Es importante analizar qué vínculos existen entre millones de personas de diferentes orígenes y localizaciones que, a la hora de las elecciones, deciden votar por una opción política o por otra. ¿Cómo son esas personas y qué condiciona sus comportamientos electorales? ¿Qué actitudes políticas expresan? ¿Cuál es el perfil de los votantes a la hora de decantarse por una opción?
Una de las claves en las campañas electorales es la de movilizar el voto de tus sectores más afines o fieles, y conseguir convencer a antiguos votantes de partidos rivales, pero cercanos en el espectro político.
Los partidos políticos, como toda organización, tienen la supervivencia como su primera razón de ser. Robert Michels.
En los últimos años, la polarización ha abandonado la modalidad bipartidista, para dar paso a un sistema multipartidista, que ha complicado enormemente el panorama político y, como hemos visto en los últimos meses, la gobernabilidad del país.
Unidas Podemos tiene un electorado que es el más movilizado electoralmente hablando, también con una alta fidelidad a sus respectivas candidaturas. El estímulo más destacado para sus votantes es la credibilidad de ese partido: se trata del partido que mejor representa los ideales de su votante.
Unidas Podemos ha logrado capitalizar el voto de rechazo al sistema y el de los más afectados por la crisis económica. Por eso, su elector vota contra un sistema que le ha dejado fuera del marco económico y social. Muchos son jóvenes, con un alto nivel formativo, pero procedentes de familias con bajo poder adquisitivo, personas a las que la crisis ha dejado atrás.
También ha conseguido generar una importante y creciente identidad de partido entre sus votantes y seguidores basada, en gran medida, en los ataques externos del resto del espectro político, y en parte gracias a las corrientes de fondo que lo impulsan. Eso ha permitido que mantenga una identidad de partido alta entre quienes se declaran afines o cercanos a algún partido.
La creación de esa identidad partidista es algo que requiere tiempo: a través de su presencia pública, del desarrollo de redes con otras organizaciones, el propio hábito de votar a esa opción, etc., todo ello hace que los electores se sientan más identificados con ellos. Con el paso de los años, eso ha permitido que esos electorados se consolidasen y se haya reducido la porosidad entre los partidos. Sin embargo, la situación de estancamiento político de los últimos meses está perjudicando seriamente esa consolidación electoral.
Desde hace un tiempo, Unidas Podemos ha sufrido un cierto nivel de desgaste (similar al que han sufrido todos los partidos políticos), pero supo recomponerse y logró aproximarse nuevamente a sus votantes más indecisos. Sin embargo, la gestión de algunas de sus crisis internas (las crisis de sus confluencias en Galicia y Valencia, la frustración de algunos sectores del partido por no aceptar la oferta de coalición con el PSOE, el “caso Errejón”, y la renuncia de caras conocidas del partido), ha provocado un cierto distanciamiento de sus votantes, que se han refugiado en la indecisión.
Esto ha llevado a que, en ciertas encuestas, se muestre que la formación se encuentra en mínimos históricos en cuanto a fidelidad de sus votantes. Esta situación ha beneficiado al PSOE, que recoge gran parte del voto descontento de Unidas Podemos.
El nicho en el que Más País de Errejón capta sus apoyos es el de Unidas Podemos: un sector de los votantes de la formación de Iglesias aseguran que votarán a Más País.
También es cierto que la forma en que el PSOE ha tratado la cuestión catalana y el circo del Valle de los Caídos, la permitido un cierto trasvase de voto entre las izquierdas, que ha dado aire a Unidas Podemos, en detrimento del PSOE. Esto ha permitido que Unidas Podemos sea la formación que mejora sus expectativas de voto, paradójicamente, junto a la ultraderecha.
Así, según las encuestas del CIS, Unidas Podemos conserva todavía la fidelidad de más del 60% de los votantes que le respaldaron el 28A, y eso la sitúa en tercera posición en fidelidad de voto (tras PSOE y PP).
Lo que sí podemos apreciar en los resultados de las últimas encuestas es que en las motivaciones de fidelidad y de infidelidad hay una ausencia casi completa de tacticismo o estrategia. Paradójicamente, estas ideas suponen el 80% del discurso de los diferentes líderes políticos y de los análisis de los medios de comunicación.
Ideología
Los votantes de Unidas Podemos responden abrumadoramente a un perfil político muy determinado. En el 44% de las respuestas sobre la motivación del voto se pone en primer plano la ideología; otro 21% hace referencia a la política social del partido morado. Otro grupo importante (un 16%) es el que habla de la búsqueda de ideas nuevas (recordando el 15M), de cambio.
A nivel ideológico, el votante de Unidas Podemos es el que se sitúa más a la izquierda del espectro del tradicional eje izquierda-derecha: se trata de los votantes que se ubican en el 1, 2 y 3 de la escala ideológica, los que se definen como más de izquierdas.
En este sentido, Unidas Podemos ha conseguido desbancar al PSOE en la representación con mayor consistencia de los postulados tradicionalmente progresistas.
Esto va unido a una pérdida de apoyos por parte del bipartidismo entre los más jóvenes. Es conforme aumenta la edad del votante cuando los partidos tradicionales tienen un comportamiento más estable.
En general, la mayor fidelidad ideológica se muestra en los extremos: Unidas Podemos y VOX son los que tienen votantes más fieles, mientras que los del PSOE y Ciudadanos son los que manifiestan más dudas. Es por eso que Unidas Podemos está buscando hacerse con los votantes que se consideran puramente de izquierdas, compitiendo con el PSOE por su flanco izquierdo.
Perfil socioeconómico
El electorado más joven es, al mismo tiempo, la mayor fortaleza y la mayor debilidad de Unidas Podemos. Es la primera fuerza destacada en intención de voto entre los jóvenes de 18 a 34 años, pero apenas consigue recabar apoyos entre las personas mayores. Esta importante dependencia del voto joven es un problema porque, justamente, suele ser, en términos electorales, el sector más proclive a la desmovilización.
A pesar de ese predominio entre los más jóvenes, también es cierto que sus apoyos, a diferencia de otras formaciones políticas, se reparten de forma bastante homogénea entre todas las franjas de edad: sería la fuerza más votada entre los 18-54 años.
También hay un claro sesgo en la intención de voto, por niveles de estudios: a más formación se observa también un mayor porcentaje de votantes para Unidas Podemos, en detrimento de los dos partidos tradicionales. Se trata de votantes mayoritariamente con estudios superiores, Formación Profesional y Educación Secundaria. Unidas Podemos y Ciudadanos son los dos partidos con un mayor número de universitarios entre sus votantes.
En referencia a la clase social, el votante medio de Unidas Podemos oscila entre las clases obrera y la media, aunque su presencia entre la clase media tradicional es menor (por ejemplo, entre los autónomos). Sin embargo, las encuestas dan también un resultado inesperado: UP cuenta con el voto directo de los empresarios con asalariados directos a su cargo, altos funcionarios y ejecutivos, aunque se trata de un grupo social muy reducido.
En general, su perfil socioprofesional sería de profesionales por cuenta ajena, obreros cualificados, trabajadores administrativos y de servicios, estudiantes y parados. Sin embargo, no logra hacerse con el grupo de pensionistas y jubilados o los agricultores. Estos datos nos permiten afirmar que Unidas Podemos está logrando ser transversal en referencia a la clase social.
En cuanto a su procedencia geográfica, residen mayoritariamente en ciudades grandes o muy grandes (entre 400.000 y más de 1.000.000 de habitantes), y no tanto en las ciudades medias (100.000-400.000 habitantes)
El perfil medio
El perfil medio del votante de Unidas Podemos es el de un hombre (57%), con una edad de entre 35-54 años (con una edad media de 42 años), aunque es el partido con un porcentaje más alto de votantes entre 18-35 años; son principalmente trabajadores (46%), parados (23%) y estudiantes (16%); con formación superior.
Líneas de fractura
Unidas Podemos tiene una serie de líneas de fractura esenciales que se han demostrado como un auténtico problema para su fidelidad electoral. Básicamente, se trata de una coalición de diferentes partidos y confluencias, cuyos votantes tienen una alta fidelidad e identidad propia muy fuerte que, en ocasiones, puede llegar a entrar en conflicto con la fidelidad e identidad propia de Unidas Podemos.
Los conceptos que se refieren a la infidelidad del voto, el principal es el referente a la sensación generalizada de decepción (30%), las disensiones internas (17%), y la concepción de la necesidad de un “voto útil” (14%), que en este caso va hacia el PSOE.