Diálogo en Venezuela: el presunto peligro detrás de los acuerdos
Venezuela avanza en su cometido, mediante diversos acuerdos, por mejorar la salud financiera de su país y el índice de bienestar de la población.
Los acuerdos, y el recién firmado memorándum de entendimiento por parte del Gobierno venezolano y la oposición de ese país, vienen a revitalizar y a reposicionar, de forma gradual, a uno de los países más importantes del comercio petrolero latinoamericano.
En este sentido, los miles de intentos por hermanar, o al menos reconducir a ambos bandos hacia un remozado acuerdo social, han comenzado a dar frutos en la ciudad de México. Este acuerdo, desde lo técnico, también valida el diálogo como mecanismo de gestión y resolución de conflictos entre las partes beligerantes bajo una supervisión internacional.
En primera instancia, los resultados de este diálogo permiten la liberación de recursos financieros venezolanos retenidos en el extranjero. Además, le dan autorización a Chevron para operar en el país, algo que supondrá ventajas económicas y sociales para Venezuela.
No obstante, algunas voces advierten de que se trata de un acuerdo potencialmente perjudicial. Los motivos esgrimidos radican en que Venezuela perdería soberanía sobre su principal recurso: el petróleo.
El diálogo como proceso de solución
Las declaraciones realizadas por Jorge Rodríguez, portavoz de la parte venezolana, apalancan el mecanismo de diálogo como herramienta útil, anunciando que los primeros avances fueron a través de sendas reuniones en privado en la ciudad de Caracas. Fue allí donde lograron imprimir claridad y precisión a los preacuerdos.
Estos resultados se recogen en los anexos de los acuerdos entre los sectores participantes de la oposición venezolana, plataforma unitaria y entes ejecutantes: Ministerio de Salud, energía eléctrica y protección civil, entre otros.
El acuerdo
Lo que contiene el acuerdo, según las declaraciones oficiales, son una serie de medidas para la atención y necesidades perentorias de la gente de Venezuela. Esto en el marco de la recuperación de más de 3.000 millones de dólares de los 20.000 que tiene el gobierno venezolano bloqueados en el extranjero por diversas causas. Todas ellas relacionadas con las sanciones o medidas coercitivas pertenecientes al sistema financiero, petrolero y comercial, ejecutadas contra el actual Gobierno de Nicolás Maduro. Obviamente, las consecuencias las sufre el pueblo venezolano.
Atención a las víctimas
Los recursos liberados en el marco de este acuerdo van dirigidos principalmente al área social. Concretamente, hacia quienes han sido víctimas directas del bloqueo contra Venezuela.
Este memorándum incluye atención a las víctimas de lluvias torrenciales o emergencia climática que atraviesa el país caribeño. Además, se aportarían más de mil millones de dólares para vacunas, pagos al fondo rotatorio de la Organización Panamericana de la Salud y la dotación de medicamentos oncológicos.
Otros objetivos importantes serían la reactivación y renovación del programa de radioterapia, bancos de sangre, 10 hospitales materno infantiles, atención a la deuda quirúrgica y la revitalización de 21 hospitales. Tampoco se olvidan de la golpeada infraestructura educativa venezolana, con la dotación de tecnología para los niños y niñas de esta nación.
Por supuesto, habrá atención dedicada al fortalecimiento del sistema eléctrico y el sistema de transmisión eléctrica. Dichos proyectos han sido puestos sobre la mesa por el gobierno bolivariano. Además, están avalados por los técnicos y especialistas de la oposición.
Es fundamental decir que estos fondos serán mediados por mecanismos de la ONU y bajo la administración de las leyes venezolanas.
El petróleo
Uno de los correlatos de toda esta arquitectura prorresolutiva, ha estado signado por el petróleo venezolano y el saneamiento del puente entre este recurso, y la voraz economía norteamericana.
Chevrón
La Licencia General 41, emitida por el Departamento del Tesoro de los EEUU, reitera y detalla la autorización para Chevron de participar en las acciones de exploración, producción y comercialización del crudo venezolano. Se trata de una licencia de producción conjunta. De esta manera, podrá operar después de casi cuatro años.
Fue informada justamente en el marco del diálogo político entre el gobierno y la oposición venezolana.
La misma abre la posibilidad de importar desde Venezuela insumos relacionados con las actividades de producción petrolera, incluyendo derivados del petróleo, a través de Chevron.
Esta especie de triangulación con el crudo sustancial, se iniciará con un total de 50 mil barriles -con posibilidad de incremento-, bajo esquemas de mantenimiento y potenciación a dos años de 220.000 barriles diarios de petróleo.
El presunto peligro de los acuerdos
Quienes pregonan un peligro subyacente a los acuerdos, y especialmente en el contenido de la Licencia General 41 de la OFAC, son parte del sector afín al chavismo. Concretamente el que se desmarcó de la oficialidad y del liderazgo de Nicolás Maduro.
El punto que cuestionan es la prohibición de pagar regalías al Estado venezolano. Esto es algo que efectivamente la licencia prohíbe, al igual que otras transacciones con empresas mixtas donde Venezuela tenga el 50% o más de la participación accionaria. Sin embargo, las empresas petroleras mixtas no tienen ese porcentaje de participación. Precisamente, esto fue acordado en el año 2007, cuando Rafael Ramírez, en ese entonces presidente de PDVSA, efectuó las negociaciones con diversas empresas extranjeras.
Ahora, Ramírez es líder de esta tendencia que critica a Maduro y a los acuerdos alcanzados en la mesa de diálogo.
Reivindicación de la vida
Venezuela regresa al mercado americano, señal de una reinserción progresiva en el mercado norteamericano. Es una cuota que hasta ahora habían ocupado Rusia, Colombia, Ecuador y Guyana.
A partir de allí, lo esencial descansa en la posible reivindicación de la vida en ese país del sur.