el traslado de colonias de gatos.
- Establecer en los Pliegos de Condiciones de proyectos y obras que afecten a colonias de gatos que estas existen y que se debe asegurar su traslado en condiciones. Así, según PACMA el Ayuntamiento debería solucionar los casos que tiene abiertos a fecha de hoy y, posteriormente, establecer un protocolo marco para los casos que se produzcan en un futuro.
Las distintas asociaciones existentes en Barcelona han intentado reunirse con los responsables del Ayuntamiento en varias ocasiones, por lo menos desde hace un año. En los últimos meses han intentado sentarse con el Comisionado de Ecología del consistorio catalán, el señor Frederic Ximeno. Muchas de las reuniones programadas, como la que debía celebrarse el viernes 8 de febrero, fueron canceladas en el último momento sin explicación previa.
Al final, la sensación que da el gobierno de Ada Colau, expone Iglesias, es que sólo pretenden ganar tiempo y que la colonia desaparezca paulatinamente, eliminando el problema sin tener que actuar. En las distintas reuniones con las asociaciones implicadas, los técnicos municipales se han lanzado acusaciones cruzadas; la Oficina de Protección de los Animales de Barcelona (OPAB) asegura que es otro departamento del Ayuntamiento, el de Parques y Jardines, el que es más beligerante con las colonias de gatos, a los que acusan de comerse a los pájaros autóctonos.
Entrevistado por ElEstado.Net, el comisionado Frederic Ximeno expresó que, durante los últimos cuatro años, el Ayuntamiento de Barcelona ha realizado importantes avances en el control y protección de los gatos ferales, como la creación de nuevos módulos de protección de plagas o la de un nuevo servicio permanente de esterilización. Según datos del propio Ayuntamiento, desde la creación del servicio se han esterilizado un total de 1.519 gatos, 560 de los cuales fueron tratados por dicho servicio municipal.
Peguntado sobre el caso del Poblenou, Ximeno expresó que, en cuatro años, se habían producido situaciones anómalas en 3 colonias de gatos como consecuencia de la realización de obras municipales. El Ayuntamiento de Barcelona tenía establecido un protocolo de no reubicación en caso de dichas obras, protocolo que reconoce debe ser revisado en función de cada caso ante los problemas surgidos.
El comisionado expuso en sus declaraciones que asumían que en los casos de Glorias, Sagrera y Poblenou el Ayuntamiento había reaccionado tarde, aceptando su parte de culpa en los problemas surgidos, pero asegurando que, en los dos primeros casos, la situación se había podido solucionar y que, en el caso del Poblenou, estaban reunidos con las asociaciones y los partidos para buscar una solución definitiva.
Sobre las reclamaciones de las distintas asociaciones y de la PACMA, Ximeno reconoció que sus peticiones eran racionales, y que su departamento ya estaba trabajando para darles respuesta. Concretamente, expuso que su comisionado estaba trabajando para que la OPAB se integrara en la comisión de obras de manera permanente, teniendo así más margen de actuación; además, también se refirió a la redacción de un protocolo de reubicación en caso de ser necesario, estudiándose la posibilidad de crear espacios de reubicación en cada uno de los diez distritos de la ciudad para casos extremos.
Finalmente, preguntado por el caso de Sota, Ximeno reconoció que se está trabajando conjuntamente con la Guardia Urbana de Barcelona para la revisión del protocolo de actuación de la policía local para que no se repitan casos como el mencionado al principio del artículo.