La Organización de Estados Americanos (OEA) ha manipulado sin atender a ninguno de los preceptos diplomáticos que la fundaron, ni a los valores democráticos que la deberían regir según sus propios estatutos, la realidad nacida de la expresión popular emanada de las urnas en Bolivia.
El ente supranacional dirigido por los gobiernos de turno de Estados Unidos, a juzgar por las acciones de la OEA que siempre concuerdan con las del gobierno de EEUU sin que haya existido ninguna discordancia, ni tan siquiera frente a situaciones como la encarcelación de Jorge Glas en base a un montaje, y como las 40 000 muertes provocadas por la escasez de medicamentos en Venezuela a causa del bloqueo económico.
Es el actual secretario general de ese foro diplomático, el uruguayo Luis Almagro, el que ha posicionado a la OEA de manera total con los intereses de los gobiernos norteamericanos, lo que le valió la expulsión de su partido, el poderoso Frente Amplio de Uruguay, de centro-izquierda, actualmente en el poder.
La Organización de Estados Americanos (OEA), ha publicado un documento en el que señala de manera clara que ha existido fraude en Bolivia, encajando esto de manera perfecta en la estrategia golpista que la oligarquía boliviana ya tenía preparada meses antes de la jornada electoral: el desconocimiento de los resultados si no ganaban para iniciar en el país una táctica golpista como la de Juan Guaidó en Venezuela, con Carlos Mesa como su “presidente legítimo“.
La Misión de la OEA manifiesta su profunda preocupación y sorpresa por el cambio drástico y difícil de justificar en la tendencia de los resultados preliminares conocidos tras el cierre de las urnas. A las 19.40 del domingo 20 de octubre el TSE difundió los resultados del TREP. Esas cifras indicaban claramente una segunda vuelta, tendencia que coincidía con el único conteo rápido autorizado y con el ejercicio estadístico de la Misión. Nuestra información fue compartida hoy con el TSE y la Cancillería. A las 20.10 de ayer, el TSE dejó de divulgar resultados preliminares, por decisión del pleno, con más del 80% de las actas escrutadas. 24 horas después, el TSE presentó datos con un cambio inexplicable de tendencia que modifica drásticamente el destino de la elección y genera pérdida de confianza en el proceso electoral. OEA.
La tendencia real que se había establecido con el visto bueno de la OEA, era la que marcaba que Evo Morales estaba cerca del 50%, y Carlos Mesa del 40%, ha sido la misma durante todo el recuento de votos. Por lo que la OEA intenta manipular aprovechando que el lenguaje técnico electoral no es dominado por todo el conjunto de la sociedad.
Un cambio de tendencia hubiera sido que Evo Morales hubiera aparecido con el 80% de los votos y Carlos Mesa con el 20%, pero no que el líder de la izquierda haya pasado del 45 al 47% y el dirigente de la derecha haya pasado del 38 al 37%. Son variaciones que responden al avance del escrutinio, ya que no en todas las zonas los candidatos cuentan con el mismo apoyo.
La OEA ha actuado de manera perversa porque sabía que el 17% que restaba por contar era de las zonas rurales. Lo que implica dos cuestiones fundamentales para entender los resultados: por un lado la transmisión de estas actas se suele retrasar por cuestiones de infraestructura, y por el otro en esas zonas Evo Morales cuenta con un apoyo bastante superior a su media en el resto del país.
La organización dirigida por EEUU mediante Luis Almagro también sabía que quedaban 850 000 votos por contar, y que Evo Morales solo necesitaba menos de una tercera parte de los mismos para ganar en primera vuelta.
Si Evo consiguió el 45% de los apoyos de media incluyendo a las zonas donde menos concierto suscita, era lo esperable que en las zonas donde más se le vota, ese porcentaje subiera, por lo que tras verificar y contar las actas provenientes de las zonas rurales, la candidatura presidencial del MAS obtuvo ese 10% de diferencia con respeto a la de Carlos Mesa necesario para vencer en primera vuelta.
>>Consideraciones olvidadas en los erróneos y apresurados análisis de las elecciones en Bolivia<<
Estos datos y consideraciones, fundamentales para comprender el escenario político boliviano, son eliminadas por la OEA, para crear un relato sin contexto en el que el fraude electoral se ha hecho presente en el país, y así restar la suficiente legitimidad a Evo Morales como para abrir la puerta a un posible golpe de estado.
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