El auge de los partidos como VOX, que promueven la no libertad sexual, la jerarquía familiar basada en el patriarcado, el desprecio a los inmigrantes, el entretenimiento colectivo basado en la violencia, y la prohibición de los partidos comunistas, son una fiel imitación de la táctica llevada a cabo por la propaganda nazi de Gobbels para acabar con el comunismo en Alemania.
Si se analiza el caso particular de VOX, nos encontramos con un afán por acabar a toda costa con cualquier tipo de pensamiento que pueda suponer un peligro para la dominación de masas. Esto explica su desprecio a la filosofía y el abrazo a la religión católica.
Existe una estrecha relación entre VOX y El Yunque (organización de integrismo católico reaccionario), así como con organizaciones como Hazte Oír. Esta relación corrobora que VOX domina perfectamente el conocimiento de que la religión domina a las masas.
La organización fascista en lo social y neoliberal en lo económico, ha apelado a la dominación de masas mediante mensajes muy primitivos y elementales, consiguiendo dominar las mentes más básicas. Dominar las mentes más críticas es ardua tarea. Se opta pues, en el caso del partido de Santiago Abascal, por lanzar un mensaje básico y carente de análisis político. Es una cuestión psicológica, se profundiza en las debilidades de la mente para conseguir dominarla y que su mensaje cale hondo.
Wilhem Reich fue un sociólogo, psicoanalista y comunista austriaco autor del libro “Psicología de masas del fascismo“. En esta obra analiza por qué el fascismo caló en la clase trabajadora alemana, obra por la que tuvo que huir a Estados Unidos.
“Fueron precisamente las masas empobrecidas las que ayudaron a la instauración en el poder del fascismo, es decir, a la reacción política más despiadada”. Wilhem Reinch.
La historia se repite en España con VOX, en Brasil con Bolsonaro, en Grecia con Amanecer Dorado, en Italia con Salvini, en Francia con Le Pen y en EEUU con Trump.
Los mensajes irracionales del fascismo imitan la jerarquizacion de “la familia” tienen un alto contenido emocional. Sin duda la técnica utilizada por Goebbels que hoy en día se sigue utilizando, es fruto de un excelente análisis psicológico de las masas.
¿Por qué la izquierda no ha conseguido algo igual? Los partidos “de izquierda” no sostienen una posición rupturista, a lo sumo reformista. Su discurso es ambiguo y no cala en la mente de los votantes que la identifican como parte del problema, del sistema a cambiar. Como comprobó Pablo Iglesias al pasar de la reivindicación de un proceso constituyente a defender la Constitución del 78.
En España se ha perdido la fuerza del movimiento sindical, el discurso revolucionario, organizado y sostenido con gran éxito de manera reciente por líderes como Salvador Allende y Hugo Chávez. Se abraza el discurso de lo “políticamente correcto“. Craso error, ya que acaba siendo engullido por el discurso de carácter emocional.
Es definitiva, el populismo de la derecha más reaccionaria gana por goleada a una izquierda floja y sin principios inamovibles.