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El POUM, una reflexión sobre la unidad antifascista

Cuando era más joven, mientras estaba iniciándome en cuestiones de marxismo, socialismo, antifascismo y la guerra civil española, influenciado (¡cómo no!), por la propaganda antisoviética, me interesó un tema en concreto que desconocía totalmente de la guerra civil española, la existencia de un partido político comunista llamado Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM). Organización que desde el punto de vista histórico de la militancia revolucionaria, ha dado material para el debate sobre las cuestiones ideológicas del socialismo y la organización de la lucha antifascista en España.
 
Me acerqué durante una larga temporada a un exmilitante del POUM de Valencia, quien empezó a contarme toda la historia. Durante dicha temporada mantuve posiciones totalmente antistalinistas, con una visión profundamente romántica sobre la guerra civil vista por la Revolución Social que llevaba adelante la CNT y el POUM en Cataluña… Toda experiencia es enriquecedora de alguna manera, sea por puntos en común, reflexiones o incluso por hechos que uno no quiere volver a repetir.
 
Aquí entra un debate interesante. Poniendo por delante la honestidad, la formación (tanto ideológica como histórica) y la militancia unitaria antifascista, se le puede perfectamente, sin ser un dogmáticos, reconocer méritos, y errores al POUM.
El POUM nace con la unificación de dos organizaciones comunistas la Izquierda Comunista Española (ICE) y el Bloque Obrero y Campesino (BOC). Aunque al POUM se le achaca una postura ideológica trostskista, en realidad tuvieron profundos choques con León Trotsky sobre la experiencia de la Revolución de Asturias de 1934 y la situación de Cataluña. De hecho unos de los primeros aportes teóricos marxistas legibles de la cuestión nacional en España lo escribe Andreu Nin, secretario general de dicha organización.
En ese partido, el ya mencionado Andreu Nin era un catalán y veterano militante sindical que sufrió el asesinato de su hermano mayor delante sus ojos una tarde en Barcelona, a manos de un mercenario pagado por los caciques de las grandes tierras y de una, cada vez más, crecida burguesía catalana.
 
El POUM estaba lleno de auténticos cuadros, tanto en lo peor y en el mejor de los sentidos. Algunos ejemplos fueron Manuel Grossi, militante comunista y líder fundador de Alianza Obrera, fue unos de los destacables impulsores de la Revolución de Asturias de 1934. Luis de Sirval, periodista valenciano; Germinal Vidal del BOC y también militante sindicalista de Barcelona; Mika Etchebehere fundadora de las milicias antifascistas del POUM en Madrid y posteriormente capitana del Ejército Popular de la Segunda República Española; Otilia Castellvi, Joaquín Maurin…
 
El estallido de la revolución soviética había agitado a revolucionarios de todo el mundo. Muchos, incluso los más profundos antibolcheviques, habían reconocido los éxitos de la URSS a la hora de ejemplificar un nuevo estilo de vida, y por las ventajas que estaba dando el socialismo gracias al PCUS, los soviets, los organismos sindicales… Estos antibolcheviques son mencionados por el conocido comunista belga Ludo Martens en su obra “Otra visión de Stalin“, muy recomendable a los abnegados que se han creído la versión de Aleksandr Solzhenitsyn.
 
Andreu Nin que fue un intelectual, fundador de la Intersindical Roja de Moscú, sindicalista comprometido, traductor de muchas obras de literatura soviética al catalán. Huyó de la URSS al inicio de las purgas aprobadas por el PCUS y llevadas a cabo por la NKVD.
 
Serguéi Mirónovich Kírov, destacado líder bolchevique que fue asesinado en un atentado terrorista en Leningrado por seguidores de Zinoviev. Aún a pesar de que era seguidor de línea ideológica de Stalin, discrepaba en los temassobre cómo tratar el terrorismo casi impune que vivía la URSS perpetrado por algunos crepúsculos anarquistas, Blancos, oportunistas…. Su asesinato fue el detonante del inicio de la represión para preservar el Estado de los trabajadores, aún más sabiendo que la URSS estaba literalmente rodeada de enemigos que durante la guerra civil rusa ya invadieron el país apoyando a los Blancos.
 
¿Realmente Nin tenía algo que ver en algún acto de terrorismo contra la URSS o líderes de soviets? Andreu Nin pudo salir sin problemas de la URSS desde Moscú hasta Kiev, aunque la propaganda liberal haya querido poner esto como si a Nin le estuviera pisando los talones la monstruosa sombra de Stalin, él y su compañera Olga Tareeva llegaron a Barcelona tranquilamente.
 
Volviendo al plano español, el POUM se apuntó al Frente Popular y vio fracasado el golpe de estado del 18 de julio de 1936 llevado a cabo por las tropas rebeldes del ejército, frenado en seco por el pueblo español.
El POUM se posiciona en contra del golpe y llama a los trabajadores a las armas, a la Revolución Social y a lucha antifascista. La organización acaba manteniendo responsabilidades de Estado, forma parte del gobierno de la Generalitat de Catalunya. Andreu Nin fue Consejero de Justicia, creando los Juzgados Populares para intentar mantener el orden en Catalunya debatiendo fuertemente con los anarquistas de la CNT-FAI, hasta que la dirección de los anarquistas acaba posicionándose a favor de la militarización de sus milicias, a favor de la construcción del Ejercito Popular, de la unificación de los Comités de Milicias Antifascistas. Cierto es que tenía diferencias palpables sobre el Frente popular y el PCE pero no existía algo que hiciera de alguna manera detonar la unidad en el bando republicano.
 
Aunque el POUM había asimilado su papel en la defensa de la II República Española, dando ejemplo comprometido de unificar los sindicatos en la guerra y en las mejoras que el gobierno debía ceder a los campesinos (cosa que fue imposible durante la guerra, no por falta de voluntad o compromiso con la clase obrera de España, sino por falta evidente de medios y por necesidades estratégicas prioritarias que se hacían cada vez más necesarias de cubrir).
 
El POUM en la ciudad de Valencia sufrió una baja. José Suárez González, un joven valenciano revolucionario y afiliado al POUM de 24 años, supo que los militares se habían levantado en el cuartel de Valencia y fue casa por casa, de sede en sede dando la voz de alarma a sus camaradas del POUM de Valencia, revelando que el ejército se había sublevado en África.
¡Reventó literalmente cada farola del cuartel militar con una honda que tenía guardada en casa que la usaba para cazar ratas y ranas, para que los rebeldes no pudieran ver a los milicianos y soldados leales llegar desde los flancos y ensombrecer los puntos ciegos!
Cuando el cuartel ya estaba listo para el asalto y se planteaba tomarlo a la fuerza o negociar la rendición de los militares con soldados leales y guardias civiles, José fue mandado a reventar la última farola. Joven y rápido, confiado de sí mismo como cualquier adolescente, fue a romper la última farola que quedaba iluminando la calle subiéndose a ella en vez de reventarla desde la distancia con su poderosa honda… Los rebeldes dispararon en el pecho al joven poumista y murió en al acto.
Valencia sufría su primera baja de los antifascistas leales a la república. El homenaje y gratitud que recibió José Suárez González en su entierro fue de todo el pueblo valenciano y del Frente Popular como ejemplo de la juventud nueva que quería empoderar a la clase trabajadora, luchar por la revolución social y hacer de España algo diferente a las penurias que había vivido bajo el poder de los señoritos.
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