Peligro de derrumbe en el Partido Popular
Después del 28 de Abril se abren nuevos horizontes respecto a la gobernabilidad de España, que dejará de contar con un gobierno en una minoría tan evidente como la anterior del PSOE con 84 diputados en el congreso, y que les deja con un resultado de 123 que dan oxígeno, y pueden plantearse distintas opciones a la hora de los pactos, el tiempo dirá cual es la vía elegida por los de Pedro Sánchez.
Pero el gran derrotado en estos comicios es el Partido Popular; el que hasta ahora capitalizaba el voto de la derecha y el centro derecha en este país, se enfrenta a una costumbre muy de la izquierda, la fragmentación del voto, de la que no sale especialmente bien parado frente a los que eran sus futuribles compañeros de pacto.
Los que hasta ahora lideraban ese espacio político han sufrido una debacle histórica, pasan de 137 diputados a 66, resultado que deja a los populares en un punto crítico, con los de Albert Rivera a solo 6 diputados en el congreso, o lo que es lo mismo a escasos 220.000 votos, con una sangría de votos hacia VOX desde su ala mas dura y no solo de votos, algunos históricos del partido dejan las filas de Pablo Casado para estar bajo el manto de Santiago Abascal.
La pérdida de votos es alarmante. Más de 4 millones de electores dejaron de introducir la papeleta del PP en la urna. Lo que se traduce en este exiguo resultado, que si observamos en la serie histórica de la formación, se trata del tercer peor resultado desde el 77 cuando se llamaba Alianza Popular. Si solo nos fijamos desde el 89 cuando se produce la refundación, nos encontramos ante el peor resultado de su historia sin lugar a dudas.
¿Qué supone esto para los populares? En primer lugar pese a seguir siendo el primer partido del bloque de la derecha, el descenso tan acusado en cierta medida puede desligitimar el discurso pretendidamente hegemónico. El partido se encuentra en la encrucijada de virar al centro y acusar más la perdida hacia VOX o endurecer su discurso y perder el centro, un fino equilibrio en el que no están acostumbrados a jugar en Génova 13.
Otra de las consecuencias que deja la desastrosa noche electoral para los populares, y que tiene que ver y mucho con su propaganda es el senado. Nos encontramos con un partido que quería imponer desde un gobierno, el cual ahora mismo le es inaccesible, un 155 ad eternum, pero nos encontramos con un senado con mayoría del PSOE, cámara desde la cual el PP se movió como pez en el agua para marcar los ritmos de la vida política del país y lo supo hacer como nadie, pero ahora se encuentran sin ese poder de veto.
Pero aparte de todas las cuestiones políticas, ¿que supone para el PP esta debacle? Pues si ya se auguraban resultados adversos y algunos tesoreros y gerentes del partido, avisaban que para la situación económica del partido con menos de 90 diputados sería enfrentarse a una bancarrota económica, debemos saber que la opción de derrumbe parece ser que está encima de la mesa, ya que solo han conseguido 66 diputados.
La pérdida de ingresos se cuantifica en unos 112.000€ menos al mes debido a esta pérdida de financiación por el resultado, nos encontramos que el partido deba hacer despidos en grandes cantidades a nivel nacional, hacer una suerte de ERE debido a que ahora mismo sobraría personal.
Parece ser que en algunos territorios estos despidos han comenzado ya con las labores de comunicación, tendrían dificultades para pagar los créditos adquiridos y deberían enfrentarse a la venta de locales por todo el país incluido su emblemático edificio en la calle Génova 13 ubicado en Madrid.
Este 28 de abril no deja herido al bloque de la derecha en su conjunto, que recibe aproximadamente el mismo número de votos, pero la fragmentación de ese voto deja con una brecha muy grande al Partido Popular, quedando al borde de la bancarrota tanto política como económica.