Cultura de cancelación: un peligro en el internet
Este fenómeno ha arrasado con celebridades, políticos y muchos usuarios de internet. Aquí te enterarás que es la cultura de cancelación.
La cultura de la cancelación es algo que ha estado muy en tendencia desde hace largo tiempo, no solo porque se encuentra arraigada a la vida cotidiana, sino porque implica descartar y rechazar algo que no le gusta evidentemente a las personas.
Solo que aumentó de manera inmensa por el dinamismo de las nuevas tecnologías, las plataformas virtuales y las redes sociales, llevando al mundo a hiperconectarse, interactuando de una manera impresionante. Sin embargo, la cancelación se trata de anular a otro, así como sus posturas ideológicas, ya que la mayoría son “retrógradas” y representa un grave riesgo que atenta contra la democracia y la libertad de expresión.
¿Cómo comienza?
Puede ser dejando de seguir a alguien que no es de su agrado, borrar comentarios que “caen mal“, bloquear a alguien o sacar de la lista de contactos a una persona con la que se enoja. Porque esto consiste en retirar el apoyo o “cancelar” a una persona que dijo o hizo algo ofensivo o cuestionable.
Es un tipo de “bullying grupal“, ya que son muchas personas que se ponen de acuerdo para atacar o descalificar los puntos de vista de otra persona o de alguna empresa, partido político u organización, entre otras entidades.
Sin embargo, esto surgió a partir de la cancelación de actitudes racistas, homofóbicas y machistas, pero se ha salido un poco de control, ya que en reiteradas oportunidades se utiliza para impedirle a alguien el ejercicio de su libertad de expresión.
Por tanto, este movimiento se hizo grande, puesto que muchas personas han perdido sus trabajos por ser canceladas, sin la posibilidad de enmendar o arreglar sus acciones, quedando para siempre atacadas por el odio público. Así que el dilema es cuando lo que sea que dicen, expresan o comentan es considerado objetable o repudiable.
Es parte del léxico de internet
Es muy común escuchar el “estás cancelado” hasta “si hago X cosa me van a cancelar” y esto llega a ser un obstáculo para que los internautas tengan la iniciativa de manifestar sus opiniones por temor a recibir esa avalancha de odio, siendo silenciados por el resto de la comunidad online.
En realidad, la cancelación se originó en Twitter, en el transcurso del año 2010, lo cual no es muy inusual, ya que es una red conocida específicamente por la reprobación de voces tanto disidentes, como internas de un grupo social, algo que desde el inicio de los tiempos sucede en las comunidades humanas, pero ahora es masificado gracias al internet.
En el primero de los casos, si la persona que emite la opinión reprochable es famosa en algún ámbito en particular, ya sea por ser un artista o un profesional de alguna disciplina, o bien por contar con un número razonablemente importante de seguidores en la red social en cuestión, el sujeto dispondrá, de base, de una audiencia muy amplia que recibirá y analizará sus palabras, listas para saltar sobre ellos.
Este hecho puede facilitar que dicha persona sea más propensa a sufrir un intento de cancelación, simplemente por el número de personas que tendrán acceso a las declaraciones que la han propiciado. Por otro lado, es posible que, dada su posición, también cuente con más recursos para no verse afectado por las consecuencias, aunque no siempre es así, porque se les exige cierto tipo de conducta.
Por otra parte, la persona que es cancelada, tiene un usuario con escasa información, anónimo, posee un número limitado de amigos o suscriptores en sus redes sociales y tiene menos probabilidades de ser aplastado por este fenómeno, pero sigue siendo posible, ya que basta con que una persona vea su contenido y sea material de viralizar en una especie de efecto bola de nieve.