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Toreando al electorado (tauromaquia y política)

La tauromaquia es uno de los principales caballos de batalla de VOX.

Pablo Casado acaba de prometer más promoción de la tauromaquia, incluyendo su difusión por la televisión pública.

Ciudadanos pactó con los dos anteriores subvencionar hasta el 75% las corridas de toros en Andalucía.

¿Por qué, qué se pretende con esto? ¿Qué beneficios dan los espectáculos de tauromaquia? ¿Nos cuentan la verdad? ¿A qué responde este interés? ¿Cómo afecta esto a las futuras elecciones? ¿Qué mentiras nos han contado una y otra vez sobre este tipo de espectáculos?

“De los toros (…) propuse con toda determinación de nunca verlos en toda mi vida ni ser en que se corran”. Isabel la Católica, carta a Fray Hernández de Talavera.

Dejando de lado que, se quiera justificar o no, la tauromaquia no deja de ser la tortura y asesinato ritual de un animal como espectáculo, analizamos los datos de la tauromaquia en España y en Andalucía para ver qué distribución y evolución tiene este tipo de espectáculos.

“El Toreo es cultura”

En este caso, no queremos extendernos en demasía. Creemos que lo más correcto en este caso no es comentarlo nosotros, sino algunas de las principales figuras de la cultura de la tierra:

Nunca sentí piedad por un torero, y hasta pensé a veces que era buena su muerte por el pobre toro traicionado“. Juan Ramón Jiménez.

El toro es un animal noble que ayuda al hombre en sus labores del campo y que no merece ser tratado de este modo”. Francisco de Quevedo.

No creo que trajera trastornos de ninguna clase la supresión de las corridas y sí muchos beneficios”. Miguel de Unamuno.

Las corridas de toros son propias de una patria embrutecida que no sabe qué camino tomar”. Giner de los Ríos.

Con el toro no se juega, puesto que se le mata, sin utilidad aparente, como si dijéramos de un modo religioso, en holocausto a un dios desconocido”. Antonio Machado.

Ninguno de nuestros reformadores se ha atrevido a suprimir las deseducadoras corridas de toros y el vicio de la lotería a pesar de cuánto nos desprestigian ante el extranjero”. Ramón y Cajal.

Las corridas de toros son un vicio de nuestra sangre envenenada desde antiguo”. Jacinto Benavente.

¡Que guste España de ver/una fiesta tan maldita!”. Tirso de Molina.

No te falta/razón, que esta fiesta bruta/solo ha quedado en España/y no hay nación que una cosa/tan bárbara e inhumana/si no es España consienta”. Lope de Vega.

Ayudas a la tauromaquia

Si la tauromaquia es algo tan típicamente español, ¿por qué protegerla? ¿No serían la mayor parte de las españolas quienes acudieran a los toros? Si es tan rentable como diversas personas y publicaciones aseveran, ¿por qué necesitan ayudas? Si crea empleo, ¿por qué no se nota en el paro?

En 2017 ya se bajó el IVA a este tipo de negocio del 21% al 10%. Cada año se destinan hasta 564 millones de euros en subvenciones a la tauromaquia. Esta cifra es completa, y contrastará con la que encontréis en otros medios, que excluyen a menudo lo que no sea en exclusiva gasto directo para una corrida de toros, obviando otros tipos de espectáculos, incluyéndolo a menudo en los gastos de ferias y similares, excluyendo ayudas no específicas, premios y ayudas indirectas.

No, la tauromaquia no tiene tanto seguimiento, ni la mayoría de los votantes de derecha van a los toros, ni genera apenas empleo, y el que crea no es de calidad. Entre 2007 y 2015 ha caído el número de festejos hasta más allá del 50%, aunque quieran vendernos otras cifras al incluirse cada vez más tipos de espectáculos en la estadística –cosa muy necesaria, por otra parte, para su erradicación-. La mayor parte de las plazas de toro ni siquiera se usan en festejos.

La tauromaquia es rentable, sí, pero para una ínfima minoría: los toreros de fama y, sobre todo, los grandes criadores de toros de lidia. Es decir, nuevamente, a una gran minoría terrateniente. La gran mayoría de las ayudas repercuten directamente en los grandes terratenientes y propietarios, como Osborne.

En cuanto a los profesionales de la tauromaquia, sólo el 8% hace alguna corrida al año, por lo que, como colectivo, tampoco salen beneficiados. No hay que olvidar que muchos toreros suelen salir de clases muy pobres, y son los de familia rica (los que salen en las revistas) los que tienen la vida prácticamente ganada. El torero medio está a las órdenes del empresario también.

Hablamos de minorías siempre: de toda la extensión de dehesa, únicamente el 9% incluye toros de lidia y solo en torno al 20% de las ganaderías de toro bravo las que venden ejemplares para su lidia, por lo que el resto ha de vivir, forzosamente, de las ayudas. Pese a todo, la cría de toro de lidia continúa en la misma línea, dado que es rentable gracias a estas ayudas. Ayudas que se deberían emplear en paliar la pobreza, no en mantener campos sin sembrar o en cría sin sentido de animales solo como bien capitalista o para saciar las ansias de sadismo de una minoría.

Pese a la imparable bajada del sector de la tauromaquia en cuanto a seguimiento y número de espectáculos, el número de toreros, banderilleros, rejoneadores, etcétera, ha aumentado. ¿Cómo es esto posible? Muy sencillo: ante la crisis, la promesa del dinero que se puede llegar a conseguir en ese sector es muy tentadora. Sin embargo, la edad media de este tipo de profesionales es cada vez más alta.

Si cada vez hay menos jóvenes que hagan carrera en la tauromaquia, ¿Cómo es posible que aumente cada vez más el número trabajadores del ramo? Las estadísticas están, nuevamente, falseadas, con el único objeto de cimentar el falso argumento de que se crea empleo.

Además, la tauromaquia recibe una serie de beneficios que no se encuentran en otros sectores, como incentivos a empresas organizadoras. Pese a los numerosos casos de impago que deberían haber causado la clausura de muchos de estos centros, numerosos gobiernos locales y provinciales permiten la continuidad de los espectáculos.

La tauromaquia como elemento político en España de cara a las elecciones

Cada año se matan unos 60.000 toros de lidia, ante la atenta mirada de niños. La Unión Europea ya ha avisado en numerosas ocasiones contra esto. A nadie se le escapa que la tauromaquia está en caída libre. Y es ciertamente Podemos quien más ha atacado a este arcaico espectáculo. Poco tardó Esperanza Aguirre en mover las subvenciones a través de la Comunidad de Madrid cuando Carmena cortó rápidamente los fondos para este fin en 2015.

El Partido Popular sí cree en la tauromaquia, aunque solo sea como política derechista para continuar haciendo más ricos a los ricos y más incultos a los ciudadanos. Ciudadanos no cree en la tauromaquia como partido; simplemente lo usa como moneda de cambio para obtener otras concesiones. Por último, VOX tampoco cree realmente en este objetivo. Es simplemente una bandera que viste de heroicidad de tiempos remotos empañados para alejarlos de la historia verdadera, y darle un cariz de gloria imperial y solemnidad. La tauromaquia se ha convertido, al fin, en un simple elemento de márquetin, tal y como sucediera con el famoso toro de Osborne que se ve aún en partes del estado junto a las carreteras.

Fichar a toreros para sus listas, como están haciendo PP y VOX, es también una maniobra vacía. ¿Quién cree realmente que Unidas Podemos ha sido quien más ha avanzado en la eliminación de los toros, dado que PACMA carece de un programa lo bastante extenso en otros aspectos como para interesar a una base lo bastante amplia?. Queda por ver si la ampliación de las bases de Podemos les aleja definitivamente de ese frente o no.

La cuestión es que, a día de hoy, la tauromaquia se ha convertido en un campo de batalla del que poco sabe el votante medio. ¿Crea empleo? ¿Es beneficioso o dañino para la economía? Unas dicen una cosa, y otras dicen lo contrario.

Cuando nos venden los supuestos puestos de trabajo, no son tales. Nuevamente, son cifras lavadas, incluyendo desde los contratos por pocas horas de acomodadoras y limpiadoras en un evento en concreto como las transportistas de animales vivas, las chóferes… que ya desempeñan esa labor para otros negocios.

En general, y de nuevo salvando únicamente a una ínfima minoría, el trabajo que se genera es de paupérrima calidad y de poca duración. Incluso el trabajo de la cuadrilla del torero suele ser más por actuación que por temporada.

Segmentación de la tauromaquia

También responde a fines políticos la imagen que podamos o no tener de las diferentes partes del estado con respecto a la tauromaquia.

Carmena anunció que quiere que Madrid sea “ciudad amiga de los animales”. En Cataluña desde 2012 no hay corridas, y Barcelona se hizo antitaurina en 2004. A día de hoy, numerosas asociaciones buscan acabar con los “correbous”. Baleares sigue litigando con el Tribunal Constitucional para acabar con la tauromaquia en esta comunidad insular, y llegar al nivel de Canarias, que las prohibió en 1991. Galicia observa cómo Pontevedra se esfuerza para seguir los pasos de Coruña.

A menudo vemos vaivenes al respecto, dependiendo del partido que entre o salga, se hace y deshace. Pero hay algo que queda claro: es el Estado central quien controla. El Tribunal Constitucional determinó a finales del año pasado que, “si el toro no muere, no es cultura”. De hecho, es la parte central (Murcia, las Castillas, Madrid y Pamplona) donde se tienen consideradas las corridas de toros como Bien de Interés Cultural o Patrimonio Cultural Inmaterial.

Sin embargo, a menudo vemos que al torero típico se le caracteriza con acento andaluz. En general se asocia a Andalucía la tauromaquia. ¿Está fundado este prejuicio?

Efectivamente, un cuarto de los toreros del ranquin de los 52 más valorados es de origen andaluz. Quizás sea excesivo que la práctica totalidad de la caracterización de toreros en televisión tenga este acento, máxime cuando Madrid le sigue tan de cerca (21%).

Sin embargo, Andalucía es uno de los lugares donde más han descendido los festejos taurinos (de ahí el interés de VOX en las elecciones al Parlamento Andaluz).

Andalucía ostenta el octavo puesto en cuanto a número de espectáculos de tauromaquia, lo que nos indica que se trata más de una profesión que se da pero que se exporta. Las andaluzas no son destacadas consumidoras de la tauromaquia.

Espectáculos y festejos taurinos por comunidades (año 2017)

Otro dato revelador de la manipulación que causa la imagen de la Andalucía pro-taurina es que se suelen dar los datos de números de espectáculos a nivel de comunidades autónomas, y no de provincias o de números de habitantes, cuando el número de ambos factores es mucho más elevado. Si bien al hacerlo a partir de CCAA, Andalucía casi se puede equiparar a las Castillas o Madrid, definitivamente al hacerlo por habitante queda puesto de manifiesto que no es este el caso.

 

Estamos, una vez más, ante un caso de manipulación mediática, en la que la forma de vida agreste, rural y campesina de Andalucía se equipara a la incultura, la brutalidad, y donde la apropiación cultural se mezcla con la imposición de costumbres externas como propias.