Lo otro no existe[…] lo otro no se deja eliminar ;
subsiste, persiste; es el hueso duro de roer
en que la razón se deja los dientes[…]
Antonio Machado.
La aparición de nuevas actitudes y formas de ver la vida y, por su puesto, de vivirla, es parte constante y cambiante en todo momento de todo aquello que llamamos sociedad; siendo una misma, ésta logra identificarse en grupos legítimos y de manera milagrosa y dialéctica, los grupos paralelos a la existencia de la primigenia son los encargados de la evolución social.
Me es difícil, por ser ajeno, escribir en torno al tema ya que soy parte y producto de la modernización, la hiper especialidad se ha tornado en mi contra al poner enfrente un fenómeno socio cultural al que no estoy expuesta o entregada, por lo que he de vislumbrar dos perspectivas dentro de este muy humilde escrito. Una de ellas es el atrevimiento a opinar acerca del tema dada mi ignorancia, y la otra es una perspectiva desde afuera y ciertamente con una visión más antopropológica y espectadora que de vivencia.
Tomo como modelo de explicación, y de manera muy general, la obra titulada “Raíces en movimiento. Prácticas religiosas tradicionales en contextos traslocales” por Viola Teisenhoffer y Cristina Gutierrez Zúñiga. Pese que los estudios de caso de este compendio corresponden a casos religiosos, el modelo que se toma hace referencia a todo tipo de símbolos y significantes que toda cultura tiene, por tanto lo retomo para fraccionar y poder entender un poco este fenómeno cultural.
Las características que nos envuelven están sumamente ligadas con tecnologías y una nueva proyección y ejecución de la globalización, las cuales permiten el intercambio de símbolos, significados, “actores” y prácticas de las cuales los participantes se añaden de manera casi automática dada la oferta y demanda de ciertas “culturas”.
Me atrevo a tomar este modelo por razones que explicaré adelante:
a) La cultura “Friki” corresponde a un momento histórico de grandes capitales en movimiento, y por lo tanto no es raro imaginar que esta pueda estar correspondiendo a un mercado.
b) La cercanía de las tecnologías así como de la utilización de las redes sociales y los dispositivos de entretenimiento como la tv, videojuegos celulares etcétera, han afectado al comportamiento de la economía y la política, pero sobretodo de la cultura, se ha convertido en proceso de translocalización de prácticas culturales.
c) Crisis de las Instituciones. Posmodernidad.
Ahora bien , me atrevo a entrar en forma respecto a los puntos anteriores, entiéndase la globalización cultural como un proceso donde se hallan principalmente tres fases; la primera es donde una práctica cultural procede de una tecnología comunicativa e informática, la siguiente se centra en una aceleración de dinámicas espacio-tiempo que amplifican los procesos de identitarios que existen, y la tercera donde a partir de la interacción de las culturas de masas y las populares, se crea una cultura “híbrida” que desvanece las diferencias entre las cultura culta o legítima.
a-b) Las prácticas y los imaginarios determinados a un nodo geográfico al estar en una dinámica global e interacción intercultural, provoca que estos imaginarios se vuelvan flexibles a la invención cultural, es decir una práctica anclada de origen por un grupo en un lugar logra estar en circulación a lo ancho del globo terráqueo para luego quedar anclado en otro punto geográfico. Es decir, hay una deslocalización, una translocalización y una relocalización de prácticas, símbolos e incluso de actores.
En el caso del fenómeno Friki está anclado por dos medios, la mercantilización de la cultura y la comunicación virtual. La oferta que existe de estas expresiones es ya casi visible en todo momento, y el proceso de apropiación y subjetivación de la cultura es dada por otros factores, haciendo de esta, me atrevo a decir; apropiaciones frikis. Es decir no existe solo una manera de vivirla sino varias, determinada por su posición económica e intelectual principalmente.
En el aspecto de la mercantilización tenemos el caso de los productos visuales, sonoros, interactivos y literarios. Los ejemplo más destacados son los cómics, el manga, animes, los cartoons, y videojuegos así como accesorios de uso cotidiano. A partir del anterior listado puede entenderse que esta cultura es parte de una corriente de consumo dominante y de industrialización cultural.
c) La posmodernidad no solo deslegitima a las instituciones tradicionales como lo eran el Estado o la Iglesia, sino también a la figura misma del qué es ser un ser humano, de manera que el fenómeno friki es un ejemplo de la expansión virtual o física del propio yo, y de la figura de instituciones sociales como la familia o el matrimonio.
El fenómeno aporta nuevas maneras de convivencia y de relaciones sociales no convencionales. Como mencionaba en un principio, es la cultura subalterna la que tarde o temprano moverá a la cultura legítima, de manera que dadas las circunstancias de nuestro mundo, más allá de ser una “raras” experiencias y convivencias, son más bien alternativas de sociabilidad y sociabilización.
Representa también la adaptación y la necesidad de una flexibilidad hacía las nuevas figuras de lo que llamamos a veces, el otro. De esta manera debemos abrirnos a las nuevas formas de vida, en las que a fin de cuentas ya formamos parte de ella.