El presidente Nicolás Maduro ha apostado por una jugada que hiciera evidente el bloqueo a la República Bolivariana de Venezuela hasta en momentos en los que una pandemia azota al mundo.
El movimiento ha resultado ser maestro, porque más allá de ideologías, ha desvelado a todas luces que el sistema internacional, o ciertas instancias internacionales, responden a los intereses particulares de los poderosos para reproducir el bloqueo económico y financiero que hace estragos en la vida de la ciudadanía venezolana.
Desde el 2014 el suministro de alimentos, medicinas, repuestos y otras adquisiciones para el desarrollo de Venezuela, se han visto impedidas por las órdenes ejecutivas emitidas, primero por el expresidente Barack Obama y luego por Donald Trump, lo que hace de las mismas un acto de crimen de lesa humanidad al privar a un pueblo de su sustento.
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Ahora bien, en situación actual provocada por la pandemia del Coronavirus, que se caracteriza por ser caótica, desequilibrada y que pone en riesgo a los más vulnerables, el gobierno de Venezuela no ha dejado de tomar medidas eficientes que permitan que en el país no existan muertes por el Covid-19.
Hay que resaltar que el país suramericano importa la mayoría de los medicamentos que utiliza para garantizar la vida y la salud de sus habitantes. Varios de los países a los que se recurría para negociar las medicinas, han impuesto medidas coercitivas unilaterales, o prefieren no tener relaciones comerciales por miedo a ser objeto de esta medidas agresivas por parte de Estados Unidos.
Siguiendo en esta sintonía del bloqueo cabe destacar que navieras también han sido objetivo de las mal llamadas sanciones, y las rutas navieras controladas por Estados Unidos no permiten el tránsito de buques venezolanos, agregando además dificultades para el tránsito de mercancía de importancia como medicinas.
Explicar lo que supone el bloqueo es necesario para entender las dificultades en la que se encuentra el Estado venezolano a la hora de poder importar recursos de primera necesidad. Pero en esto surge una duda: ¿cómo el Fondo Monetario Internacional (FMI) se presta para seguir auspiciando el estrangulamiento financiero en Venezuela en medio de una crisis global?
No olvidemos que el FMI es una instancia creada para auspiciar y mantener el orden mundial. El 4 de Marzo la gerente del FMI, Christine Lagarde anuncia la creación del “Fondo de Emergencia del Instrumento Financiero Rápido”, teniendo la finalidad de ofrecer respaldo a los países miembros en situaciones críticas o de fragilidad cm respecto a la Pandemia del Covid-19.
Todo esto es para “garantizar un gasto de salud de primer orden para proteger la salud de la gente cuidar de los enfermos y frenar de los avances de virus“, palabras de Christine Lagarde.
Un dato importante es que para acceder este Instrumento de Financiación Rápido, no es necesario hacer un programa de reajustes en las políticas de los países que lo soliciten.
Dejando estos aspectos claros, hay que decir que el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela emitió una carta en la que se le solicita a la Gerente del FMI que evalúe la posibilidad de poder acceder al Instrumento Financiero Rápido con la finalidad de prevención y control del coronavirus.
Siendo así, Venezuela como estado miembro puede solicitar los 5 millones de dólares justificados en la preocupación de la salud de su pueblo, cuyas condiciones se han visto afectadas por el bloqueo sin cambiar políticas a lo interno.
El gobierno, el pasado 13 de febrero emitió una remisión del caso de Venezuela sobre las medidas coercitivas unilaterles que ha impuesto Estados Unidos sobre dicho país a la Corte Penal Internacional, basado en que estas representan un crimen de lesa humanidad, argumentado bajo los efectos que genera dicho bloqueo.
Que el FMI se niegue a dar el dinero por no tener “claro” quién es el presidente de Venezuela, solo es una prueba más ante la CPI de que los efectos del bloqueo no son solo a funcionarios, sino que no permite la obtención de dinero para poder controlar la pandemia, y en un caso más grave dar respuesta inmediata a un brote aún mayor del Covid-19, exponiendo así la salud de millones de personas.
En tanto si el FMI hubiera aceptado la solicitud por parte de Venezuela, se hubiera visto en la necesidad de romper con el bloqueo, la decisión final era “sigue el bloqueo en situación de pandemia o no sigue“. El FMI ya eligió.
Se pueden esgrimir diversas causas por las que se sigue aupando dicho bloqueo. Con la situación del coronavirus , el capitalismo ha visto crecer su deterioro de una manera más rápida, al estar en un shock la economía. Trump busca sacar provecho de la situación, por lo que se ha reunido con economistas que le permitan tener una mejor visión de lo que pudiera hacer.
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El hecho de que Guaidó llegue al poder en Venezuela se hace necesario, para que así Estados Unidos pueda respaldar su moneda en las reservas de oro venezolanas, no hay que olvidar que a comienzos de año, en su gira por diversos países, Juan Guaidó mencionaba o más bien ofrecía las minas de oro que existen en territorio venezolano para comprar apoyos que le permitieran asentarse en el poder sin pasar por las urnas.
Así que si, en este momento en el que se supone que la solidaridad humana debe renacer tras ser sepultada por el individualismo, solo se ha decidido mantener la estructura opresora. El Gobierno Bolivariano lo demostró, instituciones como el FMI solo se prestan para seguir con el bloqueo y colocar en duda la legitimidad y legalidad del Gobierno.
Se puede pensar que al no prestar el dinero, el sistema de salud venezolano se vería en apuros, más en medio de una crisis mundial, por lo que se abriría la posibilidad de hablar de la “ineficiencia” del gobierno, y aupar una rebelión que es lo que se está buscando desde hace lustros en Venezuela.
Más que aceptaran la petición, lo que buscaba Nicolás Maduro era demostrar que Estados Unidos usa las instituciones internacionales para seguir ejecutando su plan golpista. Más que una petición fue una jugada en el tablero de ajedrez internacional. Geopolítica lo llaman.