Reforma Laboral: La nueva posición política de Yolanda Díaz
Dentro de la construcción política de la Reforma Laboral, la capacidad negociadora de la Ministra de Trabajo ha tenido un papel fundamental.
Yolanda Díaz ha sido artífice de un muy importante acuerdo en favor de la clase obrera de España. Contra viento y marea, la actual ministra de Trabajo ha logrado con sagacidad política revalidar su perfil negociador, así como su inclinación hacia concertación política sin abandonar sus posiciones de izquierda.
En este sentido, y a sabiendas de la trascendencia que tiene para la clase obra de España, Díaz ha declarado que la fecha de aprobación de la nueva reforma laboral es “un día de felicidad” para los trabajadores, pues saben que cuentan con un nuevo marco que “mejora sus vidas“.
La vicepresidenta segunda del Gobierno, quien también direcciona Unidas Podemos (UP), ha impulsado enérgicamente una reforma laboral para España desde el comienzo de su gestión. Desde la plataforma morada ha fijado su mirada en la necesidad de transformar el actual sistema de relaciones laborales en España, emprendiendo una serie de cambios conducentes a la protección de la clase trabajadora frente al patronato con tendencia neoliberal.
Para ello, se ha propuesto la derogación de la reforma laboral del año 2012 presentado durante la gestión de gobierno del presidente conservador Mariano Rajoy. Este derechista instrumento legal, presentaba una serie de nociones que favorecen a las empresas en detrimento de los derechos laborales de la ciudadanía.
Dentro del nuevo instrumento se abordarán a los asuntos considerados de urgencia, entre los cuales se encuentran: la derogación de la posibilidad de despido por absentismo causado por bajas por enfermedad; la derogación de las limitaciones al ámbito temporal del convenio: y la derogación de que sea prioridad la aplicativa de los convenios de empresa sobre los convenios sectoriales.
De igual forma, La nueva ley laboral pone especial énfasis a la lucha contra la temporalidad, redefiniendo los tipos de contratos y limitando el temporal. La mejora salarial y la recuperación de los mecanismos de negociación de los trabajadores con los empresarios son otros de los aspectos novedosos que favorecen a los asalariados.
En líneas generales, se busca establecer un marco legislativo distinto y que armonice con los intereses de la clase trabajadora. En este respecto, se tratará materia jurídica relacionado a la contratación, las modificaciones sustanciales, o la causalidad, entre otros instrumentos legales fundamentales para consolidar la tan esperada reforma.
A juicio de Yolanda Díaz, no derogar la reforma laboral del 2012 habría significado “seguir manteniendo la precariedad”, que haya mujeres limpiando habitaciones “por tres euros cada una de ellas” o que haya jóvenes que “no conocen el trabajo decente”.
Sin embargo, el pragmatismo de la ministra Díaz respecto al empresariado y los sindicatos, también ha traído como consecuencia espacios de debate al escenario político, evidenciándose en las discusiones parlamentarias con el PSOE, el cual, lejos de fungir como aliado, ha obrado contra la reforma debido al nerviosismo creado por el miedo hacia la creciente popularidad de Yolanda Díaz.
La dinámica política entre el PSOE y UP, si bien, ha dinamizado nuevo escenario de la vida pública española, también ha dado muestra de profundas diferencias en el marco de sus basamentos ideológicos y su praxis dentro del gobierno. Se tratan de incompatibilidades que se han acentuado en pleno debate sobre la implementación de la reforma laboral.
En los últimos tiempos, el PSOE ha dado claras muestras de inconsistencia en sus fundamentaciones políticas, así como en los apoyos de los cometidos plasmados en el documento denominado “Coalición Progresista: un nuevo acuerdo para España”, fijando una hoja de ruta para sus acciones programáticas conjuntas.
En este sentido, el PSOE se ha caracterizado en los últimos tiempos por evidenciar un claro desenfoque ideológico-programático, basado en la incoherente defensa de los grandes capitales de la empresa privada, monarquía y posiciones políticas conservadoras.
Desde el inicio de la legislatura, en el Ejecutivo de coalición han tenido lugar mil y una batallas que, casi siempre, han tenido que ver con compromisos firmados en el acuerdo entre los socialistas y UP. Esta reforma Laboral también ha encendido las alarmas en el PSOE por el riesgo de ser superados por la Ministra de Trabajo en el siguiente ciclo electoral, a tenor de lo que marca la tendencia de todas las encuestas.
De ahí que, a partir de ahora la agenda política pactada por las dos fuerzas políticas, dejará de ser una brújula para el gobierno para convertirse en un elemento de disputa en base a los intereses políticos de Pedro Sánchez.
Por otro lado, a nivel parlamentario la victoria de Diaz tuvo que eludir la abierta defensa de los partidos conservadores de los intereses de las grandes empresas, cuyo capital en buena parte fue fundado mediante prácticas clientelares con el Régimen franquista, y en los casos más extremos, haciendo uso de mano de obra esclava.
En este sentido la derecha nunca ha dejado de hacer uso sistematizado de su política de crispación para crear matrices de opinión adversas al progresismo laboral. Todo ello ante la ausencia de una genuina propuesta política conservadora. Otro sensible obstáculo que ha tenido dicha reforma fue la falta de cohesión política de los sindicatos y la prácticamente nula movilización ciudadana.
Dentro de la construcción política de la reforma, se ha considerado un acierto de la capacidad negociadora de la Ministra de Trabajo, el visto bueno a finales del año pasado por parte Comité Ejecutivo de la CEOE respecto a “líneas generales” de la reforma laboral.
El abal del CEOE, representó una victoria estratégica en las negociaciones de Díaz, sobre todo, considerando la muestra de oposición y de alineación neoliberal del gremio empresarial, el cual ha llegado tildar dicha reforma impulsada por el ejecutivo para el año 2021 de “Marxista”.
Durante los últimos años, en especial, desde que ocupa el Ministerio del Trabajo, Yolanda Díaz ha ido equilibrando su discurso para cubrir un espectro más amplio dentro del diálogo social entre sindicatos y empleadores, demostrando una tendencia conciliadora y de concertación, la cual procura priorizar el consenso ante los discursos encendidos, buscando entendimiento de las legítimas diferencias.
Su arte de la negociación política la han proyectado sólidamente de cara a nuevos escenarios de alcance nacional, en especial, en contextos que abonarán el terreno para las venideras elecciones generales. En este sentido la nueva posición política de Diaz será determinante para la agenda publica en España.