Los 5 peores crímenes de la OTAN en Europa
Millones de víctimas, Estados en caos, destrucción y atropellos de las normas internacionales son el resultado de las acciones militares OTAN.
Entre la frontera de Rusia y Ucrania se ha visto un incremento de tenciones como producto de la movilización de las tropas de la OTAN auspiciadas por los EEUU. Evidentemente las relaciones diplomáticas entre las principales potencias occidentales con interés en la zona de las antiguas repúblicas soviéticas y la Federación Rusa se han erosionado.
La agenda imperialista de los EEUU tiene previsto desembarcar próximamente un contingente de 1.700 soldados, sumados a los ya anunciados 3.000 soldados adicionales que serán enviados a Europa del Este, especialmente a Rumania y Polonia, para defender a los países de la OTAN de “contra cualquier agresión“, en medio de los esfuerzos diplomáticos para convencer a Rusia de retirar sus fuerzas estacionadas en la frontera con Ucrania.
Las nuevas tropas estadounidenses se suman a los 8.500 militares colocados en estado de alerta a fines de enero por el presidente Joe Biden para ser desplegados en la fuerza de reacción rápida de la OTAN en caso de necesidad.
En respuesta, Rusia movilizó decenas de miles de soldados en la frontera desde hace meses, maniobra que para las potencias es una muestra clara de que hay un plan militar inminente. El Kremlin lo desmiente y, a su vez, dice estar amenazado por la OTAN.
Mientras la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), liderada por Estados Unidos, pone énfasis en mantener su expansión hacia el este de Europa, Rusia observa un avance en la alianza atlántica que amenaza su soberanía.
Aunque la OTAN fue fundada en 1949 como una fuerza de seguridad colectiva, para muchos se convirtió en una mera fuente de conflictos armados en todo el mundo. Según su artículo 5.º persigue finalidades puramente defensivas y de ayuda mutua en el caso de un ataque contra alguno de los Estados miembro. Pero la historia ha vuelto a demostrar cómo saben mentir los Estados que se proclaman “demócratas”.
Con la disolución del bloque soviético el simple sentido común de varias personas les hizo pensar que desaparecería también la OTAN, pero ocurrió lo contrario: partiendo del viejo principio “vae victis”, el bloque incorporó países de Europa del Este pasando por alto sus verdaderos e innumerables crímenes. Tal y como actualmente se pretende con Ucrania.
En este sentido, la OTAN por medio de Reino Unido dice estar listo para ayudar a Ucrania a construir dos bases navales: en Ochákiv en el mar Negro y en Berdyansk en el mar de Azov. También se han enviado misiles antitaqnues de fabricación estadounidenses modelo “Javelin” a Ucrania y se han entregado a la marina dos lanchas patrulleras de la Guardia Costera estadounidense.
Gran Bretaña añade que “Depende de Ucrania y 30 aliados decidir cuándo Ucrania está lista para unirse a la alianza“, y que Rusia “no tiene veto ni derecho a interferir en ese proceso”.
La OTAN está constituida por 29 países miembros, todos a las directrices de un general norteamericano que ostenta el título de Comandante Supremo de las Fuerzas Aliadas en Europa. Esta organización ha desarrollado también acuerdos con más de 40 países no miembros, con los cuales se relaciona con programas militares que le facilitan el control en el mundo.
Teniendo el saqueo de los pueblos como principio fundamental de su existencia, este año 2022 se cumplirán 73 años de la creación de una organización criminal, que ha desarrollado guerras imperialistas en casi todo el mundo.
De esta forma, millones de víctimas, Estados en caos, destrucción y atropellos de las normas internacionales son el resultado de las acciones militares OTAN en 73 años, en nombre de la “paz y la libertad“. De esta dinámica imperialista se pueden destacar algunos ejemplos.
Entre el 24 de marzo y el 10 de junio de 1999, la OTAN emprendió la Operación Fuerza Aliada en la antigua Yugoslavia. Bastaron 78 días, para que la alianza militar lanzara un total de 2 mil 300 misiles contra 990 objetivos y 14 mil bombas sobre la antigua Yugoslavia.
El resultado fue un país desintegrado, con más de 2 mil quinientas víctimas, 88 niños entre ellos, y 6 mil heridos, que resultaron de los intentos de la OTAN por detener un supuesto genocidio étnico. Además, hubo 300 escuelas y 20 hospitales destruidos y 40 mil viviendas afectadas.
Otro de los objetivos de la OTAN fue Afganistán, donde en 2001 se posicionó la mayor coalición militar de la OTAN con el pretexto de buscar a Osama Bin Landen, a quien consideran el responsable de los atentados en Estados Unidos, el 11 de septiembre del mismo año. “Operación Libertad Duradera” fue el nombre de la acción militar que se extendió durante 13 años y dejó un saldo de 17 mil 252 civiles asesinados y más de 29 mil 536 heridos.
Por otra parte, el argumento de la OTAN para intervenir Libia en 2011 era proteger a los civiles y, en cambio, dejó a su paso por esta nación unos 20 mil muertos, más de 350.000 personas en condición de refugiados e inestabilidad política que aún perdura.
Durante Gobierno legítimo de Muammar Al Gadafi, Libia alcanzó grandes logros, que desaparecieron en menos de siete meses de ataques de la OTAN. La agración contra Libia responde a los métodos que emplean regularmente la OTAN y, colectiva o individualmente, sus principales Estados Miembros.
Con el objetivo de presionar a Rusia a desatender las intenciones de Crimea para su reunificación, la OTAN inició operaciones en Ucrania, donde el conflicto, desde que comenzara en abril del 2015 hasta febrero de 2016, ha causado la muerte de más de 5 mil personas y provocado el desplazamiento de más de 800 mil personas, según las Naciones Unidas.
El desprecio de la condición humana del otro, propio de las acciones militares de la OTAN no son una novedad dentro del capitalismo desarrollado occidental, pues constituyen una característica permanente del mismo desde sus albores.