El 15 M once años después
El movimiento del 15 M supuso una ruptura con lo que hasta ese momento se podía encontrar en el ámbito político y social de España.
15 de mayo de 2011. Se trata de una de esas fechas que conviene tener bien presente por su origen y por lo que representó.
El 15 M es un momento de creación y construcción colectiva que, desde una posibilidad pacífica, permitió reconfigurar el tejido orgánico de la política hecha desde las bases.
15 M
Esos días telúricos que, por lo general comienzan como cualquier otro, terminan convirtiéndose en un punto de inflexión y de no retorno que obligan en la praxis a realizar, sin aviso previo, una apropiación simbólica del espacio político, público y humano.
El día de hoy, desde del Estado.net, quisimos recordar y retomar alguno de los logros obtenidos por los colectivos. Aquellos que en esos días representaban a todos los indignados.
La agenda
Lo primero que debe decirse es que el 15 M permitió incluir, dentro de la agenda pública, temas muy importantes para la sociedad. Hablamos de asuntos como la transparencia para luchar contra la corrupción, la libertad de expresión como derecho y pilar inevitable de la construcción de sentido y horizonte democrático en España, o el tema de la vivienda y sus terribles contradicciones.
Asimismo, las acampadas, marchas, pancartas y todas las formas de lucha que ahí se ejercieron, sirvieron de acicate para visibilizar las profundas diferencias que, desde lo social, económico y político, están dejando a un lado a una generación completa. Una generación que, por primera vez, no podría vivir mejor que sus padres.
Las nuevas herramientas y las viejas luchas
Las convocatorias de los días posteriores abrirían paso al uso de las redes sociales. Estas se convirtieron en nuevas formas de convocatoria, planificación y reproducción del mensaje aglutinante.
El empleo de las plataformas de comunicación por parte de una gran mayoría de jóvenes, permitió consolidar rápidamente la masa crítica necesaria para garantizar una voz fuerte y plural.
Otro tanto ha dejado sobre la mesa este movimiento cuando vemos los niveles de maduración que, a partir de la socialización de la política, ha permitido resemantizar el concepto de ciudadanía. Esto ha llevado a dejar abiertas las posibilidades a nuevas preguntas que permitirían hallar respuestas aún hoy pendientes.
El bipartidismo
Otro logro evidente del 15 M fue la ruptura del bipartidismo en España.
Las cientos de asambleas y reuniones varias surgidas del movimiento, cristalizaron en nuevas propuestas políticas. Las mismas terminaron alimentando al sistema de partidos español, logrando así aumentar su diversificación.
Estamos hablando de algo sumamente importante, ya que la voz no solo iba a estar representada en los tradicionales PP y PSOE. A raíz de estos hechos, surgió la posibilidad real de incorporar a nuevos actores.