La misógina persecución social de VOX en Castilla y León
En los últimos días VOX ha usado un claro discurso segregacionista, machista y misógino, tan característico de la ultraderecha que a pocos puede sorprender y que ciertamente a nadie termina de agradar
Después de su delirio electoral, VOX muestra su verdadera naturaleza fascista mediante su típico discurso matonesco, donde con tono amenazante se ha dispuesto a perseguir a un segmento de la población.
En este respecto, Espinosa de los Monteros define a su propio partido como “muy peligroso para todos los que viven de la ubre del Estado, a base de victimizarse y luego pedir subvenciones“. Un claro discurso hostil para aquellas personas beneficiadas mediante ayudas del Estados en gestiones anteriores.
En este contexto, el referido representante de VOX, al hacer referencia específicamente a las “mujeres que viven de chiringuitos subvencionados” lo tendrán ahora peor en Castilla y León bajo el mandato del partido ultraderechista.
Todo ello haciendo referencia a la coalición que formará el partido de Santiago Abascal y junto al Partido Popular (PP) de Alfonso Mañueco. Se trata de una alianza a la cual se le empieza ver las costuras en función de sus fundamentos ideológicos y su práctica política discriminatoria.
La actual actitud de VOX frente a las personas subvencionadas parece ignorar el hecho de que precisamente las políticas ejecutadas en esa comunidad autónoma fueron emitidas por su propio socio político, con quien deberá entenderse en el marco del pacto suscrito y las líneas que lo rigen.
Al parecer, Espinosa de los Monteros no ha asimilado la idea de que su partido, VOX, no va a entrar en un ayuntamiento controlado por el PSOE, Podemos o cualquier partido de tendencia de izquierda, sino que integrará un Ejecutivo autonómico, previsiblemente en la Vicepresidencia, que ocuparía el joven Juan García Gallardo.
Probablemente sus declaraciones estén dirigidas a la abierta oposición que VOX ha ejercido respecto a las políticas que buscan proteger jurídicamente a determinados segmentos poblacionales que son víctimas del fascismo endógeno en España.
En este sentido, la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, ha calificado el pacto entre PP y VOX como una manifestación de “irresponsabilidad” política debido a las consecuencias contraproducentes que afectarán la lucha contra la violencia machista.
En respuesta a la delegada, Espinosa de los Monteros ha argumentado: “Es verdad que el Gobierno de Castilla y León va a ser peligroso para las mujeres podemitas y también para los hombres que apoyan a esta fuerza política“.
Un claro discurso segregacionista, machista y misógino tan característico de la ultraderecha que a pocos puede sorprender y que ciertamente a nadie termina de agradar. Asimismo, como si no hubiera mañana, VOX hace una abierta amenaza con respecto a las consecuencias de llegar a otros gobiernos autonómicos.
Señala que la presencia de VOX en distintos gobiernos será “muy peligroso” para todos los que viven “de la ubre del Estado” o de las autonomías “a base de victimizarse y luego pedir subvenciones“.
Sin ningún tacto político, el fascismo de la gente de Abascal emite un visceral discurso frente a las políticas de la misma junta a la actual ahora pertenecen conjuntamente con el PP como máximo órgano autonómico.
El mismo Monteros en representación de su partido, también ha declarado que no está a favor de “subvencionar chiringuitos de género, ni de LGTB ni de feministas que se quedan con un enorme porcentaje de dinero que se destina a causas que están bien pensadas“, pero donde las asignaciones “se pierden por el camino“.
La praxis de VOX nunca se ha caracterizado par la defensa de los derechos de la ciudadanía ni ha estado a favor de las causas de las minorías. Poco o nada le importa atacar todo lo que resulte contrario a su espectro ideológico.
En este sentido, también hacen gala una profunda ignorancia sociológica cuando critican el estatus de víctima de la mujer en situaciones de violencia machista. Al respecto, el citado portavoz de VOX afirma sin ningún decoro que “las mujeres no nacen víctimas, algunas se victimizan y algunas son víctimas, pero la mayoría no”.
Son sesgos ideológicos y de fanatismo político que impiden a las organizaciones de derecha ver las auténticas realidades sociales. En su lugar, VOX se ha propuesto una lucha encarnizada contra todo lo que connote a la izquierda y sus respectivos valores.
En consecuencia, la ultraderecha ha dejado claro que donde gobierne VOX “lo van a tener un poco peor” las mujeres “que forman parte de grupos ultra izquierda y tienen asociaciones y chiringuitos subvencionados”.