UP aboga por más gastos sociales y menos militarismo europeo
El rupturismo en España considera irrelevante, o al menos poco prioritario, elevar al 2% del PIB el gasto en defensa para cumplir lo solicitado por la OTAN
Habiéndose superado las diferencias internas dentro de Unidas Podemos (UP) en lo referente a su posicionamiento respecto al conflicto ucraniano, la tolda morada ha unificado criterios cerrando filas en un claro rechazo al aumento del gasto militar promovido por el ejecutivo.
En este sentido, las diferentes organizaciones políticas que hacen vida en este espacio confederal demuestra unidad y un discurso consecuente con su rechazo al abordaje que, sectores conservadores, le han dado a la actual guerra en Ucrania.
Dicho conflicto generó una momentánea división entre dos visiones políticas a menudo encontradas dentro de la izquierda española. Por una parte, el institucionalismo, el cual debe hace uso efectivo de las instancias decisorias del Estado. Y por otro lado, la visión movilización popular en favor de las causas rupturistas.
Después de diferentes diatribas, se ha llegado a un claro desmarcaje con Pedro Sánchez, el cual, dentro de la alianza PSOE-UP, defiende los intereses del régimen del 78. Esto ha permitido la abierta condena por parte del rupturismo del envío de armas a Ucrania.
En este sentido, el portavoz de la formación morada, Pablo Fernández, indicó públicamente que existían necesidades “más acuciantes” que elevar el presupuesto de Defensa. De igual forma, invitó a que los españoles calificasen de error la posición Sánchez frente a la situación de Ucrania.
Dicho lo cual, ha resaltado que para UP lo “más urgente” es garantizar y reforzar los servicios públicos, así como dar “certezas” a la ciudadanía en estos momentos de incertidumbre y de informaciones sesgadas.
De esta manera, el rupturismo en España considera irrelevante, o al menos poco prioritario, elevar al 2% del PIB el gasto en defensa para cumplir lo solicitado por la OTAN. Sin embargo, los miembros más involucrados en labores de Estado dentro del Gobierno han asumido una posición más prudente sin comulgar enteramente con las voces críticas al ejecutivo.
En este último grupo se encuentra Yolanda Díaz, quien ha tenido que asumir un rol institucionalista en función de su posición como funcionaria activa del Gobierno y también como futura candidata para las elecciones presidenciales en España, todo ello en una suerte de pragmatismo político.
Dicho posicionamiento de Díaz puede ser entendido como una clara diferenciación entre la visión de “defensa” de un Estado y sus partidos políticos, los cuales, suelen diferir, ya que ambos se discrepan a menudo en sus fines. En este sentido, es compresible que en el seno de la coalición hayan distintas sensibilidades sobre esta materia, en un contexto tan complejo como la guerra de Ucrania.
Sin embargo, aun cuando haya una cohesión de criterios dentro UP en referencia a la Guerra de Ucrania, también han sido enfáticos a la hora de afirmar que tales diferencias no intentan mellar la coalición dentro del gobierno, en vista de unos objetivos políticos bien delimitados por parte de la organización morada.
Esta visión también tiene como meta incidir en los próximos Presupuestos Generales. Al respecto, UP se concentrará, como miembro del gobierno, a dar respuesta a la guerra bajo un carácter social diplomático, procurando mantener la cohesión dentro del Ejecutivo.
En el campo de la diplomacia europea, dentro de UP se ha visto con preocupación la fijación del mandatario español de seguir la postura de Alemania, tanto en lo referente al aumento del gasto militar como al envío de armas a Ucrania.
Tal posición es considerada un error, el cual, lejos de traer una solución, estimularía una escalada del conflicto donde España y el resto de Europa tendría las de perder. En este sentido, el gobierno español se debe desmarcar del criterio germano y ser una voz diferente en la diplomacia europea, la cual, cada vez está más inclinada a la guerra.
La apuesta debe ser por una Europa no militarizada, donde el incremento del gasto social debe ser una prioridad para solventar las contradicciones sistémicas de cada uno de sus países miembros. Elevar el gasto militar en los actuales contextos representa para cualquier Estado Europeo jugar con fuego.
Por otro lado, en referencia a los presupuestos generales, los morados defienden las reducciones fiscales que representen un alivio para la familia española, tales como el recaudado para la electricidad y en los combustibles. Estas medidas no pueden venir solas, necesariamente deben estar acompañadas de un sustancial aumento de tributación de las grandes empresas y compañías.