Son palabrotas, pero así están las cosas últimamente en Ecuador, luego de la protesta social que obligó al gobierno de Boltaire a dar marcha atrás con el decreto de “liberalización de precios de los combustibles” que no es otra cosa que permitir a los comercializadores a imponer el precio que consideren conforme a los precios internacionales de los hidrocarburos, es decir haciendo más ricos a los ricos y esquilmando a los pobres.
Ahora la nueva “ley económica urgente” parece que se ha redactado con venganza y como medidas compensatorias libera de aranceles los productos tecnológicos (teléfonos inteligentes, tabletas, computadoras). Es decir, que se podrán importar libres de impuestos, lo cual abarata estos productos, pero la trampa llega de la mano de la buena noticia, ahora los servicios de telefonía móvil, internet, uso de aplicaciones como cabify, uber, etc., tendrán un gravamen del 10%. Parece humor negro pero no lo es.
En este país estas “reformas económicas urgentes” que las hemos llamado y agrupado en la “Ley del saqueo” puesto que liberan de tributos a los banqueros y empresaurios, y cargan de impuestos a la clase trabajadora, a los pobres -todo con el apoyo de la prensa corrupta, es decir los engranajes de la receta del departamento de estado imperial y la receta del FMI-, se cumplen a rajatabla, la invisibilización de la información tributaria de las empresas.
Ahora pasa a ser confidencial, la salida de divisas ya no tiene tributo ni control, los dineros en paraísos fiscales de dudosa procedencia, pueden retornar al país sin control alguno, rebajas sustanciales al impuesto a la renta de las grandes empresas, para rentas sobre 11 MM de dólares apenas se grava un 0,2%, también para las petroleras, telefónicas y mineras se “incentiva” con fabulosos descuentos sobre impuesto a la renta, y se elimina la obligación de reinvertir en las comunidades cercanas.
También tenemos los impuestos zombies como el llamado impuesto verde y el de la herencia/plusvalía sobre ventas de bienes. Además se levantan los impuestos a la importación de papel periódico (un cariño a la prensa corrupta), la banca inmoral recupera espacios en esta ley, porque manejará el banco central, que ya no podrá financiar al Gobierno, pero podrá financiar a la banca privada.
Tampoco estará obligados los bancos a mantener la reserva que respalda los depósitos de los ahorristas, podrán sacar todos su fondos a paraísos fiscales, pero no es todo, ahora la banca podrá ser dueña de medios de comunicación, aseguradoras, empresas offshore, y cualquier clase de negocios. Y eso no es todo; tampoco el ministerio de finanzas (hacienda) podrá asignar más recursos a salud o educación, eso sí, podrá destinar todos los recursos para pago de deuda.
Mientras tanto los “altos” funcionarios de Gobierno (Romo, Jarrín y Roldán) siguen minimizando la reacción social insistiendo en un plan desestabilizador de tinte Correísta, apoyado por Venezuela, Cuba, Rusia y 200 infiltrados venezolanos. Sosteniendo que las muertes de ciudadanos, -más de una decena- en los días de la exagerada represión policial y de las fuerzas armadas, son accidentales.
A este trío de arrogantes, se les ha unido en los últimos días otro atrevido funcionario no de poca monta pero sí de poca madre, nada menos que el delegado del Presidente de la República a la Junta de Política y Regulación Monetaria y Financiera, quien en un “debate académico” manifestó: “…Ojalá fuéramos aquí como en Chile… cuando no se respeta un carabinero, desenfunda el revólver y le pega el tiro y se acabó…”.
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