Millenium, formación progresiva con más de 20 años de presencia en la música, representa muy bien la fama que ha ido adquiriendo la escena musical polaca en los últimos años. Hoy desgranaremos un poco su última obra de estudio titulada The Sin.
Comienza a ser un hecho que la escena musical de Polonia ha dado un salto cualitativo importante en las tres últimas décadas. Esto es todavía más notorio en la música progresiva, tanto en la vertiente del rock como del metal. Riverside, Collage, Satellite, Lunatic Soul, Quidam, Albion, SBB, Kobong, Blindead, Moonrise, Abraxas, Lebowski, Believe, Retrospective, Osada Vida, Fren, Votum, Mindfields, Maciej Meller y Millenium, entre otros, forman ese tejido musical que, de una forma u otra, alimentan la cultura musical autóctona y, no contentos con ello, tienen una presencia importante a nivel europeo e incluso mundial en algunos de los casos.
De todos esos nombres, hoy nos vamos a centrar en Millenium, debido principalmente al lanzamiento de The Sin, su último trabajo hasta la fecha.
Millenium en contexto
Para quienes sean ajenos al universo musical de Millenium y quieran saber un poco más acerca de ellos, cabe decir que se formaron en Cracovia a finales de la década de los 90. Desde entonces y hasta la fecha han publicado más de una docena de álbumes de estudio.
Están liderados, principalmente, por el teclista y compositor Ryszard Kramarski, aunque el vocalista y letrista Łukasz Gall tiene su cuota de responsabilidad sobre todo a nivel de textos. El resto de músicos son Piotr Płonka en la guitarra, Krzysztof Wyrwa al bajo y Grzegorz Bauer en la batería.
A lo largo de los años, la visión que el grupo ha tenido del progresivo ha ido cambiando. Si bien casi siempre han apostado por la melodía antes que por el virtuosismo y las estructuras complejas, que también las hay, en los últimos trabajos han acentuado todavía más el gusto por cuidar las melodías y dejar al oyente con buen sabor de boca desde la primera escucha.
Generalmente están asociados a la escena neo-prog, una ramificación del prog que nació en la década de los 80 gracias a grupos como Marillion.
The Sin: concepto y diseño de la portada
El trabajo más reciente de los polacos ha sido titulado como The Sin. Se trata de una obra conceptual que se basa en los siete pecados capitales, aunque desde una perspectiva actualizada a nuestros días y en cómo se pueden reflejar de cara a la sociedad, incluso desde los medios de comunicación. Para ello, la banda se ha decantado por la inclusión de siete composiciones y por una ilustración de Marek Szczesny, tan atrevida como directa, para representar visualmente el contenido del mismo.
Progreso, elegancia y melodía
Quizá estas tres palabras puedan definir lo que uno puede escuchar en este trabajo. De hecho, esto se deja entrever desde la composición inicial titulada como “Pride”, dedicada a la soberbia. Contiene momentos que recuerdan y mucho a Pink Floyd. Es muy agradable de escuchar, puesto que la instrumentación está perfectamente ensamblada y la voz de Gall es tremendamente agradable. A todo esto, si uno le suma una temática muy entendible y unos estribillos con pegada, pues tiene muchas papeletas para que el álbum pueda ser disfrutado por oídos ajenos al progresivo.
Con “Lust” llegamos al corte dedicado a la lujuria. El inicio posee una preciosa guitarra a cargo del fantástico Płonka que, todo hay que decirlo, está estupendo cuando le toca asumir el protagonismo. El tempo es más bien lento, pero la intensidad es notable debido a los sintetizadores y a la pasión de las voces en cada una de las líneas vocales. Algo más efervescente se muestra “Wrath”, pieza dedicada a la ira. Sobresalen los fuertes coros, las atmósferas creadas por Kramarski y, por supuesto, la interpretación vocal de Gall que, sin ser un portento, se maneja a las mil maravillas y potencia todas sus posibilidades. El estribillo es sensacional y la épica se mantiene gracias a ciertos pasajes que se muestran claramente sinfónicos.
Cuando llega “Gluttony”, enfocado a la gula y a todo lo que puede alcanzar como pecado capital, hemos pasado buena parte del álbum en un abrir y cerrar de ojos. El inicio de la pieza ofrece guiños a la vertiente folk de bandas como Jethro Tull, aunque pronto vuelven a su terreno, más suave, con colchones de teclados, una intensidad adecuada y fantásticas melodías pegadizas. Con “Sloth” (dedicado a la pereza) nos embarcamos en un ambiente acústico en sus primeros segundos, reposado, con pausa para la recreación de diferentes texturas. Sin embargo, el estribillo es tremendamente emocional. Fantástico.
“Greed” (codicia, avaricia) comienza con una atmósfera tensa, inquietante, aunque pronto se relaja para dar paso a las voces de Gall. Las guitarras aparecen poco después con una saturación importante, aunque sin buscar el protagonismo, sino la solidez. Estamos ante otra pieza ultramelódica y es bastante evidente que ha sido algo totalmente buscado.
Para el final reservan espacio para “Envy” (envidia), y la verdad es que se trata de un broche de oro espectacular. De lo mejor del álbum. La elegancia de la instrumentación, con sus adecuadas atmósferas, aportan una enorme carga emocional. Los detalles han sido pulidos hasta la extenuación y, la interpretación de Gall, es simplemente sublime.
Conclusión
Lo que Millenium han plasmado en The Sin viene a reforzar la visión musical que ya mostraron en el anterior The Web. Es decir, piezas bien construidas, una producción muy conseguida, una apuesta clara por la melodía sin renunciar a puntuales alardes técnicos, elegancia a raudales y una propuesta que puede ser asimilada por multitud de perfiles de oyentes. En una industria musical más sana y menos avariciosa, este trabajo debería tener una buena posición para promocionarse ante diferentes personas.
Millenium ya no son unos novatos. Hablamos de más de 20 años de experiencia en la música y están en un momento bastante dulce. La recepción del álbum ha sido muy positiva si nos ceñimos a los medios progresivos. Les falta tener una mayor visibilidad para acabar de ser un fijo en las tertulias progresivas, aunque caminan con paso firme y están algo más cerca de conseguirlo.
Tracklist y créditos del álbum
- Pride 6:01 (Kramarski/Gall)
- Lust 6:59 (Kramarski/Gall)
- Wrath 6:16 (Kramarski/Gall)
- Gluttony 6:14 (Kramarski/Gall)
- Sloth 7:38 (Kramarski/Gall)
- Greed 5:38 (Kramarski/Gall)
- Envy 10:05 (Kramarski/Gall)
- Łukasz Gall: voces.
- Piotr Płonka: guitarras.
- Krzysztof Wyrwa: bajo.
- Grzegorz Bauer: batería.
- Ryszard Kramarski: teclados y guitarra acústica.
Producido por Ryszard Kramarski.