Tras unos hechos acontecidos con el político preso Leopoldo López, las relaciones entre los Gobiernos de España y Venezuela han empeorado. España no va a nombrar un nuevo embajador en la nación presidida por Nicolás Maduro, y tampoco lo reconoce como presidente, aunque sostiene relaciones con él puesto que es el que controla las instituciones y las infraestructuras de Venezuela.
Fran Pérez, Responsable de Relaciones Internacionales de Izquierda Unida (IU), la principal fuerza junto con Podemos que compone Unidas Podemos (UP), recibió el hecho por parte de sus socios de gobierno “con cierta sorpresa, porque en septiembre el Ministerio de Exteriores había anunciado el cambio del embajador Jesús Silva Fernández, de perfil muy conservador, por Juan Fernández Trigo, de perfil más progresista y cuyo anterior destino era La Habana, y quien, por lo que nos llegaba, no estaba nada contento con recibir esa embajada con huésped dentro“, expresa el dirigente.
De hecho, Fran Pérez revela una situación jurídica que complica aún más la situación, “el PP y el PSOE habían promovido hace años una reforma de la ley de asilo que impide que se pida refugio en las embajadas españolas en el extranjero, reforma a la que IU se opuso. Por eso, Silva tuvo que inventarse eso de que Leopoldo López se encontraba en su residencia en calidad de ‘huésped’. Y Silva había permitido eso aún sabiendo que estaba reclamado por la justicia venezolana por muy graves hechos y delitos“.
El problema es que la Unión Europea en su política exterior mantiene una relación muy poco soberana y demasiado subalterna y dependiente de la política exterior de los EEUU, y para EEUU Venezuela es hoy un objetivo político, militar y comercial, para apropiarse de su petróleo. Fran Pérez.
Mientras tanto, el responsable de Relaciones Internacionales de la fuerza progresista, relata que “la Secretaria de Estado, Cristina Gallach, ha justificado la decisión de no nombrar nuevo embajador en que “es la fórmula acordada por los socios de la UE, que consideran que las últimas elecciones presidenciales de 2018 no fueron justas ni transparentes“. Ante ello, Fran Pérez sostiene que “en IU sí creemos que fueron elecciones legítimas, justas y transparentes“.
De hecho el conjunto de la fuerza política que él representa en el área internacional, considera que “Venezuela es un país absolutamente democrático, a pesar de la guerra mediática que hay contra ella“, reflexiona.
Fran Pérez profundiza en esa idea, “un régimen dictatorial lo es Arabia Saudita o Emiratos Árabes Unidos, o Guinea Ecuatorial o incluso Marruecos pese a los intentos de lavado de cara, son países donde los derechos humanos se violan gravemente y con los que sin embargo España mantiene relaciones diplomáticas, políticas y comerciales”, al contrario que con Venezuela.
El quid de la cuestión reside en el plano internacional para el dirigente de la izquierda española, quién sostiene que “el problema es que la Unión Europea en su política exterior mantiene una relación muy poco soberana y demasiado subalterna y dependiente de la política exterior de los EEUU, y para EEUU Venezuela es hoy un objetivo político, militar y comercial, para apropiarse de su petróleo“.
Por lo tanto, “lamentablemente si EEUU dice que hay que reconocer a Guaidó, muchos países de la UE, incluso sabiendo que este personaje autoproclamado no ha sido votado ni es presidente de ningún Estado, le siguen a EEUU la corriente en la ficción absurda de reconocerlo, aún sabiendo que es un golpista y un personaje absolutamente amortizado y desacreditado“.
En un alegato en favor de la soberanía nacional de cada país, Fran Pérez expone que para IU, la opinión que cuenta es “la del pueblo de Venezuela, que es un país soberano y democrático, y el de la Comunidad Internacional organizada en la ONU, que reconoce como presidente legítimo y democrático de Venezuela a Nicolás Maduro“.
“Hay más de 150 estados que así lo reconocen en Naciones Unidas, y solo 50 que reconocen a Juan Guaidó“, sentencia el progresista..
Fran Pérez considera que la iniciativa diplomática que está llevando adelante el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero “es el papel que España debería jugar en el conflicto interno que se da en Venezuela. Un papel moderador, de potenciar el diálogo y la negociación entre las partes en conflicto que permita avances en la convivencia y en el proceso democrático“.