Hola Gerard. ¡Cuánto tiempo ha pasado! Cuatro años. No te puedes llegar a imaginar cuánto han cambiado las cosas, el lugar tan diferente desde el que te escribo, lo que ya no está y lo que ha llegado.
Hoy estaba viendo una serie en Netflix mientras comía. Los personajes estaban de celebración y han hecho un brindis, yo, para mis adentros he pensado que si tuviera que hacer un brindis los haría diciendo con emoción “por los que ya no están”. Siempre lo pienso.
Y cuando lo digo en mi mente siempre se dibuja lo mismo, Hugo Chávez, tú y todos y todas aquellas que murieron, mueren y morirán por luchar en favor de la clase trabajadora, nuestra clase, lo que tú y yo consideramos el motor de la historia: la revolución.
Me he emocionado al pensar en ti. Acto seguido me he preguntado si estarías orgulloso de mí por un hecho: hace muy poco me han nombrado Secretario de Comunicación del PSUC. Y aquí tú también tienes mucho que ver. Hace unas semanas, yendo de camino al trabajo de madrugada, pensé en ti y me puse a llorar desconsoladamente.
Por echarte tanto de menos que todavía tengo un desgarre en el corazón que no he podido convertir en cicatriz. Por sentir que me había alejado de la causa revolucionaria. Y me afilié al PSUC. Y ahora mira.
Como te decía antes, muchas cosas han cambiado, desaparecido o transformado. Pero hay otras que permanecen porque están ancladas en mi forma de ver la vida. Una de ellas es la revolución, el pueblo, la vocación comunista que siempre compartimos y que elevó nuestra amistad al nivel de hermanos. La otra es que cada vez que mi corazón late, estás tú. Te sigo llevando en cada actitud porque sé que venceremos.
Me cuesta aceptar que no puedo darte un abrazo, un beso, abrirte mi corazón para profundizar en una amistad que me elevaba a un cielo que solo existía en nosotros dos. Me mata por dentro estar en Catalunya y tú no. Y no encuentro más puto consuelo de mierda que llorar y gritar.
Quiero que sepas que lo que iniciamos juntos sigue vigente, que vamos bien.
Te quiero.
Hermanos hasta el fin.
Salud y república.
La construcción de hegemonía cultural permitirá la creación de un nuevo relato con ideas-fuerza alternativas a las establecidas, requisito indispensable para romper con lo establecido.
¡Muchas gracias por leer elestado.net!
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