La memoria por bandera
El Congreso ha aprobado la Nueva Ley de Memoria Democrática con rechazos y reticencias de los partidos que se inclinan hacia la derecha del espectro político.
Hace unas semanas, los representantes en la Cámara Baja de las Cortes Generales españolas, aprobaron la nueva Ley de Memoria Democrática que tiene sus antecedentes en la anterior Memoria Histórica. Aquella fue aprobada por el ejecutivo de Rodríguez Zapatero en 2007. Primera ley que reconocía a las víctimas de la dictadura y les otorgaba dignidad, reparación y justicia, por parte de las instituciones del Estado.
El establecimiento de normas sobre la memoria pública es un deber del Estado en el que se ampara y compara en sus acciones con otros gobiernos de la Unión Europea. Otros países de nuestro entorno han condenado los sucesos atroces y recordado a las víctimas de dichos acontecimientos. Además, persiguen jurídicamente a los individuos o colectivos que alaben o manifiesten su apoyo a personalidades políticas o períodos genocidas.
En el Estado español, parece no conjugarse la idea del consenso institucional respecto al recuerdo, dignidad y justicia, por parte de los poderes públicos. La derecha no solo tiene un problema con los avances sociales, sino con la memoria y el recuerdo público, así como democrático sobre las víctimas de la dictadura franquista. Aunque no me resulta extraño viendo la derecha política que hay en el país, la cual no condena total, firme y sin paliativos la masacre y el terror de la propia dictadura franquista.
La derecha y sus “peros”
La mayoría de portavoces de dicha ideología reconocen que la dictadura nunca se debería haber producido. Sí, pero de la misma forma expresan sus opiniones de que las leyes sobre la Memoria lo que provocan son una lucha de bandos. Es decir, que tratan de hacer creer que se trata de una norma que impulsa el aire guerracivilista y que reabre las heridas.
Los propios portavoces también denigran el período de la II República, comparando sus credenciales democráticas a la dictadura. Ya se vio en una intervención del entonces presidente del PP, Pablo Casado, donde en vez de condenar la dictadura franquista, puso el pero sobre los valores del período republicano. Expuso que en el periodo que abarca de 1931 a 1936 se vivió una “democracia sin ley”, mientras que en el franquismo había “ley sin democracia”.
Conclusiones
Señores de la derecha, lo que pretende la norma es justamente cerrar las heridas de ese periodo, poniendo en valor a las víctimas del mismo y reconociendo a los que dieron su vida por la democracia y las libertades públicas en nuestro país.
Reparación y justicia. Una justicia eficaz por parte de los poderes públicos para dar dignidad a las víctimas de la dictadura, consolida y mejora nuestro sistema democrático.
Verdad para desarrollar la cultura del conocimiento sobre la memoria democrática de nuestro país. Verdad para ser conocedor de lo que ocurrió, por el simple hecho de vivir en un sistema democrático.
La memoria mejora nuestras credenciales democráticas. Quien no recuerda su historia está condenada a repetirla