Por favor, no hagáis otra vez el ridículo
Análisis crítico de la actualidad española, donde se tratan temas álgidos como la cuestión catalana y la ampliación del aeropuerto del Prat.
Qué veranito nos están dando los políticos en este país. En Catalunya estamos divertidos con el baile de reuniones y anticipos de reuniones.
Veamos. Para hacer boca, como si fuera un vermouth previo a la comida, nos echaron a los leones con la primera reunión bilateral Generalitat-gobierno español.
Antes, pero, ya nos habían anticipado que en el vermouth no habría su tapita de patatas bravas. Que la cosa de la comida ya vendría incluída en el nuevo pack de los Juegos Olímpicos de Invierno, o más bien dicho, Jugosos Dineros Olímpicos de Invierno.
Como por arte de magia, de golpe, la Generalitat de Catalunya se rinde a los pies del progreso y la humanidad olímpica que tanto hace falta a los Pirineos -eso sí, los Pirineos catalanes que a Lamban le da asco llevar barretina y alpargatas-.
Evidentemente, “los dineros” llegarían a “chorrones” para el ciudadano común si no consiguen acertar el pleno al quince las llenas empresariales del turismo y el tocho por doquier. Hi-po-cre-sía señores y señoras.
Hipocresía repartida para todos, empezando por quienes gobiernan la Generalitat, cuando de cara al público decían que esto de los juegos era una patochada, y luego, entre bambalinas -qué gran mundo este de las bambalinas- se purifican por el bien de Catalunya, y caen rendidos como hizo Vercingetorix a los pies de Julio César Sánchez.
Y ya pasado el escollo número uno, ellos solitos se fueron al lío número dos: la susodicha Comisión Bilateral Estado-Generalitat para la negociación de portentosos tesoros que siguen por ahí pululando mientras unos preguntan dónde se esconde la pelotita, y los otros reclaman que la pelotita era suya porque el papá y la mamá ya lo habían pactado así.
Resumen resumido por los resumidores de los cada día más escuetos y facinerosos medios de comunicación: el papá de todos, el Estado, os da un poquito de todo y un mucho de nada, y vosotros os coméis con patatas la ampliación del aeropuerto del Prat.
¡Ay, que ahí le han dado a la izquierda que no toca el cielo más bien escaba su propia tumba en los infiernos!
Resulta, que aquellos que vociferaban como Lenin en las plazas de Petrogrado, o diálogo o caos, cuando les tocan su parte del pastel salen a las calles en tromba de elefantes con un hambre descomunal e histérico gritando; ¡que no nos roben el verde del Prat que nos joden la marrana tú!
Y a medida que el solecito del verano se va apagando, se encienden las luces de las maquinarias de la verborrea.
El día D, o B, o C, o X, ¡chi lo sa! Se acerca, o no. Y la primera reunión de la mesa del diálogo entre Catalunya y España nos espera, a todos.
Es la primera reunión y no la segunda porque la primera estaba Quim Torra, y todos sabemos que era un bicho raro como los lagartos camuflados en cuerpos humanos de la mítica serie ochontesca, V.
Y como dice la sabiduría popular; “entre todos la mataron y ella sola se murió“. Señal inequívoca que esta reunión no se la cree ni el duendecito mágico que proclama solito el federalismo y el republicanismo socialista.
Unos, sueñan en llegar a la reunión vivos y con su as bien escondidito en la manga: “que no se llame más mesa del diálogo se tiene que llamar mesa de negociación“. Porque vamos a negociar, si señor, con ganas con entusiasmo porque se llamará mesa de negociación y no de diálogo. Jugada de crack dialéctico.
Otros, siempre hablando de los de aquí, los políticos catalanes, no le dan vida a la reunión ni un segundo. Es más, se creen ellos padres de todo tipo de “diálogo” con los cuervos del Estado pues les vienen recuerdos de cuando Duran i Lleida y Pujol les hacían las faenitas sucias en Madrid.
¿Y Pedro Sánchez va a estar? Nos preguntan al resto de las gentes mundanas. Por lo visto, quizás sí o quizás no. Depende de si está haciendo la ruta del Quijote o bien, está conspirando contra cualquiera de los suyos que ahora ya le sale gratis.
¡Joder! ¿Y quién va a ir de los nuestros, los catalanes? Ay, perdón, que no he hecho la pregunta adecuada ¿Quién está dispuesto a bailar un zapateado en Madrid y unas sardanas en Barcelona para ayudar a nuestro nuevo ídolo de los racionalistas “el niño diálogo”?
Respuesta: depende del tiempo, el karma, la intensidad de los rayos de sol, del presupuesto, de lo que nos van dar para almorzar, de nuestro humor, y de si nos interesa contar la verdad.
Pues nada, tú, sin fecha y con mucho rumor para no vestir un miserable santo.
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