Bien lo sabe Thomas Shelby, el líder de los Peaky Blinders: el pez grande se come al chico. Al igual que él, Unidas Podemos (UP) va a entrar en el gobierno en coalición con el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que se ha comido a los anteriores peces chicos que han querido nadar junto a él para intentar girar el poder político hacia el lado contrario del poder económico.
Pablo Iglesias, el líder de Unidas Podemos ha sostenido desde el principio que la entrada de su formación en el gobierno, teniendo a su cargo ministerios importantes, era fundamental para evitar este escenario. El dirigente de la izquierda considera que con varios puestos importantes, su impacto en el relato será tan grande que no solo podría evitar la fagocitación, sino que abriría la puerta a que UP comiera terreno al PSOE.
Precisamente por esa estrategia, el secretario general de Podemos ha exigido en las negociaciones que cada formación política -PSOE por un lado y UP en bloque por el otro- tenga total poder de decisión en los ministerios que dirijan, para poder emplear los fondos públicos que le correspondan en lo que los cuadros políticos de Unidas Podemos consideren necesario, para cumplir con su programa electoral, evitando además que el PSOE se apropie de los buenos resultados que espera tener.
De esta manera si el Ministerio de Trabajo, probablemente dirigido por Yolanda Díaz (IU, Mareas), consigue mejorar la situación de los trabajadores, será un logro de UP, que es la responsable de todos los actos de ese poder del Estado. Una situación que también ayudará a forjar nuevos liderazgos en la izquierda, que despliega esta estrategia para afrontar el próximo ciclo electoral desde la mejor posición posible.
La vicepresidencia social, de la que aún no se saben las competencias exactas que tendrá, juega un papel fundamental en este escenario, de ahí que sea la que Pablo Iglesias dirigirá en el ya más que posible gobierno de coalición. Desde ella tendrá el poder suficiente para llevar adelante cambios de calado, y una enorme visibilidad pública para hacerlos rendir como motor de su popularidad.
Irene Montero y Alberto Garzón suenan como los otros dos posibles ministros del nuevo gobierno de coalición, aprovechando que ambos cuentan con carisma y una buena percepción ciudadana, que los suele valorar positivamente.
Que ellos estén junto a Pablo Iglesias y Yolanda Díaz le permitirá al líder de UP alcanzar una posición en la que sus ministros son igual o más conocidos que los que está escogiendo Pedro Sánchez, tendrán libertad para emplear el dinero público sin seguir las directrices del poder económico que sí marca la agenda de Sánchez, impidiéndole dar golpes de efecto con medidas sociales; creando así un escenario en el que UP podrá demostrar que su entrada en el gobierno sí ha servido para impulsar medidas de izquierdas que el PSOE no quiere o no se atreve a tomar, principal argumento electoral de Pablo Iglesias.
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