Desarticulando la información: Gustavo Petro es igual que Hugo Chávez

Petro es igual que Chávez. No fue suficiente con la campaña presidencial, donde al hoy presidente electo Gustavo Petro le encasillaron en la figura del guerrillero, dejando en la sombra su dilatada trayectoria política y un curriculum académico como economista formado en Colombia y en países de Europa como Bélgica.

Aunque el primer mandatario electo de Colombia ha sido claro en que trata de adecuarse a la compleja situación del país, a la que califica de pre-moderna, afirmando incluso que desarrollará el capitalismo; las grandes cadenas de medios se empeñan en señalarle como un radical que destrozará a Colombia y la convertirá en Venezuela (la del bloqueo, no la Saudita).

Obviando detalles fundamentales como que a Venezuela la sometieron a un bloqueo feroz que originó el descalabro económico, desató lo peor en la sociedad y forjó la migración; la simplificación de la realidad obra de nuevo a favor de lo que será una tenaz oposición a Petro y a lo que representa.

Más de lo mismo

Será más de lo mismo, de la izquierda dirán unos; otros preferimos afirmar que será más de lo mismo por parte de los poderes fácticos, quienes acuden al mismo libreto que hace 20 años, cuando Hugo Chávez fue electo en Venezuela y pretendió igualársele a presidente cubano Fidel Castro.

En esto se parecen las situaciones de Venezuela y Colombia, pero se trata realmente de contextos sociales muy diferentes.

Colombia quiere salvarse

La violencia en Colombia ha sido el principal problema durante 60 años. La gente que habitaba los campos colombianos se iba “a salvar en Venezuela”; como muy bien lo retrataron los músicos ex izquierdistas Rubén Blades y Willie Colón.

Petro ha dicho claramente que llega a Colombia a terminar con la violencia y no planta conflicto a su oposición, una postura un tanto distinta de Hugo Chávez, quien llegó a cambiarlo todo de raíz, a crear una nueva Constitución, porque eso pedía la mayoría que le votó.

Tanto Petro como Chávez se refieren a cambios, pero en épocas diferentes, con actores sociales que incluyen en el caso de Colombia, una oligarquía y un estamento económico dominado por el narcotráfico; que llegó a matar a candidatos presidenciales a bordo de un avión.

Petro, “el demonio”

Guerrillero, expropiador, son algunas de las etiquetas que acompañaron a Gustavo Petro en su campaña.

Pero el recién electo presidente de Colombia les ha respondido afirmando que “los perdona”, en un gesto que descolocó al propio Rodolfo Hernández, y no le dejó más remedio a las potencias como EE.UU., que apoyar al menos por ahora, al presidente colombiano.

Desarrollar el capitalismo es otra de las premisas de Gustavo Petro “no porque lo adoremos”, sino porque Colombia debe retomar un camino productivo que hay decirlo claramente, el narcotráfico obligó a dejar en el pasado.

Que Colombia tenga tierras dedicadas a producir comida, ¿quién podría estar en contra de ello en tiempos de guerra?.

 Francia Márquez, “advenediza”

El reciente episodio de Claudia Palacios, periodista colombiana, en una entrevista a Francia Márquez, dejó al desnudo el racismo y el clasismo que controla el relato de los medios colombianos.

En la mal lograda entrevista, Francia Márquez tuvo que aclararle de manera elemental a Claudia Palacios que “vivir sabroso”, no se trata de dinero, ni de vivir en la casa vicepresidencial, sino de vivir sin miedo; un sueño de la sociedad colombiana acostumbrada a la violencia y la muerte.

Insinuaciones perfectamente cancelables en otros espacios como “Facebook”, son toleradas y aupadas desde los medios masivos colombianos sin ocultar el asco que les produce que una afrodescendiente sea la nueva vicepresidenta de Colombia.

Todo indica que no se tratará solamente de demonizar al poder ejecutivo colombiano, sino de ir construyendo las bases para acusarles en un futuro cercano de corruptos.

Total para estos medios, toda la izquierda es corrupta, ¿no?.