El heavy metal es un estilo que ha aportado bastantes bandas al mundo de la música, e incluso algunas de ellas han tenido una gran repercusión a nivel de masas. Lleva instalado entre nosotros desde hace décadas, y a día de hoy sigue aportando un buen número de grupos de gran calidad. De él se han ramificado multitud de subgéneros, siendo el heavy metal clásico el primero de ellos.
El heavy metal -o metal- tiene su origen entre finales de los 60 y principios de los 70, siendo un puñado de bandas las que fueron poniendo los cimientos del estilo, como Led Zeppelin, Deep Purple, The Who, etc. Se suele asociar su creación como primera forma completa a la banda británica Black Sabbath, por el hecho de publicar el primer trabajo íntegro del estilo, aunque también existen informaciones al respecto que incluyen a los estadounidenses Blue Cheer.
De todas maneras todo es un poco inexacto y no hay tanto consenso como cabría esperar, ya que es complicado establecer un momento concreto en el que se diga que el estilo está realmente formado, motivo por el que suele haber diversas teorías.
El primer subgénero del mismo es el heavy metal clásico o tradicional, aunque fueron surgiendo muchos más como el thrash, el doom, el power, el metal progresivo, nü metal y un gran puñado más que acabarían alimentando al metal y a la música en general.
Obviamente, la mayoría de bandas son capaces de ir mostrando elementos de diferentes subgéneros del mismo, o incluso plasmarlos a la vez con diferentes fusiones, y en muchas ocasiones se superponen elementos propios del hard rock, por eso con muchas formaciones musicales existe una batalla interminable para decidir si pertenecen al metal o al hard rock. Como hay grupos que no permanecen inmóviles todo el tiempo, cuando hay ciertas dudas, a veces es mejor valorar esto por discos concretos.
Selección de 20 grandes discos (décadas 70 y 80)
De todas formas, la intención aquí no es hablar de cómo ha surgido y ha evolucionado, ya que ello podría tratarse en un artículo aparte.
En esta lista pretendo resaltar grandes discos de heavy metal de corte más tradicional, si bien es cierto que, como digo, algunos de ellos han podido incluir elementos de otros estilos y subgéneros del metal. Es por eso que no aparecen Metallica, por estar más familiarizados con el thrash metal, Helloween, por ser buques insignia del power metal, o Led Zeppelin, por estar más emparentados con el hard rock, aunque estos han visitado otros estilos como el folk o el blues.
Además, varios de los subgéneros del metal tendrán su propia lista independiente, lo que propiciará una mayor profundidad en cada una de las formas del estilo.
Siéntense, lean y disfruten.
Angel Witch – Angel Witch (Bronze; 1980)
Angel Witch es uno de los grupos más representativos del mítico movimiento NWOBHM. Formados en Londres a finales de la década de los 70, tras unas demos iniciales apareció su álbum debut homónimo, un clásico que no ha obtenido mayor cota de popularidad por su mala promoción. Sin embargo, para muchos amantes del estilo, este trabajo es capital para el devenir del género musical en la década de los 80.
Se puede percibir que el sonido no es del todo logrado, pero ahí reside en parte su encanto, además de ofrecer una vistosa mezcla de influencias que van desde Black Sabbath hasta Motörhead, a las cuales les imprime su propio sello de identidad, con elementos góticos y reminiscencias punk, lo que a veces les lleva a ser comparados con los Iron Maiden más primigenios. Están liderados por el vocalista y guitarrista Kevin Heybourne.
Canciones destacadas: “Angel Witch”, “White Witch”, “Sorcerers” y “Gorgon”.
King Diamond – Abigail (Roadrunner; 1987)
Proyecto solista del danés Kim Bendix Petersen, conocido artísticamente como King Diamond, aunque está configurado como una banda propiamente dicha. Se dio a conocer por su trabajo en Mercyful Fate, y en solitario ha aumentado aún más su reputación. Abigail es su segundo álbum del proyecto, y el primero de ellos absolutamente conceptual, algo que iría repitiendo a lo largo de los años. Diamond es un consumado letrista al que le gusta idear misteriosas historias que desarrollar en cada entrega. Además de esto, el artista es también conocido por su técnica vocal, pasando de gruñidos a imposibles falsetes, a veces sumamente exagerados. Andy LaRocque, su guitarrista, es también su mano derecha, y también participa en la composición de varios temas.
Cabe destacar los numerosos detalles que existen en este preciado disco con relación a la numerología: nueve son las canciones, las cruces del carruaje de la portada, ciertos detalles de la historia…
Canciones destacadas: “Arrival”, “A Mansion In Darkness”, “The Family Ghost” y “Abigail”.
Motörhead – Ace of Spades (Bronze; 1980)
La banda liderada por el ya fallecido Lemmy Kilmister, antiguo miembro de los Hawkwind, es un compendio de heavy metal, hard rock, speed metal y rock & roll, con mayor o menor acentuación en cada uno de ellos dependiendo del álbum en cuestión. Ace of Spades, que no es su única obra maestra hasta ese momento, sí es el que logra romper la barrera de lo underground. De hecho, el álbum consigue alcanzar el número 4 de los charts del país, además de erigirse como el más vendido de la banda hasta ese justo momento, ya que después incrementarían sus ventas con el mítico directo No Sleep ‘Till Hammersmith un año después. Claro, ese directo viene potenciado por la trascendencia y la potencia del que nos ocupa, el cual ofrece uno de los clásicos impercederos de la banda como es la canción que da título al disco.
Quizá pecaron de repetitivos a lo largo de su carrera, pero han sabido hacer las cosas muy bien, a pesar de los puntuales cambios de formación posteriores.
Canciones destacadas: “Ace of Spades”, “Love Me Like A Reptile”, “(We Are) The Road Crew” y “The Hammer”.
Black Sabbath – Paranoid (Vertigo; 1970)
Hay diferentes bandas que han ido sentando las bases de lo que poco después se conocería como heavy metal, sin embargo, Black Sabbath es el primero en publicar un álbum asociado íntegramente a tal género desde una versión primigenia. Su álbum debut ya había sido un ejemplo de buen hacer, en el que el heavy metal se funde con la psicodelia, el blues, el hard rock e incluso una de las primeras formas del doom metal.
Todos esos ingredientes se ven potenciados en el posterior Paranoid, con el que además llegan hasta el número 1 en las listas británicas. Presenta uno de sus primeros himnos, “Paranoid”, canción que añade a la fórmula ciertas pinceladas proto-punk. No es el único título que ha trascendido del disco, pues “Iron Man” y “War Pigs” también figuran entre lo mejor del repertorio.
Siempre con los característicos riffs de Iommi, la pegada de Ward, el bajo de Butler y el carisma de Ozzy, que si bien no es el mejor vocalista que han tenido, sí es quien ha alimentado la leyenda de la banda.
Canciones destacadas: “War Pigs”, “Paranoid”, “Iron Man” y “Fairies Wear Boots”.
Judas Priest – Screaming for Vengeance (CBS; 1982)
La segunda mitad de la década de los 70 fue muy prolífica para los británicos Judas Priest, convirtiéndose en uno de los mayores exponentes del heavy metal. De hecho, varios de aquellos discos podrían haber ocupado este lugar. Sin embargo, he optado por incluir Screaming for Vengeance, enmarcado en la década de los 80, debido a la capacidad mostrada por la banda para salir de ciertos baches, como el que supuso el bajón de creatividad mostrado en Point of Entry. No sólo eso, es que además han sido capaces de componer una serie de canciones que se convirtieron en clásicos instantáneos. Desde la intro inicial “The Hellion”, la hímnica “Electric Eye”, la desbocada canción epónima, pasando por la comercial “You’ve Got Another Thing Comin'”, el disco discurre por senderos majestuosos de gran heavy metal con concesiones a grandes melodías y a una instrumentación potente y efectiva.
Es uno de sus trabajos más vendidos, consiguiendo el doble platino en los Estados Unidos.
Canciones destacadas: “Electric Eye”, “Riding On The Wind”, “Screaming for Vengeance” y “You’ve Got Another Thing Comin'”.
Mercyful Fate – Don’t Break The Oath (Roadrunner; 1984)
Una de las bandas danesas más interesantes dentro del género. Mercyful Fate, que ya habían debutado con el flamante Melissa en 1983, aunaron sus esfuerzos para tratar de superar un álbum que ya se había convertido en una joya de culto.
Curiosamente, los daneses están encuadrados dentro de la primera ola del black metal, si bien musicalmente no tienen mucho que ver, aunque sí a nivel de textos, atmósferas e imagen, los cuales a su vez influyeron drásticamente en posteriores bandas de black y gothic metal.
Don’t Break The Oath es una sólida obra de heavy metal con tendencia hacia los desarrollos progresivos, destacando sobremanera el trabajo de Denner y Sherman a las guitarras, mientras las melodías vocales son obra de King Diamond, carismático vocalista de aires teatrales y falsetes exagerados, el cual escupe letras relacionadas con el ocultismo. Aparecieron en las listas de éxitos de Suecia, el país vecino.
Canciones destacadas: “A Dangerous Meeting”, “Gypsy”, “The Oath” y “Come to Sabbath”.
Dio – Holy Diver (Warner Bros; 1984)
Tras haber militado en formaciones como Elf o Rainbow, cuando Ronnie James Dio abandonó Black Sabbath, habiendo ingresado en la banda sustituyendo a Ozzy Osbourne, creó un grupo musical utilizando su propio pseudónimo. Escudado por el guitarrista Vivian Campbell, el bajista Jimmy Bain y el batería Vinnie Appice, debuta con un clásico por antonomasia del heavy metal tradicional: Holy Diver. Hablamos de una obra sin apenas fisuras y con canciones bastante variadas, ya que contiene el pelotazo inicial “Stand Up and Shout”, la épica canción que da nombre al disco, la extraordinaria “Don’t Talk to Strangers” con su inicio reposado, o la hard rockera y melódica “Rainbow in the Dark”.
A pesar de estar ante un álbum en el que la instrumentación es notable, hay que destacar las cuerdas vocales de Ronnie James Dio, una de las mejores que ha parido el heavy rock.
Canciones destacadas: “Stand Up and Shout”, “Holy Diver”, “Don’t Talk to Strangers” y “Rainbow In The Dark”.
Omen – Battle Cry (Metal Blade; 1984)
Por popularidad no estamos ante una banda de primer orden del heavy metal, pero por calidad no están lejos de ninguno de sus buques insignia. Formados en Los Ángeles (Estados Unidos) a principios de la década de los 80, debutan precisamente con este Battle Cry en 1984, en el cual dan rienda suelta a un heavy metal tradicional , y muestran vestigios de lo que sería el power metal estadounidense. Omen no pudieron evitar seguir de reojo lo que hacían los Iron Maiden en el Reino Unido, y ello es algo que se plasma en varias de sus composiciones, como por ejemplo en “Last Rites”.
La suerte les ha sido bastante esquiva, bien porque jamás pudieron explotar comercialmente, bien porque sus obras posteriores no han podido igualar la calidad de este debut, aunque sus tres primeros trabajos están bastante por encima de discos de bandas estadounidenses mucho más afamadas.
Canciones destacadas: “Death Rider”, “The Axeman”, “Last Rites” y “Battle Cry”.
Riot – ThunderSteel (CBS; 1988)
Los estadounidenses Riot no son cualquier grupo dentro del estilo. Estamos ante una banda que lleva desde 1975 publicando material muy notable hasta nuestros días, a pesar de los constantes cambios de formación. Ya en sus primeros pasos sorprendieron con álbumes de la talla de Rock City (1977), Narita (1979) y Fire Down Under (1981), pero tras un receso de cinco años, con reestructuración mediante, resurgieron de sus cenizas cual ave fénix con el magistral ThunderSteel, en el cual añadían más potencia sin perder de vista las melodías. De hecho, incorporan elementos de power y speed metal a su heavy metal, abandonando un poco sus dejes más hardrockeros. En este trabajo, su líder, el guitarrista Mark Reale, quien falleció en 2012, se rodea de nuevos fichajes como el del batería Bobby Jarzombek, el genial vocalista Tony Moore y el bajista Don Van Stavern.
En la actualidad, y sin ninguno de los miembros fundadores, a pesar de que todavía cuentan con Van Stavern, se hacen llamar Riot V.
Canciones destacadas: “Thundersteel”, “Fight or Fall”, “On Wings of Eagles” y “Bloodstreets”.
Accept- Restless and Wild (Brain; 1982)
Siempre me gustó definir a los alemanes Accept como a una banda capaz de beber de AC/DC, pero imprimiéndole la potencia de Judas Priest, aunque creo que tal conclusión está ya bastante extendida. De hecho, así han hecho en varios de sus discos más afamados.
Restless and Wild es probablemente uno de sus álbumes más duros, conjugando el heavy metal con el speed y el hard rock, aunque no necesariamente el mejor, ya que Balls to the Wall (1983) o Metal Heart (1985), discos algo más ralentizados y melódicos, también son buenos exponentes de esta época clásica de la banda.
La estridente voz de Udo Dirkschneider es un torbellino sobre las guitarras incendiarias de Wolf Hoffman, las líneas de bajo de Peter Baltes y el imponente golpeo de Stefan Kaufmann a la batería, tal y como demuestran en la inicial y devastadora “Fast As A Shark”. Fue la primera vez que aparecieron en las listas de éxitos de países como Reino Unido, Países Bajos o Suecia, aunque el disco que lo precedería sería todavía más exitoso en términos comerciales.
Canciones destacadas: “Fast As A Shark”, “Restless and Wild”, “Neon Nights” y “Princess of the Dawn”.
Crimson Glory – Transcendence (Roadrunner; 1988)
Los estadounidenses Crimson Glory siempre se han mantenido lejos de los focos de las listas de éxitos, y de hecho suelen ser uno de los grandes olvidados a la hora de hablar del heavy metal con una tendencia más elaborada. Eso sí, quienes los conocen saben de su calidad, por lo que estamos ante una formación de culto enormemente respetada. A pesar de haberse formado en 1983, no debutaron hasta 1986 con el genial disco homónimo, sin embargo los encuentro más refinados en este Transcendence, en el que apuestan por añadir puntuales elementos progresivos a un heavy metal que se muestra inconformista desde las primeras notas plasmadas.
Quizá el hecho de haber coincidido en el tiempo con varios colosos del estilo les ha privado de mayor visibilidad en su mejor momento, y para cuando quisieron proseguir en la década de los 90, el tren de la calidad ya había descarrilado. A veces es cuestión de suerte, de aparecer en el momento más oportuno, y eso no siempre depende de uno mismo.
Canciones destacadas: “Lady of Winter”, “Red Sharks”, “Painted Skies” y “Lonely”.
Saxon – Strong Arm of the Law (Carrère; 1980)
Saxon es uno de los grandes exponentes de la corriente NWOBHM (New Wave of British Heavy Metal), si bien pocas veces ha podido competir con la grandeza de Iron Maiden.
Su primer larga duración resultó ser algo decepcionante, pero en 1980 desplegaron sus alas publicando dos álbumes de referencia: Wheels of Steel y Strong Arm of the Law. Con el primero de ellos obsequiaron al público con sus primeros clásicos, llegando además al número 4 de las listas británicas y obteniendo el disco de oro en las propias islas. Con el segundo la calidad no decayó, y a pesar de no alcanzar la misma popularidad que el anterior y de no adentrarse el top 10 de la mencionada lista (se quedaron en el 11), parece más sólido gracias a composiciones de la talla de “Heavy Metal Thunder”, “To Hell and Back Again”, “Strong Arm of the Law” o “Dallas 1PM”.
Cualquiera de los dos trabajos merecería aparecer aquí, incluso también el posterior Denim and Leather de 1981.
Canciones destacadas: “Heavy Metal Thunder”, “To Hell and Back Again”, “Strong Arm of the Law” y “Dallas 1PM”.
Diamond Head – Lightning To The Nations (Happy Face; 1980)
Diamond Head es otra de las bandas asociadas a la NWOBHM, un movimiento bastante inexacto en definición teniendo en cuenta que hacía referencia a una hornada de bandas británicas asociadas al heavy metal, sin embargo también engullían a otras como Def Leppard o Praying Mantis, las cuales están mucho más cerca en sonoridad del hard rock que del heavy metal.
No es el caso de esta banda, la cual fue punta de lanza con este Lightning To The Nations, todo un ejemplo de buen hacer con un puñado de canciones soberbias, y que a la postre no sólo no serían capaces de igualarlo, sino que rozarían incluso la mediocridad. Los cambios de formación, que a veces no suelen afectar demasiado, para estos británicos ha sido una condena. Muchas bandas del estilo pagarían por componer un temazo como “Am I Evil?”.
La portada en cuestión no es la original con la cual se comercializó en una primera edición, sino que pertenece a una posterior reedición de 1993 bajo el sello Metal Blade, y que la verdad, haría algo de justicia a su contenido.
Canciones destacadas: “Lightning To The Nations”, “The Prince”, “Am I Evil?” y “Helpless”.
Iron Maiden – Seventh Son Of A Seventh Son (EMI; 1988)
No necesitan presentación. Iron Maiden es quizá la bandera del heavy metal mundial y se han ganado una enorme popularidad por méritos propios. Muchos de sus discos desde su debut en 1980 hasta 1988 podrían ocupar este lugar, de hecho, The Number of The Beast (1982) supone un antes y un después en su carrera, así como Powerslave (1984) parece uno de sus empujones definitivos hacia el estrellato. Sin embargo, me inclino hacia Seventh Son of A Seventh Son, una obra conceptual con un sonido mágico y diferente al del grueso de discos del estilo, en el que utilizan de una forma equilibrada los sintetizadores.
El disco marca el final de una etapa gloriosa, ya que posteriormente jamás se han acercado a la grandeza musical de éste, y pocos álbumes de su catálogo pueden presumir de composiciones tan memorables como la inicial “Moonchild”, “Infinite Dreams”, los hits “The Evil That Men Do” y “Can I Play With Madness”, la progresiva canción que aporta el título al disco o la espectacular “The Clairvoyant”.
Fue su segundo número uno en los prestigiosos charts británicos, en una época en la que no lo era cualquiera.
Canciones destacadas: “Moonchild”, “The Evil That Men Do”, “Seventh Son of a Seventh Son” y “The Clairvoyant”.
W.A.S.P. – The Headless Children (Capitol; 1983)
Llamaron poderosamente la atención gracias a un debut homónimo que resultó ser bastante escandaloso y polémico. Con el tiempo, el sonido de la banda liderada por el vocalista y guitarrista Blackie Lawless se iría refinando para acabar siendo tomado muchísimo más en serio con el paso de los años. Su madurez musical llegó con The Headless Children, el álbum mejor construido hasta ese momento.
Con una poderosa banda que incluye además al guitarrista Chris Holmes y al bajista Johnny Rod, junto a las estelares colaboraciones del teclista Ken Hensley (Uriah Heep, Blackfoot, etc) y el batería Frankie Banalli (Quiet Riot, Billy Thorpe, etc), dejaron constancia de su talento a través de una serie de canciones de marcado carácter político, social y apocalíptico. Sobresale por el pelotazo “Mean Man”, la extraordinaria balada “Forever Free” y por la versión realizada de “The Real Me” de The Who, entre otros títulos . Tras este disco, Lawless se superaría con The Crimson Idol, pero ese álbum ya pertenece a otra década que ahora mismo no toca abordar.
Canciones destacadas: “The Real Me”, “The Headless Children”, “Mean Man” y “Forever Free”.
Ozzy Osbourne – Blizzard Of Ozz (Jet; 1980)
Ozzy Osbourne, carismático vocalista que pasó por los Black Sabbath más clásicos e inmortales, inició aquí su propia aventura en solitario. Tiene la virtud de suplir sus carencias técnicas vocales con el talento compositivo y su presencia en los escenarios. También ha sabido rodearse de buenos músicos capaces de aportar su granito de arena. En esta ocasión, el guitarrista Randy Rhoads y el bajista Bob Daisley serían además sus principales ayudantes en materia de composición, aunque la estelar formación se completa con el batería Lee Kerslake y el teclista Don Airey.
Con este trabajo fue capaz de enderezar un rumbo que poco a poco se fue torciendo con él en Black Sabbath, de hecho Blizzard of Ozz ya ha conseguido cinco discos de platino solamente en los Estados Unidos. Aquí se encuentran dos de las canciones más exitosas de toda su carrera: “Crazy Train” y “Mr. Crowley”.
Canciones destacadas: “I Don’t Know”, “Crazy Train”, “Mr. Crowley” y “Revelation (Mother Earth)”.
Pretty Maids – Future World (CBS; 1987)
Los daneses Pretty Maids llevan publicando material de forma regular desde aquel debut apabullante titulado Red, Hot and Heavy de 1984. Por el camino han ido variando ligeramente su receta musical, aunque en sus primeras entregas se entregaron en cuerpo y alma a un heavy metal de corte melódico. Future World fue su segundo esfuerzo musical, y en comparación con el mencionado debut resulta menos tosco, más flexible y con ciertas concesiones al hard rock. Todas las canciones fueron compuestas por el vocalista Ronnie Atkins y el guitarrista Ken Hammer, únicos miembros fijos en toda la historia de la banda.
Con este trabajo lograron captar la atención del mercado alemán, e incluso se asomaron ligeramente al Billboard estadounidense. Toda una institución del género que quizá no ha obtenido los réditos merecidos en base a sus méritos.
Canciones destacadas: “Future World”, “We Came To Rock”, “Yellow Rain” y “Rodeo”.
Savatage – Gutter Ballet (Atlantic; 1989)
Savatage es uno de los grupos más creativos del metal estadounidense. Su sonido, que ha ido variando en diferentes etapas de su historia, se acomoda aquí en el heavy metal con elementos progresivos y preciosistas arreglos gracias, en parte, a la producción del también compositor externo Paul O’Neill. De hecho, tal nombre es un factor a tener en cuenta en la transformación de la banda, que comenzó a hacerse efectiva en el también espectacular Hall Of The Mountain King de 1987.
Obviamente hay que añadir el talento del vocalista y teclista Jon Oliva, el de su hermano Criss, quien lamentablemente fallecería en 1993 debido a un accidente de tráfico, y el del también guitarrista y teclista Chris Caffery.
Si alguno de los lectores no les ha dado la oportunidad, que comience por el sobrecogedor tema título y su espectacular introducción. Una exquisitez compositiva que no está al alcance de cualquier formación. De hecho, la calidad del grupo, que ha tenido que lidiar con cambios de formación, ha estado asegurada hasta el último de sus discos publicados.
Canciones destacadas: “Gutter Ballet”, “When The Crowds Are Gone”, “Hounds” y “The Unholy”.
Scorpions – Blackout (Harvest; 1982)
El gigante alemán es un grupo que ha estado manteniendo constantemente el equilibrio sobre la cuerda que separa el heavy metal del hard rock, con mayor inclinación hacia un lado u otro dependiendo de la obra a tratar. Con una primera etapa fascinante en la que militó el guitarrista Uli Jon Roth, con el que publicaron discos maravillosos de la talla de In Trance, Virgin Killer o Taken By Force, iniciaron una nueva más directa y con un armazón más metálico a partir del flamante Lovedrive.
Sin embargo, si Blackout aparece en este artículo es porque, además de por su manifiesta calidad, también es uno de sus álbumes más duros. Es destacado positivamente por marcar el inicio de su explosión comercial y por poseer un repertorio de lo más solvente, ya que composiciones como la propia “Blackout”, el hit “No One Like You”, las potentes “Dynamite” y “Now!”, y la balada “When the Smoke Is Going Down”, lo convierten en uno de los buques insignia de la banda.
Todo ello tras la operación de garganta de Klaus Meine, de quien se esperaba que no pudiese volver a cantar. Lo hizo, y aún mejor que antaño.
Canciones destacadas: “Blackout”, “No One Like You”, “Dynamite” y “When the Smoke Is Going Down”.
Q5 – Steel The Light (Music for Nations; 1985)
Estamos ante uno de los discos de culto del heavy metal estadounidense. Tras algunas demos, debutaron en 1985 con este Steel the Light, un trabajo que pretendía responder desde el otro lado del charco a la NWOBHM. Por popularidad no lo consiguieron, pero sí por contenido musical en un trabajo en el que abundan notables riffs de guitarra, inventivos solos y buenas voces que van diseñando coquetas melodías vocales.
Por qué no decirlo, apuntaban maneras, pero inexplicablemente decidieron arrimarse un año más tarde al sonido que reinaba por aquel entonces, el AOR americano, algo que no les sentó tan bien. Después de ese movimiento, se disolvieron y no se supo nada más sobre ellos hasta que regresaron con un nuevo trabajo discográfico en 2016.
Canciones destacadas: “Missing in Action”, “Lonely Lady”, “Steel the Light” y “Pull the Trigger”.
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