En la ría de Vigo junto a la isla de San Antón y otros islotes, se encuentra la isla de San Simón, cuya historia ha pasado inadvertida pese a los horrores que allí acontecieron entre los años 1936 y 1943. Esta isla fue un campo de concentración y exterminio para presos republicanos, comunistas, socialistas y anarquistas. Llegaron a pasar por él hasta 6.000 personas, llegando a coincidir 600 al mismo tiempo.
Anteriormente en su ubicación había habido un monasterio, un lazareto, un orfanato y finalmente una leprosería. Cuando en 1936 estalló la Guerra Civil, San Simón fue convertida por los golpistas en una cárcel y campo de concentración donde los franquistas llevaban los presos políticos para asesinarlos.
>>¡Qué sangren las heridas! La recuperación de la memoria es necesaria<<
Al principio de la guerra, muchos presos eran llevados allí para ser sacados durante la noche y dirigidos a juicios militares o asesinados en cunetas o entradas de cementerios. Principalmente iban presos de Vigo, Pontevedra, Orense y Villagarcía de Arosa.
Más tarde, una vez los franquistas ganaron la guerra, también de Asturias, León, Cantabria y País Vasco y finalmente ya en plena dictadura presos de todos los rincones del país. Éstos últimos eran presos políticos que ya no servían al régimen como mano de obra por su edad o condición física y eran llevados allí para morir después de sufrir todo tipo de penurias.
San Simón fue la cárcel más terrible del franquismo. En ella los presos pasaban hambre, frío, enfermedades varias, sufrían torturas de todo tipo y tenían la certeza de que no saldrían de allí con vida. Fue definida como la peor cárcel de la dictadura y se decía que “de San Simón no se regresaba vivo”.
>>El campo de concentración de Montijo<<
Cabe destacar dos figuras que formaron parte de ese terror. En primer lugar el que durante un tiempo fue director de la prisión Fernando Lago Búa, “el carnicero de San Simón” y en segundo lugar el padre Nieto. Este fue un jesuita vigués que como en tantas otras prisiones franquistas era el encargado de dar el “tiro de gracia” a los condenados a muerte. El cura daba misa y torturaba sin ningún tipo de piedad a los reos que por allí pasaban.
Los presos vivían en un estado permanente de miedo y angustia esperando a que los llamaran para darles el “paseo”. La isla era famosa por los fusilamientos masivos que en ella se llevaban a cabo.
La isla de San Simón fue un verdadero matadero franquista, un campo de exterminio como los que hemos visto cientos de veces en películas que retratan el nazismo desde la persperctiva de Hollywood, como si los horrores del fascismo fueran exclusivos de los nazis.
El fascismo en España se cobró muchas víctimas, tantas que es el segundo país después de Camboya en número de desaparecidos de todo el mundo. La falta de información acerca de los horrores vividos por los presos de los franquistas solo se solucionará aplicando una Ley de Memoria Histórica que haga justicia con las víctimas y sus familiares.
>>España suspende en Memoria Histórica<<
En el año 1.999 las islas de San Simón y de San Antón fueron declaradas Bien de interés cultural y San Simón en concreto “centro de recuperación de la memoria histórica”. Actualmente se está trabajando para que la isla sea un centro de actividades culturales y artísticas y ha sido rebautizada con el nombre de “la Illa do Pensamento”. En su página web oficial se puede encontrar toda la información relacionada.