Este merecidísimo triunfo hace inevitable el recuerdo del famoso anuncio del Mitsubishi Montero de 1994 que ha vuelto a estar de actualidad estos días en innumerables memes, el del cabrero aquel, perdido por los montes que yo creí identificar con la Alcarria, que al ver aparecer a una pareja por aquellos parajes dejados de la mano de Dios e intransitables a bordo del flamante todoterreno, aprovecha para indagar sobre cómo va el mundo, y tras varias preguntas inocentes (¿y dice Vd. que Franco ha muerto?), termina casi afirmando:…y el Madrid, qué, ¿otra vez campeón de Europa?
Porque hay cosas que no cambian.
Y ya van catorce.
En esta ocasión, y parafraseando al inefable Luis Aragonés, las finales no se juegan; se ganan.
Y eso fue lo que hizo el Real Madrid, ganando al Liverpool en París con un gol de Vinicius Junior tras una prodigiosa actuación de su portero Courtois, consolidando así su enorme leyenda en Europa.
Les cuento sucintamente como fue la película, que si bien no se desarrolló para muchos según el guión previsto, si tuvo el final que en el fondo todos esperaban (menos las casas de apuestas, glorioso su batacazo, que por otra parte celebro).
Tras las gestas de las remontadas ya comentadas aquí al P.S.G, Chelsea y Manchester City (¡Ay Guardiola, ay Guardiola, que delgado se te ve…!), esta Champions no podía tener otro merecido dueño, lo que convendrán Vds. es por otra parte absolutamente justo.
Vamos con ello:
- Tras una gigantesca cagada de la policía y las fuerzas de seguridad francesas (confiemos en que organicen mejor las olimpiadas) en el Stade de France, el partido comenzó con 36 minutos de retraso por problemas en el acceso de los aficionados al estadio (se habla de 40.000 ingleses sin entrada), violencia de bandas que asaltaban a hinchas de ambos equipos robándoles las entradas y en ocasiones sus pertenencias.
- El Liverpool jugó con su característica presión alta, mientras el Madrid intentaba amenazar con tímidos contragolpes. Ya en el minuto 16, Courtois salvó al equipo ante un tiro de Salah. Mané en el 21 estuvo a punto de hacer el primero con un disparo que desvió al palo Courtois. Salah, de cabeza, lo intenta ante Courtois en el 34.
- Y a finales del primer tiempo, gol anulado al Madrid; Benzemá no atina a resolver una buena ocasión, Valverde pelea el rechace, el balón da en un defensa y le vuelve a Benzemá. Gol. Exactamente igual (o todavía con más voluntad de jugarla el defensa), al que en estas tierras concedieron a Francia hace unos meses ante la selección española para que esta (Francia) fuese campeona de la Copa de las Naciones (o algo así se llama este último invento de la UEFA. Pero bueno, pelillos a la mar; cosas del VAR.
- Lo cierto es que mejoró el Madrid en la continuación, penetrando en el 59 por la derecha Valverde y centro-chut que Vinicius aloja en la red. ¡Gooooool!. Y aquí podemos decir que se acabó el partido; centros y más centros sin mucha mordiente del Liverpool, y cada diez minutos para darle salsa asunto otra parada espectacular de Courtois. Y bueno, tampoco vamos a pecar de falsa modestia y a exagerar, lo cierto es que también hubo alguna ocasión blanca clarísima con todo el Liverpool volcado al ataque que no fuimos capaces de concretar.
Poco importa ya que Thibaut Courtois (el MVP del partido y el héroe de la noche) hiciese nueve paradas, que Mohamed Salah lo intentase un montón de veces y que contabilicemos 24 remates del Liverpool por cuatro del Madrid.
Como bien ha resumido el resignado Kloop, “Ellos han marcado un gol y nosotros, no. La explicación más fácil en el mundo del fútbol”.
¡Hala Madrid!
Salud y trabajo.