Las elecciones en Argentina como posible fin del ataque estadounidense sobre Venezuela
En la situación política de Venezuela, el tiempo avanza en contra de Donald Trump y en favor de Nicolás Maduro. El venezolano ha resistido los peores momentos de la agresión del país del norte, y el diálogo con la oposición supone un balón de oxígeno para el bolivariano, pero la partida también se juega fuera de Venezuela.
La victoria de la izquierda en México, dirigida por Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ha supuesto una desaceleración en la estrategia golpista de la Casa Blanca debido a su abandono del Grupo de Lima, su reconocimiento a Nicolás Maduro y su apuesta por el diálogo, medidas que cobran relevancia e impactan en la realidad política del continente al ser una potencia diplomática en América Latina.
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Estados Unidos (EEUU) basaba su estrategia contra la democracia venezolana en cuatro países americanos. Tres de ellos por su importancia diplomática (México, Brasil y Argentina), y uno de ellos por su posición estratégica (Colombia). Sin México, explicar a la Comunidad Internacional de manera convincente su apuesta por quebrar la voluntad expresada en las urnas mediante ataques económicos, que ya han provocado muertes, no es tan sencillo, por lo que la invasión militar se ha descartado en el escenario actual.
A finales de este año se celebrarán elecciones en Bolivia (20 de octubre), Uruguay (27 de octubre) y Argentina (27 de octubre). Las encuestas señalan una victoria de la izquierda en los tres países, aunque el más importante para el contexto venezolano es Argentina por su peso diplomático, y porque es piedra angular en la estrategia de Estados Unidos contra el gobierno de Nicolás Maduro.
Ha sido Mauricio Macri el que ha movilizado a su diplomacia en la OEA para intentar la aplicación de la Carta Democrática en Venezuela, el que ha liderado el Grupo de Lima, y el que más se ha esforzado en apoyar la matriz de opinión de los golpistas. El papel de Argentina ha sido el de líder de la derecha continental, más incluso que el de Jair Bolsonaro.
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Si en Bolivia y en Uruguay vence la izquierda, serían refrendadas sus posiciones en cuanto al diálogo como solución en Venezuela a la vez que reconocen a Nicolás Maduro como presidente del país caribeño, y si a ellos se suma Argentina, el polo en favor de una salida pacífica y negociada sería lo suficientemente fuerte para, como mínimo, impedir el avance de Estados Unidos en las sanciones, considerando que el diálogo por el que apuestan ya está en marcha gracias a Noruega, lo que supone una mayor facilidad para conseguir adhesiones a una alternativa que funciona, al observar que la estrategia de EEUU se estanca y no es capaz de alcanzar sus objetivos, situación que se da desde hace varios meses.