Vivian Suter y Pep Agut

En la casa de Velázquez del Retiro madrileño.

Esta pintora nacida en Buenos Aires de origen suizo se establece en Guatemala, junto al lago Atitlán, y su obra, aunque siempre se ha mantenido cercana a la escuela de Basilea, ha evolucionado dentro de una simbiosis cada vez más implicada con la selva que rodea e inunda su vida diaria.

Sus telas rezuman esos colores tropicales, y además desde sendas inundaciones en 2005 y 2010 que dañaron sus obras como consecuencia del barrizal que anegó su estudio, el resultado sobre las mismas del barro impregnado sus vibrantes y coloridas telas debió parecerle algo así como un aviso de la divina providencia, y desde entonces incorpora a sus obras esta especie de deterioro como si hubiese sido causado por esa misma naturaleza enfadada y salvaje que en su día tanto le impresionó.

Como siempre os he dicho, para los distintos gustos se hicieron los colores (o al revés), y aunque a mi particularmente no me parezca nada brillante (y ya veréis luego el otro artista, ya es de nota), quiero ser honesto con vosotros y presentaros todas las opciones, y no solo las que son de mi agrado.

De ese modo intentaré estéis siempre al día y tengáis datos e información para poder formaros vuestra propia opinión, y esa será siempre para vosotros la correcta y la que habéis de defender, y por supuesto, de la que no tenéis nunca porque avergonzaros, ya que será tan válida como la del crítico de arte más prestigioso del mundo.

Aquí incorpora unos periódicos a la tela (?).

Y aquí unas fotos

Las dos figuras del primer término son reales, dos interesadas visitantes (por supuesto, no se trata de un performance, no forman parte de la obra)

Esto quizás si pueda decir algo más…

Unos cuadros ya más tradicionales (se entiende en cuanto al soporte, claro).

Y ahora, en el mismo entono, a unos doscientos metros… ¡Pep Agut!

¡Y en el Palacio de Cristal!

Observad el desperdicio de este maravilloso lugar para colocar el autentico camelo (en mi opinión), que tras la bonita postal podéis ver.

Yo siempre he intentado comprender y defender a los artistas, pero en este caso, ante esta profanación con estas espantosas y pretenciosas ruinas que no se me alcanza que pueden querer significar (si os fijáis, se trata de las mismas columnas que sustentan el edificio pero deterioradas, un poco rotas y esparcidas por el suelo).

Confieso que me merece mucho más respeto, por autentico el arte que tiene este compañero nuestro que podéis ver a continuación, que quizás accedió a Europa jugándose la vida en una patera en busca de una vida mejor, con un cuidado digno de encomio y sobre todo con el esmero y el cariño que vimos ponía en limpiar para sus esperados clientes las gafas de imitación con las que en el lugar donde comienzan las escalinatas de la puerta de acceso a esta fallida exposición, nuestro amigo intenta ganarse la vida.

Salud y trabajo.