VOX busca en Latinoamérica la expansión del fascismo
VOX contempla Latinoamérica como un territorio de expansión idóneo y sus posturas ultraconservadoras encuentran cobijo en organizaciones ideológicamente del mismo corte
Santiago Abascal ha realizado un extenso lobby político con presidentes y ambientes de Gobierno de diferentes países. El conservadurismo español en el marco de su agenda política de confrontación promueve también en su discurso el desprecio a la Unión Europea. Abascal llegó a hablar de “talibanes europeos” en su discurso.
Se trata de un fundamento conservador que resulta ambiguo y contradictorio, entendiendo que desde hace décadas la Unión Europea ha entregado la soberanía de sus países miembros tras la instauración de una moneda única, así como de medidas neoliberales, cosa que no parece molestar a la derecha.
En este sentido, Abascal, junto al primer ministro húngaro, Viktor Orbán; la presidenta de Rassemblement National, Marine Le Pen; y el líder de la Liga, Matteo Salvini, han suscrito una declaración conjunta sobre el Futuro de Europa en la que rechazan el proceso de federalización que, a juicio de los conservadores, busca imponer en la Unión Europa.
Teniendo acceso privilegiado en Hungría, VOX se ha codeado con la derecha europea. Asimismo, en Latinoamérica Abascal es uno de los principales aliados internacionales de José Antonio Kast, un político de raigambre pinochetista que busca convertirse en el próximo presidente de Chile. Solo la izquierda, representada por Gabriel Boric, podría evitarlo.
Desde un principio, VOX Consideró a Kast, simpatizante del régimen de Augusto Pinochet, un potencial aliado. En este sentido, En junio de 2019, Abascal y el responsable de los contactos internacionales del partido, Iván Espinosa de los Monteros, abrieron la puerta de la sede de Madrid al político chileno, ansioso por encontrar apoyos en Europa.
El político chileno nunca ha escatimado en elogios hacia el partido ultraderechista español, al que definió como “esa voz que por mucho tiempo estuvo silenciada” y que dice “las cosas por su nombre“.
En abril de 2020, el político chileno había dejado claro que VOX era un “ejemplo” de una “corriente a nivel internacional“, en alusión al crecimiento de partidos ultras. “Eso nos motiva mucho“, afirmó entonces.
Todo ello forma parte de lo que VOX considera Iberosfera para referirse al mundo latinoamericano en el que busca ampliar su influencia. Bajo esta dinámica, procura también darle cabida a las relaciones con la derecha alternativa en EEUU y en los círculos ultraconservadores que rodean al partido Republicano.
La pretendida influencia de VOX se proyectan a Perú, donde ha establecido vínculos con Fuerza Popular, la formación que dirige Keiko Fujimori. El partido de Abascal trajo a España al diputado fujimorista Juan Carlos Lizarzaburu, quien participó en el acto de presentación de un documental sobre el Foro de Sao Paulo a cargo de Disenso, la fundación montada por VOX.
Posteriormente una comitiva de VOX conformada por su vicepresidente y diputado, Víctor González, el eurodiputado Hermann Tertsch y el director de la Fundación Disenso, Jorge Martín Frías, había viajado a Perú para mantener encuentros con congresistas de la derecha peruana.
VOX contempla Latinoamérica como un territorio de expansión idóneo y sus posturas ultraconservadoras encuentran cobijo en organizaciones ideológicamente del mismo corte.
De esta forma, la derecha española ha tratado de tener ramificaciones internacionales para tener legitimidad internacional y estaría intentando imitar en Latinoamérica un modelo, del que fueron observadores, que consiste en una internacional de partidos conservadores y radicales por encima de las derechas moderadas
VOX tiene un discurso para sus amigos latinoamericanos y otro para sus aliados europeos. Mientras que en el caso de América Latina mantiene un argumentario basado en la amenaza “comunista“, cuando se trata de establecer relaciones a este lado del Océano Atlántico apuesta por unas claves discursivas de tono xenófobo, dirigidas a fomentar el miedo contra las personas migrantes que buscan refugio en Europa.
VOX habla de ética y ciudadanía cuando se deshumaniza al inmigrante y se trasgrede la autodeterminación de cada persona de definir libremente su propia orientación sexual, derecho que por cierto, está en pleno debate por iniciativas como la de Orbán en Hungría, donde se ha promulgado ya una ley que limita la difusión de contenido LGTBI entre menores de edad.
Asimismo, los ataques políticos conservadores van dirigidos también contra la Agenda 2030. Para la ultraderecha, la Agenda 2030, en palabras de Abascal, “se trata de promover la inmigración masiva, se trata de promover la ideología de género, se trata de promover una nueva religión que es la religión climática“.
En países como Francia, Holanda o Austria los partidos derechistas han alcanzado un considerable apoyo electoral. Por otra parte, en España la ultraderecha, durante gran parte del periodo de vigencia del Régimen del 78, apenas ha dispuesto de espacio político y su discurso ha tenido un impacto muy débil entre el electorado.
Por otra parte, un contexto de conflictividad o un pasado muy relacionado con periodos autoritarios o fascistas dificulta extremadamente su implantación, como sería el caso de Alemania o España.