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Las mujeres detrás del Ecofeminismo

La corriente del ecofeminismo se ha ido diversificando y nutriendo en la modernidad. Todo gira en torno a la igualdad.

En una de las corrientes más interesantes del feminismo, que hemos ido explicando en repetidas ocasiones a lo largo de esta sección, está el ecofeminismo. Esta entreteje al principio de igualdad entre hombres y mujeres, con el ecologismo social.

Lo más interesante es que surge a partir del pensamiento y el activismo de diferentes teóricas en la materia, que buscaron analizar desde una perspectiva crítica, las creencias que señalan al modelo de vida patriarcal, capitalista y colonial como el degenerador de los ecosistemas.

Ecofeminismo es diversidad

Además de alzar pañoletas verdes y hablar sobre la conexión entre las personas y la naturaleza, presenta el pluralismo y la diversidad de formas. Porque todas las variantes de ecofeminismo someten a revisión los mitos que provocan y mantienen la falsa fractura entre las sociedades humanas, la naturaleza y los cuerpos.

En esta matriz de estudio, empiezan a reformularse los conceptos de economía, producción, progreso, trabajo o individuo.

Tratan de revertir una cultura jerárquica, que considera que unas vidas valen más que otras, y que somete con violencia todo lo que pretenda poner límites a la maximización del beneficio. El ecofeminismo, que entreteje ecologismo y feminismo, pretende ser uno de los ejes vertebradores del ecologismo social de nuestra organización.

Es una corriente de pensamiento y de activismo que analiza críticamente las creencias que apuntan al modelo de vida como ecocida, patriarcal, capitalista y colonial. Con ella se denuncian los riesgos a los que se someten a las personas y al resto del mundo vivo, y propone miradas alternativas para poder revertir esta guerra contra la vida.

Algunos de los temas que llevaron a algunas feministas de los países más industrializados del mundo a desarrollar el ecofeminismo son: la constante preocupación por la salud amenazada por la contaminación, en especial la de los más frágiles, es decir, niñas y niños, el trato dado a los animales, la amenaza de guerra nuclear y la insostenibilidad del modelo productivo basado en recursos no renovables, así como la destrucción de los ecosistemas promovido por las grandes industrias.

Como lo señala la ecofeminista Alicia Puleo, de España, es necesario e importante que tanto hombres como mujeres asuman la parte que les corresponde en las tareas del cuidado del medioambiente. De esta forma, se rompen esos estereotipos que exigen a los varones la represión de la empatía, fomentan la distancia emocional y las actitudes de dominación.

Entre las exponentes de esta corriente están grandes mujeres

Cuando hablamos de la historia del ecofeminismo tenemos que señalar, en primer lugar, a Françoise d’Eaubonne, quien fue una escritora y feminista francesa que acuñó el término “écoféminisme” y desarrolló los primeros escritos sobre la cuestión en los años setenta del siglo pasado.

Siguiendo la misma línea, está la teoría estadounidense de Carol Adams, quien fue feminista y también activa defensora de los derechos de los animales; y Karen Warren, enfocada en el mundo de la filosofía y algunos campos del pensamiento científico, la cual presentó los problemas éticos y cómo estos están relacionados con algunos postulados del ecofeminismo.

Pero entre las más resaltantes está Alicia Puleo, quien proporcionó aportaciones interesantes, ofreciéndonos la oportunidad de ver no solo el problema de la dominación de las mujeres en la sociedad patriarcal, sino también una ideología y una estructura de dominación de la naturaleza vinculada a la figura del varón “amo y guerrero”.

A su vez, en el continente europeo también está Petra Kelly, quien ganó reconocimiento a partir de sus escritos pacifistas y activismo que dio origen al Partido de los Verdes Alemanes. Y no puede faltar Vandana Shiva, de quien hemos hablado en otros artículos, ya que participó en el movimiento Chipko para impedir la tala de bosques en el Himalaya, mediante la práctica de resistencia no violenta inspirada en Gandhi.

En la actualidad, Shiva es la líder del Foro Internacional sobre la Globalización, así como un miembro destacado del movimiento antiglobalización. Por otro lado, también estuvo Wangari Maathai, una política y activista ecologista que se convirtió en la primera mujer africana en recibir el Premio Nobel de la Paz en 2004 por “su contribución al desarrollo sostenible, la democracia y la paz“. Ella fundó el movimiento de mujeres Cinturón Verde de Kenia que plantó millones de árboles.

Por otra parte, no podemos olvidar mencionar los numerosos casos de activistas femeninas que han impulsado la importancia de la preservación de los ecosistemas, como es el caso de Berta Cáceres, quien fue una líder indígena del pueblo lenca. Fue asesinada en 2016 por defenser el territorio de su comunidad.