The news is by your side.

Migraciones

A su lado izquierdo pudo ver el cadáver de su cuñada. El golpe del otro vehículo impactó la frágil humanidad de la mujer y murió en el acto. A su derecha su hermano quedó con media pierna, luego pudo constatar que tampoco respiraba.

 

Habían pasado ya el Darién. No obstante, los peores presagios se harían realidad. El gran viaje de Faustino por tierra y agua desde Venezuela hacia EEUU terminó poco antes de llegar a su destino. Migrar no fue posible, al menos esta vez.

 

Para el 2022, el 16% de los migrantes fallecidos en la temible selva del Darién eran venezolanos, pero hasta el 2024 sigue sin conocerse a ciencia cierta a cuantos alcanza la estadística, el peligro está presente en cada una de las etapas del viaje.

 

Jhon Leguizamo, un actor de Hollywood conocido por llenar las vacantes reservadas solamente a los latinos puso el dedo en la llaga. “Las sanciones estadounidenses son las responsables de la destrucción de Venezuela y la razón por la que tantos venezolanos vienen a USA”. Leguizamo suelta su palabra cuando a los venezolanos les culpan por todos los males de Norteamérica.

 

Nadie se va porque quiere

 

Desarraigarse no es un paso placentero, menos para los venezolanos. Esta ruptura obligatoria con el lugar de origen es una realidad mundial que se trata desde el síntoma y no desde el origen de la enfermedad. ¿Qué ha hecho que todas las puertas se cierren?

 

El acorralamiento que empuja la salida tiene múltiples factores, el principal de ellos sigue siendo el despojo. Donde hay riqueza mineral o energética, hay desplazamientos, el que quiso conquistar, eliminó o desplazó al conquistado, así ha funcionado y así sigue siendo.

 

Pero además, están los juegos psicológicos, las viejas y nuevas versiones del mismo relato de superación, donde el que se va es valiente y el que se queda no. Adentro también se cocina un discurso único, donde el que decide no romper los lazos con Venezuela tiene que adaptarse a un sistema cada vez menos dialogante. La olla sigue hirviendo y ambos sujetos se queman.

 

Volver

 

Faustino finalmente regresó. Actualmente, tiene un empleo estable que no le permite tener casa propia, pero sí un carro en buenas condiciones. Vive en la casa materna, rehizo su vida, pero siempre recuerda a su hermano, que es el punto inicial de cualquier conversación con desconocidos.

 

“No, yo no me vuelvo a ir jamás”, repite varias veces, aunque se queje del costo de la vida, o que de vez en cuando lo “matraquee” (extorsione) algún policía o militar. 

 

Las cifras oficiales hablan de más de un millón de migrantes que han retornado, en un número no determinado se trata de regresos temporales, donde el calor de Venezuela, el lugar seguro, aporta fuerzas para emprender un nuevo camino.

 

Las puertas en Venezuela se siguen cerrando, pero también lo hacen violentamente en otros lugares del mundo. El caos es una especie de supra sistema global que va acorralando a millones de personas, forzándolas a abordar aviones, navegar sin seguro, caminar por selvas y a morir en autobuses.

 

Estamos aferrados a nuestra instancia más primitiva. El mandato animal no es otro que el de sobrevivir, rómpase lo que se tenga que romper.