Arpía Sociedad
Cualquiera que sea un poco avispado puede ver que, en la sociedad actual, vivimos en pro de las tecnologías, el cotilleo más carroñero y la autodestrucción de la intimidad tanto propia como ajena. Por ello me gustaría preguntar, ¿dónde está la cultura de la intimidad, del pensamiento crítico y de la filosofía de vida?
Es muy fácil responder a la pregunta si aún no la has descifrado; hemos claudicado como seres humanos y como especie, para caer en detenimiento del consumismo social, tacaño y sobre todo en la falta de propia perspectiva de vida, pues nos hemos convertido en una sociedad tan aburrida, que solamente estamos pendientes de una pantalla, expiando la vida de los demás tan aburridos, que no nos damos cuenta que la nuestra está pasando por delante.
¿Dónde quedaron aquellas conversaciones con la persona que te gusta en un parque, o dando un paseo observando las maravillosas vistas de tu ciudad? Sinceramente no tengo ni idea, pero, aún sabiendo que quedan personas que disfrutan de su propia vida, sin tener que extirpar y analizar los defectos de los ajenos a través de una pantalla, sería hipócrita, pues aún no he tenido conversación plena con ninguna persona que conozco en esta corta vida que llevo, sin que una luz de un móvil parpadee, o suene un tono, tan espeluznante para los oídos que entran ganas de irte a tu casa para poder hablar con tu mascota, que seguramente dé mejor conversación y con menos distracciones que la anterior.
Cuando volvamos a poder mirarnos a los ojos y decir lo que sentimos hacia una persona amada, o expresar lo que nos molesta de unas personas a las cuales ‘’seguimos’’ o llamamos ‘’amigos’’, la raza humana avanzará, con la tecnología más importante del homo sapiens, la comunicación.
¿Pues de esta sociedad qué podremos sacar? Sinceramente creo, que la sátira, pues me imagino un futuro con entierros retratados en redes sociales y sin sentimiento, solo carroña para seguidores amargados de sus vidas. Seguramente en un futuro, en nuestras tumbas, aparecerán nuestros nombres de usuario de las redes sociales, pues tristemente las personas nos conocen con tal vomitivo sobrenombre, y no con el nuestro, lo cual me hace llegar a la conclusión de que somos unos don alguien por una red de internet que no llega a ninguna parte, y unos desconocidos a los ojos del mundo.