Radiografía musical: Mark Lanegan
Mark Lanegan, poseedor de una voz envidiable, saltó a la fama de las corrientes alternativas gracias a su labor como frontman de la banda grunge Screaming Trees. De forma paralela inició una carrera en solitario que se prolonga hasta nuestros días, mientras su figura se alarga a la vez que el respeto que le profesan los medios especializados.
Nacido en Ellensburg (Estados Unidos) en 1964, Mark William Lanegan es uno de los artistas más respetados de las corrientes alternativas. Dicha fama comenzó cuando militaba en Screaming Trees. Aquella había sido una banda de grunge con toques psicodélicos. Uno de los mejores exponentes del estilo en términos de calidad, no así en cuanto a popularidad. Esto a pesar de haber tenido sus cuotas de pantalla gracias a la MTV, a partir de la publicación del flamante Sweet Oblivion de 1992.
De infancia difícil e incluso problemática, supo reponerse a las adversidades gracias a su amor por la música. Principalmente por el blues, vertiente que está plasmada en varios de sus trabajos en solitario -aunque no de la manera más habitual-, junto a sonidos folk, rock alternativo e, incluso puntualmente, la electrónica.
Inicio de su aventura en solitario
El artista desplegó sus alas al margen de Screaming Trees cuando estos todavía eran bastante desconocidos. Encontró hueco en 1990 para publicar The Winding Sheet, un álbum oscuro en el que traza una línea diferencial con su banda madre. Más intimista en contexto, demuestra su habilidad con la pluma y explota la magia de su voz por senderos algo más tranquilos. Comercialmente apenas tuvo repercusión, pero su calidad embelesó a músicos y críticos. Incluso Dave Grohl piropeó su repertorio.
El camino marcado por su debut en solitario tiene continuación en el sólido Whiskey For The Holy Ghost (1994). Su confección llegó cuando se tomaba un descanso con su banda, tras haber llamado la atención con el single “Nearly Lost You”. Sin embargo, las tensiones entre ellos comenzaron a aflorar.
Este segundo álbum en solitario parece una de vía de escape, en la cual explora pasajes más acústicos esculpidos por retazos blues y folk. Resulta muy convincente en su resultado final. Aún se vislumbran resquicios de potencia guitarrera en diversas composiciones, pero la realidad es que Lanegan ya va perfilando su futura visión musical.
Afianzamiento de su propuesta
Antes de proseguir con su carrera en solitario, es obligatorio resaltar su primera gran colaboración (hubo alguna otra anteriormente) en Above, único álbum de la superbanda denominada Mad Season en 1995. Estaba compuesta por Layne Staley (Alice in Chains), Mike McCready (Temple of the Dog, Pearl Jam), John Baker Saunders (The Walkabouts) y Barrett Martin (Screaming Trees). En ella ayudó a componer un par de canciones y también aportó algunas voces.
Cuando su carrera con los Screaming Trees comenzaba a despegar, cuando parecía que Dust (1996), la nueva criatura en forma de disco comenzaba a contar con un respaldo importante de la crítica y el público, llegó lo inesperado. La discográfica entendió que, a pesar de ser su álbum más vendido, no había llegado a las cifras que ellos habían estimado como objetivo. Entre las tensiones y el poco interés del sello en seguir promocionándolos, Mark y sus compañeros dejaron a medio hacer un disco que sí aparecería años más tarde como premio para los seguidores.
El músico ve la posibilidad de afianzarse en solitario, siendo su faceta de cantautor la que más explotaría en siguientes lanzamientos. Eso sí, antes pasaría por una clínica de rehabilitación para limpiarse de toda adicción a las drogas, las cuales habían causado estragos en su comportamiento.
Ya completamente recuperado, reaparece en escena con Scraps At Midnight (1998), en el que muestra una mayor tendencia hacia sonidos folk tras una coqueta portada, para un año más tarde publicar un maravilloso álbum de versiones que responde al título de I’ll Take Care of You. Liberado definitivamente de cualquier atadura con su grupo, publica en 2001 el esencial Field Songs.
Nuevas colaboraciones y el nacimiento de la Mark Lanegan Band
Si algo le ha caracterizado al artista estadounidense a lo largo de su carrera, además de su inconfundible voz, es la facilidad mostrada para poner su talento al servicio de otras bandas y proyectos. Sin llegar a ser miembro oficial, fue sonada su asociación con Queens Of The Stone Age. Con ellos participó actívamente en los discos Rated R (2000), Songs for the Deaf (2002), Lullabies to Paralyze (2005), Era Vulgaris (2007) y …Like Clockwork (2013).
También asomó la cabeza en álbumes de Masters of Reality, The Twilight Singers, Soulsavers, Unkle o Moby, entre muchos otros. También comienza a publicar bajo la denominación de Mark Lanegan Band. Así aparece otro de los álbumes clave de su carrera, Bubblegum (2004), en el que cuenta con numerosos músicos amigos como PJ Harvey, Greg Dulli, Josh Homme, Nick Oliveri, Duff McKagan, Izzy Stradlin, etc, mientras regresa a los sonidos alternativos fundidos con el blues.
Un nuevo paréntesis llegó a su carrera en solitario para iniciar un proyecto junto a Isobel Campbell, ex Belle and Sebastian. Publican tres álbumes de sonoridad folk y country titulados Ballad of the Broken Seas (2006), Sunday at Devil Dirt (2008) y Hawk (2010). En esta etapa tan prolífica, también haría tiempo para formar The Gutter Twins con Greg Dulli, publicando un único trabajo llamado Saturnalia (2008).
El ritmo se vuelve frenético
Tras la asociación con Isobel, regresa en solitario con Blues Funeral (2012). Se trata de un nuevo capítulo enfocado hacia el folk, el blues y los sonidos alternativos, pero con la particularidad de dotarlo de un mayor número de elementos electrónicos.
Los siguientes capítulos del artista se basaron en una nueva asociación, esta vez con el guitarrista Duke Garwood, con quien publicó Black Pudding (2013). Después regresó con Imitations (2014), un nuevo álbum de versiones, su inconsistente Phantom Radio (2014) y la publicación de supuestas demos, canciones inéditas y otras ya mostradas anteriormente en Houston: Publishing Demos 2002 (2015).
En los últimos años su producción se ha acelerado considerablemente. En Gargoyle (2017) presenta una colección de canciones enfocadas hacia el rock alternativo con gran presencia de influencias post punk. En 2018 volvió a entregar un nuevo álbum con Garwood, With Animals, y en 2020 dejó su impronta en dos trabajos titulados Somebody’s Knocking y Straight Songs of Sorrow.
Aunque la calidad de Mark Lanegan está fuera de toda duda, alarma que pueda estar agotando su capacidad creativa. Las últimas referencias publicadas, aunque correctas, están algo lejos de sus mejores momentos. Además, su constante actividad no da pie a que pueda dar un giro de timón. Habrá que esperar un poco para saber si va a seguir bajo los patrones musicales de los últimos años, o bien pretende mostrar una faceta diferente.
Discos recomendados (Top 8 en solitario)
8. Black Funeral (4AD; 2012)
Escudado por el teclista Aldo Struyf, el batería Jack Irons y el multiinstrumentista Alain Johannes, quien también produce el disco, Mark Lanegan plasma todo lo que ha ido haciendo en su carrera en Blues Funeral. Se trata de un collage sonoro de folk, blues, rock alternativo y electrónica. Cuenta con las colaboraciones de Duke Garwood, Martyn LeNoble, Chris Goss, Greg Dulli y Josh Homme, entre otros.
Con su voz erosionada y cada vez más grave, aunque igualmente fabulosa, entrega composiciones desafiantes como “The Gravedigger’s Song” y retazos rockeros en “Riot In My House” y “Quiver Syndrome”. Regala bellas sonoridades representadas en las indispensables “St. Louis Elegy” y “Harborview Hospital”, y concesiones a la electrónica en “Ode To Sad Disco” y “Grey Goes Black”. Tuvo repercusión en diferentes listas de discos.
Canciones destacadas: “The Gravedigger’s Song”, “St. Louis Elegy”, “Riot In My House” y “Harborview Hospital”.
7. Scraps at Midnight (Sub Pop; 1998)
Enmarcado dentro de su faceta de cantautor folk, Scraps at Midnight resulta ser un ejercicio musical de calidad abrumadora en su primera mitad. Un trabajo casi terapéutico tras haber estado internado en un centro de rehabilitación del que saldría completamente fortalecido. Deja constancia de sus vivencias mediante algunos guiños como en la inicial “Hospital Roll Call”.
Si en algún momento se le comparó con Tom Waits y Leonard Cohen, “Hotel” es una buena muestra de cómo puede acercarse a ellos sin perder su sello de identidad. La melódica “Stay”, la frágil “Bell Black Ocean” y la susurrante “Last One In The Wold”, completan unos minutos musicales sublimes. Lamentablemente, la segunda parte, siendo también meritoria, no se mantiene al mismo nivel. Solamente se acerca a la excelencia en ese grandioso final llamado “Because Of This”.
Canciones destacadas: “Hotel”, “Stay”, “Last One In The World” y “Because Of This”.
6. I’ll Take Care of You (Sub Pop; 1999)
Cada vez que un artista se enfrenta a un disco de versiones, la sensación para críticos y público es la de tener un producto entre manos que poco aporta a la carrera del mismo, viéndose en muchas ocasiones como un mero aperitivo. Sin embargo, en el caso de Lanegan, I’ll Take Care of You funcionó a las mil maravillas gracias a su enfoque, con gran respeto a las canciones versionadas, pero reinterpretándolas con un gusto exquisito, las cuales se potencian todavía más por su estupenda voz.
El aplauso fue sonoro y merecido, porque ya desde la inicial “Carry Home” de Jeffrey Lee Pierce se intuye que estamos ante algo grande. Y así con otros títulos como la propia “I’ll Take Care of You” de Brook Benton, “Consider Me” de Eddie Floyd y Booker T. Jones, o mi favorita “Together Again” de Buck Owens.
Versiones destacadas: “Carry Home”, “Consider Me”, “Together Again” y “Shanty Man’s Life”.
5. The Winding Sheet (Sub Pop; 1990)
La primera entrega de Mark Lanegan en solitario se presenta en un oscuro envoltorio, con canciones desgarradoras que todavía deslizan ecos de lo que estaba realizando con los Screaming Trees. Tal y como sería habitual en su carrera, el artista contaría en este disco con varios invitados, algunos de auténtico lujo como Krist Novoselic y Kurt Cobain, los cuales colaboran en la tradicional “Where Did You Sleep Night”. También nos encontramos con el batería Mark Pickerel, compañero de Lanegan en los Screaming Trees, o el bajista Jack Endino, entre otros. Mientras tanto, Mike Johnson se erige como su mano derecha desde la guitarra y haciendo las labores de producción.
Como primer disco, The Winding Sheet es una maravilla en la que destaca su voz por encima de todo, pero en el que las composiciones del artista, además, poseen un nivel notable.
Canciones destacadas: “Mockingbirds”, “Ugly Sunday”, “Down In The Dark” y “Wild Flowers”.
4. Houston: Publishing Demos 2002 (Ipecac; 2015)
Que nadie se lleve a engaños con el título del álbum, pues lo que contiene es una serie de canciones grabadas en 2002, en Houston, junto a reputados músicos como Ian Moore o Mickael Raphael, y por supuesto, con su escudero Mike Johnson. Iban a ser editadas por una compañía en concreto pero, por alguna razón, se quedaron en el tintero. Ahora bien, de demos tienen bien poco. De hecho, estas composiciones están completamente terminadas y suenan mejor que en sus primeros trabajos.
Cierto es que dos de las composiciones -“Grey Goes Black” y “Methamphetamine Blues”- se publicaron con diferentes acabados posteriormente, y que “Halcyon Daze” aparece en su recopilatorio de 2014, pero el resto son completamente inéditas. En su conjunto, estamos ante un álbum heterogéneo que bebe del folk, el rock y el country rock, pero lo realmente inexplicable reside en que estos temas no decidiese publicarlos antes.
Canciones destacadas: “No Cross To Carry”, “Blind”, “Halcyon Daze” y “Nothing Much To Mention”.
3. Bubblegum (Beggars Banquet; 2004)
Con el respeto ganado, el músico comienza a publicar sus obras en solitario bajo Mark Lanegan Band. Sin embargo, en Bubblegum no hay una formación estable como tal, sino la participación de diferentes músicos como Aldo Struyf, Alain Johannes, Duff McKagan, Izzy Stradlin, PJ Harvey, Chris Goss, Josh Homme, Nick Oliveri o Troy Van Leeuwen, entre muchos otros. Con este trabajo, Mark Lanegan abandona la sobriedad de los álbumes enfocados hacia el folk, y se mete de lleno en una amalgama de sonidos que van desde el rock alternativo al blues, pero abordado desde un concepto muy personal.
Todo ello sin olvidar del todo sus influencias folk, y añadiendo alguna que otra pincelada electrónica que serían mayores en álbumes posteriores. Los singles editados fueron dos cortes potentes como “Sideways in Reverse” y “Hit The City”, pero también hay pasajes relajados en “Come to Me”, “One Hundred Days”, “Morning Glory Wine” y “Strange Religion”.
Canciones destacadas: “When Your Number Isn’t Up”, “Hit The City”, “One Hundred Days” y “Morning Glory Wine”.
2. Whiskey For The Holy Ghost (Sub Pop; 1994)
El álbum parece haberse realizado para ser degustado cuando cae la noche, mientras un Lanegan mucho más literario que en su debut, estremece y enamora con su voz bañada en whiskey y tabaco. En general, las composiciones están más pulidas que en su antecesor, con un mayor número de matices y con unas interpretaciones más logradas. El artista comenzaría aquí a tomarse en serio su carrera en solitario, a demostrar su valía al margen de los Screaming Trees, y para ello decidió contar con el multiinstrumentista y productor Mike Johnson como su hombre de confianza.
Todavía hay ecos del desgarro grunge en “Borracho”, pero es un espejismo ya que, en general, el álbum adquiere un tono acústico que brilla sobremanera en composiciones como “Carnival”, “Pendulum”, “Dead on You” o “Judas Touch”. “El Sol” y “House A Home” se erigen como diamantes en bruto dentro de un álbum magistral.
Canciones destacadas: “Borracho”, “House A Home”, “El Sol” y “Pendulum”.
1. Field Songs (Sub Pop; 2001)
Field Songs, su último trabajo con el mítico sello Sub Pop, resultó ser el más equilibrado y, desde luego, el más brillante dentro de su etapa como cantautor folk. Con una duración total bastante ajustada, ya que apenas se sobrepasan los cuarenta minutos, no hay concesiones al relleno estéril.
Producido por John Angello y Martin Feveyear, Mark Lanegan vuelve a contar con Mike Johnson como músico de confianza, pero también con Ben Sheperd, quien fuera bajista de Soundgarden en sus mejores etapas. De todas formas, la lista de colaboradores puntuales también es alta. Así, el artista canta con Wendy Ray Fowler en “No Easy Action”, Duff McKagan toca la batería y el piano en “Fix”, y Chris Goss hace coros en “She Done Too Much”. Sin embargo, las composiciones más inspiradas son la triste “Pill Hill Serenade”, la inquietante “Resurrection Song”, y por supuesto “One Way Street”, una de las mejores de toda su carrera.
Canciones destacadas: “One Way Street”, “Pill Hill Serenade”, “Resurrection Song” y “Low”.
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