Más de 80 kilómetros recorrerán militantes políticos, miembros de organizaciones sociales y simpatizantes del vicepresidente constitucional de Ecuador, Jorge Glas, en una caminata que durará tres días, desde la ciudad de Rumiñahui hasta el centro de rehabilitación social de Latacunga, para manifestar su rechazo a lo que han califican como un caso de judicialización de la política en el país.
La denominada Marcha de la Indignación ha sido convocada a través de las redes sociales del vicepresidente Glas, manejada por sus familiares y amigos de acuerdo a su biografía, y replicada por líderes de la Revolución Ciudadana, convocando a la ciudadanía en general a expresarse en contra de los mecanismos de persecución política, a través del poder político, el aparataje mediático- comunicacional que lo acusó y culpó antes de que su caso sea resuelto en las cortes de justicia.
“El lugar justo de un hombre justo en un mundo injusto, es la cárcel”.
(Henry David Thoreau)Compartimos las palabras de de la Señora Norma Espinel, madre del Ex vicepresidente Jorge Glas Espinel.#MarchaDeLaIndignación.
@Declaracion @pamfoundation @abuelasdifusion @CIDH pic.twitter.com/RykxxDq88k— Jorge Glas Espinel (@JorgeGlas) September 6, 2019
En agosto de 2018, Jorge Glas fue trasladado a Latacunga, localidad cercana a la capital del Ecuador, para garantizar el cumplimiento de su condena, de acuerdo a las declaraciones del exsecretario de comunicación del gobierno de Lenín Moreno, Andrés Michelena, quien a la época aseguró que se trataba de una acción para impedir su fuga, además de anunciar al país que exfuncionarios del correísmo no podían abandonar el país, en una especie de toque de queda supralegal que no progresó debido a la reacción del progresismo interno y externo.
La defensa de Glas calificó a esta actitud como “vendetta” o “retaliación” política, pues, la falta de control en los centros carcelarios puede exponer su vida e integridad, mientras que, por su parte el vicepresidente mantuvo una huelga de hambre de 52 días para ser regresado al centro carcelario en Quito, donde existen mayores condiciones de seguridad y en el que permaneció los primeros meses del total de 702 días que ha cumplido en prisión.
Ecuador experimenta una crisis carcelaria que conmociona a la ciudadanía por la crudeza con que imágenes, de los asesinatos gestados dentro de las diferentes cárceles, circulan en las redes sociales y son difundidas masivamente. En junio de este año, en el marco del caos penitenciario investigado por el legislativo, un grupo de encapuchados con uniformes de reclusos, presumiblemente dentro de un centro de rehabilitación social, amenazaron de muerte a Jorge Glas, generando un temor generalizado que levantó nuevamente el pedido de su traslado a Quito.
Glas fue sentenciado a seis años de prisión, a principios de 2018, por la Corte Nacional de Justicia, por el delito de asociación ilícita, dentro del caso Odebrecht, capítulo Ecuador. El proceso judicial ha sido criticado por juristas y políticos de América Latina y Europa debido a las denuncias de irregularidades existentes desde su acusación hasta la fecha.
Sobre la situación, su compañero ideológico, Rafael Correa expresó su rechazo indicando que se trata de un formato regional que se repite para anular a las fuerzas progresistas del continente. “La condena es una vulgar y cruel persecución política con las más grandes aberraciones jurídicas. El mundo debe reaccionar. Jorge Glas es totalmente inocente. Busquen ustedes una sola prueba contra él, no existe, se está condenando a inocentes sin pruebas” expresó.
Asimismo, Evo Morales, presidente de Bolivia ha realizado múltiples llamados a la comunidad internacional para preservar su vida, salud y garantizar un respeto mínimo a sus derechos humanos. Otras voces como la del jurista chileno Hugo Gutiérrez y de los eurodiputados María Teresa Molá, Manuel Pineda y Henar Moreno han llegado a Ecuador a constatar las condiciones en las que el régimen ha sumido al vicepresidente constitucional que fue reemplazado sin el cumplimiento del dictamen constitucional previo para la elección de la exvicepresidenta Alejandra Vicuña en la asamblea legislativa.
Las principales personeras de la lucha de Jorge Glas han sido su madre Norma Espinel y su esposa Cinthia Díaz de Glas, quienes han buscado el respaldo de organizaciones y personajes mundiales a la causa del vicepresidente, así como de su atención y apoyo dentro de la cárcel.
En el nombre de JESUS, señores de las autoridades competentes, con mucho respeto como ustedes se merecen, les pido por favor liberen a mi esposo @JorgeGlas Espinel.
Mis hijos, su familia y yo lo esperamos en casa.— Cinthia Díaz (@CinthiaDiazAv) January 23, 2019
El proceso jurídico interno ha sido agotado en dos de tres instancias nacionales, aún no se ha definido fecha para la audiencia de casación donde se revisará la sentencia ratificada en dos instancias. Su abogado Eduardo Franco Loor ha indicado que esperan agotar los recursos legales de Ecuador para acudir a la justicia internacional en busca de la reparación a favor de Jorge Glas quien, a su criterio, debe ser calificado como un preso político del gobierno de Lenín Moreno.