La esclavitud en tiempos modernos
Aunque la esclavitud en los Estados Unidos fue abolida hace 156 años, todavía existen resquicios de esta práctica en cárceles de diversos estados del territorio.
Este 8 de noviembre, los norteamericanos han realizado lo que se conoce como las elecciones de medio término o medio plazo, según la traducción disponible.
Este proceso electoral se caracterizó, en este año 2022, por ser el momento político en el que los ciudadanos de ese país renovaron a sus representantes en los ámbitos nacionales, como es el caso del senado, y a los gobernadores regionales de 36 de los 50 estados. También a un número importante de puestos de elección pública de naturaleza local.
Pero este también fue un momento para realizar una serie de referéndums. Fueron convocados en algunos estados para preguntar por asuntos como el aborto, las armas, la marihuana, y sobre el tema del que hablaremos hoy un poco: la esclavitud.
Podría sorprender a muchos que, a pesar de haber sido abolida hace 156 años en ese país, aún perviven resquicios de esa práctica en las que hay un dueño y un esclavo.
“Servidumbre impuesta”
El espacio en el que legalmente aún existe esta práctica es en algunas cárceles o prisiones estatales norteamericanas.
Conocida bajo la figura de la “servidumbre impuesta”, cerca de 800.000 personas en los Estados Unidos deben pagar sus delitos a través de trabajos forzosos que tributan beneficios materiales para el país. Además, la mayoría de ellas forman parte de la población negra.
Muchas de ellas deben trabajar, a través de la figura del castigo penal, en algodonales del sur. De esta manera, están viviendo en carne propia la dura cotidianidad de sus antepasados africanos. Allí se obliga a algunos prisioneros, la mayoría con condenas menores o multas, a trabajar por un salario muy por debajo del mercado laboral norteamericano. Y esto cuando no lo hacen gratis.
Según datos ofrecidos por Magnet.xataka, en años recientes podemos deducir la lógica mercantil que se cierne sobre esta esclavitud moderna.
En la información suministrada comentan que “si contásemos todos los trabajos realizados en cárceles estadounidenses como un mismo empleador, serían el tercero del país solo por detrás de General Motors y WallMart”.
Como es de notar, hay un uso sistemático de la fuerza de trabajo negra y encarcelada con fines lucrativos por parte del Estado. Y es que, a diferencia de las otras empresas con salarios ajustados a la realidad de esa economía, los presos que llegan a cobrar por su trabajo no consiguen más que centavos de dólar por hora.
El referéndum
Ahora, en estados como Alabama, Louisiana, Oregón, Vermont y Tennessee, en los cuales aún sostienen el uso de esa práctica, decidieron incluir en las papeletas una pregunta clave. La misma consistía en si estaban de acuerdo o no con abolir esta antigua herramienta de control social.
Los resultados preliminares indican que, en Alabama, Tennessee y Vermont, están a favor de terminar con ella. Sin embargo, esta realidad cambiará de manera progresiva.
Esto implica que romper con el ancestral empleo de las minorías oprimidas en los trabajos manuales o mal pagados, llevará su tiempo. Quebrar la histórica idea del encarcelamiento de minorías negras para que la mayoría blanca “viva en calma”, no será un tema fácil de resolver.