El pasado 7 de noviembre falleció Margarita Salas, nacida en Canero el 1938 ( Asturias). Influenciada desde la infancia por su padre, que le animó desde el primer instante a seguir un sendero encaminado a las ciencias. Años más tarde Ingresaría en la facultad de Química y Medicina y una vez acabados los estudios universitarios emigró a los Estados Unidos, hecho que le cambiaría su trayectoria profesional de la noche a la mañana, ya que fue allí donde consiguió la financiación para su proyecto de biología molecular en España.
Margarita Salas fue una de las mujeres españolas más reconocidas internacionalmente con numerosos premios en los que se encuentran: la Medalla Mendel, el Premio Rey Jaime I, el Premio Nacional Ramón y Cajal, el Premio L’Oreal UNESCO y la Medalla Echegaray. Además se convirtió en la primera directora del instituto España, la primera en estudiar en la academia de las ciencias en Estados Unidos y la primera científica en entrar en la Real Academia Española y tener una butaca fija.
Entre los numerosos logros en su trayectoria como científica destaca el descubrimiento de la ADN polimerasa del virus bacteriófago phi29, que tiene una aplicación crucial en biotecnología. Este permite amplificar el ADN de manera sencilla, rápida y fiable.
Públicamente, Salas, había reconocido haberse sentido discriminada por el hecho de ser mujer en una profesión de hombres y con rotundidad explicaba que “en un futuro no demasiado lejano espero que la mujer ocupe en la ciencia el puesto que le corresponde, de acuerdo con su capacidad y trabajo“.
Cada vez más mujeres, gracias a ejemplos como el de Margarita Salas, eligen carreras científicas en comparación a hace unos años que tener un trabajo a posteriori no era ni siquiera una opción contemplada, ya que los objetivos más comunes eran ser una buena esposa y formar una familia. Y es que, además de haber sido hasta el último aliento investigadora científica, también fue una gran defensora de los derechos de la mujer, y como tal, promotora de la vocación científica entre las niñas.
DESCANSA EN PAZ